Su piel era tersa, suave, inmaculada; perfecta para él. Los dedos masculinos trazaban un recorrido ansioso por ese vientre liso hasta llegar a la parte más baja de este, algo que provocó una serie de gemidos por parte de ella, que fueron acallados por un devorador beso. - Tengo que irme, Deuteros, mañana salgo de misión- dijo Elfriede, separándolo ligeramente de su cuerpo. - Solo un poco más- pidió Deuteros, descubriéndole los pechos para saborearlos a su gusto. - ¡Ah! Lo haré si...me tomas...de una vez- gimió Elfriede con voz entrecortada de placer. - Tú lo has querido- dijo Deuteros con una sonrisa pícara, levantándole el vestido y arrebatándole la prenda que cubría su intimidad, para luego entrar en ella de golpe. Elfriede gritó y se colgó de su cuello, rodeándole la cintura con sus piernas; él se hundía en ella cada vez más rápido, hasta quedar los dos sudados y sin aliento. - Eres mi mujer, muñeca- le susurró Deuteros al oído con voz ronca. - Me encantaría pasar la noche contigo, pero debo partir antes de que amanezca- dijo Elfriede con pesar, acariciándole el pecho al moreno. - No importa, solo...vuelve a salvo, por favor, mi amor- dijo Deuteros de un modo muy tierno, que casi derrite a Elfriede. - Te lo juro, no me pasará nada- prometió la joven antes de despedirse con un último beso apasionado.
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La expresión disgustada de Elfriede lo decía todo; acababan de informarle que sus acompañantes en la misión serían Kardia y Shion. No tenía ningún problema con el jovencísimo Santo de Aries, pero con Kardia era otra la historia, pues ella lo consideraba muy inmaduro como para ser Santo de Athena, y mucho más para pertenecer a la élite. - No hagan drama, por favor, se supone que esto será una misión sencilla- acotó Shion al notar lo tenso del ambiente entre esos dos. - Entonces, no sé por qué tienen que venir dos Santos de Oro conmigo- replicó Elfriede molesta. - Es solo una misión de reconocimiento de los movimientos de algunas Estrellas Malignas, pero la torre en la que están apresados también guarda sellada a la diosa de la venganza Némesis, por lo que enviarnos es simple precaución- explicó Shion, mostrando el mejor carisma que podía para tratar de relajar a sus compañeros. - Ya veo, es una pena que Dégel aún se encuentre reposando de su misión en Francia, seguro que sería muy útil en esto- habló Elfriede, mirando con reproche a Kardia- Después de que este loco puso en peligro la vida de la señorita Athena, no lo considero muy confiable. - ¡¿Cuántas veces tengo que decir que no sabía que ella era Athena!?- gruñó Kardia, ya muy molesto por la actitud de Elfriede. - ¡Aún así, no debiste arriesgar la vida de una niña!- refutó Elfriede indignada. - Hey, ya basta- les llamó la atención Shion- Vámonos, tenemos un largo camino por delante.
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- ¿Esta es la torre?- inquirió Elfriede, deteniendo su marcha frente a un torreón gris medio derruido; sus compañeros hicieron lo mismo. - En efecto, es aquí- confirmó Shion, mirando hacia todos lados en alerta. De repente, tres Cosmos hostiles se hicieron sentir en el lugar. - Parece que ya despertaron- señaló Elfriede. - Genial, hay uno para cada uno de nosotros- comentó Kardia con una expresión de locura. - ¿Qué solo piensas en eso?- preguntó Elfriede incómoda. - Vamos, no es momento de pelear- trató de calmarlos Shion; mas, percibió un ataque viniendo hacia ellos y extendió sus manos al frente, mientras encendía su Cosmos- ¡MURO DE CRISTAL!- vociferó, levantando una pared translúcida ante ellos que detuvo el ataque- ¡¿Están bien!?- preguntó preocupado a sus estupefactos compañeros, quienes asintieron; sin embargo, Shion fue derribado por un sorpresivo ataque, dejándolo malherido. - ¡¡Shion!!- gritó Elfriede preocupada y furiosa, corriendo hacia él y encendiendo su Cosmos- ¡Devastación de Orión! El ataque destrozó al Espectro, estrellándolo contra el suelo. - ¡Aguja Escarlata!- gritó Kardia eufórico, aguijoneando sin piedad a otro Espectro, quien murió retorciéndose de dolor. El tercer Espectro trató de darse a la fuga cobardemente, pero el ataque de Kardia se lo impidió, dándole el mismo fin que a su compañero. - ¡Kardia, debemos regresar!- exclamó Elfriede, sosteniendo la cabeza de Shion en su regazo, mientras procuraba aliviar sus heridas usando su Cosmos. Kardia iba a asentir, pero un Cosmos abrumador y oscuro que emanaba de la torre lo dejó anonadado. - Némesis despertó- murmuró Shion casi sin fuerzas. - ¡No puede ser!- gritó Elfriede pasmada; pero, de inmediato, reaccionó y se volvió hacia Kardia- ¡Bicho, por más que esto me disguste, hay que trabajar en equipo para impedir que Némesis salga de la torre!
- De acuerdo- aceptó Kardia- ¿Qué hago? - Humanos- resonó la voz de la diosa-, ahora que soy libre nuevamente, les daré el justo castigo que merecen por atreverse a levantar su puño contra los dioses. - Eso es lo que tú crees, Némesis- masculló Elfriede- ¡Kardia, usa tu aguja para perforar cinco puntos de la torre, trataré de hacer un sello de Cosmos! El aludido hizo lo que se le indicó y Elfriede encendió su Cosmos; con este, trazó unas líneas a través de los agujeros hechos por Kardia, creando un sello capaz de impedirle la salida a la diosa. - ¡MALDITOS!- rugió enfurecida- ¡Pero, yo seré libre de un modo u otro! ¡No tomaron en cuenta que ese sello no funciona si tengo un cuerpo de carne! Sin darles tiempo a reaccionar, el alma de Némesis saltó sobre Elfriede y la cubrió, apoderándose de su cuerpo, el cual se retorció de una forma horrible, luchando contra la invasión; sus ojos turquesas cambiaron a una tonalidad rojiza y su rubio cabello se oscureció. El Cosmos que emitía era negro y pesado, tanto que sofocaba a los dos aturdidos Santos de Oro. - E...Elfriede- musitaron ambos. - ¡Jajaja, qué suerte, me he apoderado del cuerpo de una linda joven!- se carcajeó Némesis complacida- ¡Prepárense, humanos, llegó la hora de sembrar el caos!Continuará...
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Yo te voy a amar [Remake]
FanfictionElfriede es una bella joven de fuerte carácter que ha pasado por múltiples vicisitudes en su corta vida. Esto solo se complica cuando ella decide convertirse en una guerrera al servicio de la diosa Athena junto a su hermano, tal como su padre antes...