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-Vamos a comprar algo para cenar-Le dijo Tom.
-No te moverás de aquí, ¿Verdad?
-No-Contestó ____ a Leonardo-Es de noche. ¿Dónde crees que voy a ir?
-Solo decía...
-Está bien. Nos vemos dentro de un rato-Tom se acercó a ella y volvió a besarla. Leonardo lo miró y lo cogió del brazo hasta sacarlo del apartamento.
-Soy yo el que no puede aguantarse las miraditas y tú ni siquiera te contienes-Lo acusó una vez fuera.
-Cállate. Es mi novia. No la tuya.
-¿A caso ha dicho que volvieran ha ser pareja?
-Ya no está con el maldito de Henderson.
-Eso quiere decir que esta libre, no contigo. Así que como vuelvas a besarla antes de la una de la madrugada, te aseguro que en cuanto regresemos me la tiro encima de la mesa.
-Un beso no significa tirársela.
-Me da igual. No quiero que la toques antes que yo.
-Acordamos que sería al revés. Si te lanzas sobre ella como una fiera empezara a gritar.
-¿Y qué pensaras que hará cuando nos la estemos follando entre los dos? ¿Suspirar? Oh, por favor... A veces creo que eres tonto, Tom.
-Hay que hacerlo de la mejor manera posible. No nos conviene que luego se nos escape corriendo y vaya diciendo por ahí que la hemos violado.
-No la violaremos...-Dijo Leonardo con tono cansino-Le haremos el amor-Remarcó irónicamente, echándose a reír. Tom negó con la cabeza y también rió.
Mientras tanto, _____ se mantenía sentada en el sofá con las piernas dobladas bajo ella. Empezó a hacer zapping buscando un canal donde emitieran algo divertido pero no había más que chorradas. Se cansó. Se levantó y empezó a pasearse por la casa.
Veinte minutos después, dominada por el aburrimiento y el cansancio se dejó caer en la cama. Cerró los ojos por unos instantes y luego volvió a abrirlos, yendo su mirada directa hacía un armario que había frente a ella, y se percató de que había una caja en lo alto. Se preguntó que habría dentro. Le picó la curiosidad y no pudo abstenerse a ir a por una silla, subirse en ella y bajar la caja. Una vez con ella entre las manos, bajó con cuidado y se subió a la cama, sentándose en el centro con las piernas cruzadas. Examinó la caja, cuadrada, de metal y llena de polvo. Podría llevar allí arriba más de un año. Sopló un poco expulsando el polvo que había sobre ella y luego trató de abrirla. Ejerció toda la fuerza que pudo y consiguió quitar la tapa, dejando ver el interior. Todo su ser se paralizo.