N O A H

1: Ojos color miel.

Sunk, EEUU. 14 de mayo de 2019.
6:35 AM.

Noah Herzogk.

Era una mañana muy nublada y fría en Sunk, como ya era muy común en esta ciudad.

Me preparaba para ir al edificio en donde trabajaba. Algo muy parecido al FBI o la CIA, pero, mucho más avanzado y con fines diferentes, su nombres es la FCEA, que es: ''Fuerza Contra Entes Antinaturales''.

Mi misión más importante era cuidar el cristal de la oscuridad, se preguntarán de qué diablos estoy hablando y pues, les explicaré:

Mi nombre es Noah Herzogk, 20 años. Poseeo el último cristal de la oscuridad de 4 que alguna vez existieron, soy la única que puede tenerlo sin ser afectada por su poder.
Este cristal tiene el poder de destruir y sumir en oscuridad todo lo que sea conocido, así como también de dar la inmortalidad a la persona que lo posea, pero a un precio bastante alto: una maldición. Una maldición que te quita el alma y te condena a la soledad. Sólo con esa condición vivirás para siempre.

Se accede a ella mediante un libro, el libro de la oscuridad de Herzogk, el cual nadie de nuestra familia ha logrado encontrar.
Mi bisabuelo escribió ese libro; fue un ser horrible y lleno de maldad que como se podrán imaginar también creó los cristales. Mediante hechizos y pactos logró ese poder. Él, al no cumplir muchos de sus acuerdos en los pactos que hacía con los seres del infierno, fue condenado. Murió, pero sólo aquí en la tierra, en el infierno sigue vivo y pagando sus errores.

Cuando murió, quisieron destruir los cristales, sin embargo fue imposible, sea como sea volvían a la familia.

Se dieron cuenta que cada uno le pertenecería a cada persona que mi bisabuelo colocó en una lista, la persona que lo poseeria era el único que no le haría daño, y cuando éste muriera, el cristal desaparecería con él.

En la lista estaba escrito con letra corrida y tinta rojo sangre:

Hernan Herzogk.

Dan Herzogk.

Noah Herzogk.

"La última será la que escoja el destino de mi legado con los cristales de la oscuridad. La única que puede salvar a la familia de esta terrible maldición que yo mismo he causado. La salvadora. La luz en la oscuridad".
         
                                            Louis Herzogk.

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— Buen día, señorita Herzogk— Me saludó Jadz haciendo una pequeña reverencia.

— Cada día más idiota, Jadz— Me burlé.

Jadz Thomas, mi compañero de trabajo y mejor amigo desde hace casi diez años. Un chico carismático, muy alto, castaño, ojos verdes intensos e hipnotizantes.

Todo un modelo, sí, sí.

— Por cierto— Me sonrió— Hay una chica nueva— Subió y bajó las cejas con una mirada de malicia.— Vamos, la directora dará una reunión, supongo que es para anunciar que hay un nuevo bombón en nuestro grupo.

— Ni sabes cómo se ve— Bufé.

— Oh, vaya. Me suena a que cierta chica está celosa de que la bajen de su trono.— Soltó una carcajada sonora.

—¡Claro que no!— Exclamé.

— Le dije a la directora que no era buena idea tener niños en el edificio— Nos interrumpió uno de los jefes del edificio, haciendo énfasis en "niños". Suspiró y volteó los ojos. — Reunión. Oficina tres. Ahora.— Dio la vuelta y salió resonando sus pasos.