"Si al final nuestro chaleco antibalas no puede protegerlos, sentiremos las balas junto a ustedes"
Hermosa portada gracias a @EditorialKpopWorld
Hecha por la increíble @COCOB0TTLX
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Yoongi entro a la sala sin molestarse en tocar la puerta antes, sabía que solo ella estaba dentro, no habría porque preocuparse por formalidades. Solo que no se esperaba en lo absoluto la imagen con la que se encontró al entrar; esperaba verla en el medio de la sala bailando con energía a pesar de lo tarde que era, como muchas otras veces la había visto, sin embargo la encontró recostada en el suelo contra la pared de espejo. Completamente dormida.
Una pequeña sonrisa se escabulló por sus labios ante la enternecedora imagen.
—Que obstinada —masculló para sí mismo pensando en lo cansada que tuvo que haber estado para quedarse dormida en medio de una práctica.
Entró por fin a la sala dirigiendo sin dudarlo a su novia para agacharse frente a ella sin saber realmente lo que hacer, se veía tan pacífica que le aterraba tan siquiera pensar en acercar su dedo a ella.
Por esto se dedicó ese fugaz momento para admirarla con total libertad, sin tener que disimular y sin preocuparse a esconder su sonrojo cuando ella lo vea. Se perdió en su pálida piel, quería rozar sus dedos por su mandíbula, besar sus labios rosados, observaba sus parpados en la espera de que se abrieran para dejarle ver sus brillantes ojos.
Se sentía tan agradecido de tenerla a su lado, tan suertudo.
—Es aterrador lo que haces en mí —susurra hablándole aún cuando sabía que hablaba solo—. ¿Cómo puedes hacer latir mi corazón tan rápido solo estando ahí dormida?
Pocas habían sido las veces en que Yoongi se sinceraba de tal manera, y de esas contadas ocasiones solo una había sido frente a Jiyoon, entendible teniendo en cuenta que estaba un poco pasado de copas ese día. Era muy extraño hasta para él escucharse hablar de esa forma, aquellas frases que tan solo vivían en su mente a diario, pero que nunca veían la luz del día a excepción de las canciones inspiradas en sus incontables sentimientos hacia la castaña.
Sin darse cuenta llevó su mano hasta su cabello retirando leve un mechón de cabello que entorpecía la vista de su rostro.
—Te amo —farfulló entrando en pánico al ver como se removía incomoda.
—Yoongi —Entró en pánico al escuchar como lo llamaba entre balbuceos, pero también sentía como su corazón estaba a punto de explotar y sus mejillas quemando—. Oppa.
—Aquí estoy —dijo entregándole su mano que se movía buscando algo.
Al contrario de lo que esperaba, no se despertó por completo, por lo que optó por llevarla a casa. Solo que había un problema; la chica no parecía dispuesta a soltar su mano entre sueños.
Bufó tratando de zafar sus dedos de su mano, incluso ayudándose de su otra mano, pero cada esfuerzo fue en vano. Yoongi ya no sabía qué hacer, odiaría despertarla en cualquier circunstancia razón por la cual no tuvo más remedio que sentarse a su lado, cerrando los ojos a la espera que su chica despertara o que su mano se cansara de sostener la otra.
Estaba tan en su mundo que no pensó en abrir los ojos para ver como Jiyoon a su lado medio sonreía al ver como su plan había salido a la perfección.
