Capitulo 31.

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-Fui una tonta-Dijo Danielle.

-No. Te entiendo-Corroboró James-Supongo que no te lo esperabas y...

-Sí, James. Fui una tonta, una estúpida. No sé porque me comporté de aquella manera contigo. No debí haberte cerrado la puerta en las narices. Yo solo...-Dudó-Oh, lo siento, James.

-No pasa nada, Danielle. La culpa fue mía por tratar de expresarte lo que sentía. Ahora sé que no tengo oportunidades, así que, simplemente seguiré siendo tu amigo-Le dedicó una débil sonrisa. Danielle lo miraba atónita.

-¿Qué? No. No, James.

-¿No qué?

-Es que... Si fui una estúpida. Una autentica estúpida. Porque acabo de conseguir que te alejes de mi cuando creo que también siento algo por ti.

Los ojos de James se abrieron como dos platos.

- James...-Susurró ella, acercándose y tratando de explicarse lo mejor posible-Lo último que esperaba oírte decir era que sentías algo por mí pero... Ahora que yo también sé que hay algo dentro de mí derritiéndose por ti creo que...

-¿Q...Qué?-Tartamudeó él.

-No sé... Necesito que tú digas algo... Por favor.

-No... No hay nada que decir-Dijo con la voz entrecortada. Danielle sintió un nudo en la garganta-No necesitas que diga nada. Necesitas que te lo demuestre.

El corazón de Danielle se disparó cuando James dio un paso hacía ella, nervioso, le sudaban las manos. Agachó la cabeza cuando quedó frente a ella y respiró hondo. Luego colocó una mano en la cintura de la chica y al instante, posó sus tiernos ojos sobre los de ella. Y seguidamente, acercó su rostro para atrapar los labios de Danielle entre los suyos y besarla.

Cinco segundos después, James se separó de ella, quien aún tenía los ojos cerrados y seguía hechizada por el momento.

-¿Lo he hecho muy mal?

-¿Qué?- Danielle abrió los ojos- James, me... Me ha encantado-Confesó, sintiendo como sus pómulos enrojecían-¿Pu...Puedes...?

-¿Repetirlo?

Y ella asintió, con vergüenza, para dejar que James volviera a pegarse a ella y que volviera a dejarla atontada con el magnífico y tierno beso que le dio.

*********

-¿Qué les pasa a ustedes dos?-Preguntó Logan, viendo como Kendall y Miranda no dejaban de lanzarse miradas indiscretas y de susurrarse cosas al oído.

-¿Qué?-Preguntaron ambos, volviendo la vista hacía Logan.

-Están muy cariñosos, ¿No?-Intervino Zack.

-No te metas en su vida-Le acusó Rosario, cogiéndolo de la barbilla-Toma-Le acercó una cuchara cargada de helado. Zack abrió la boca y dejó que Rosario lo alimentara como si fuera un bebé, luego rieron.

-Entonces...-Volvió a hablar Logan -¿Ocurre algo entre ustedes dos?

-¡No!-Gritaron.

-Jajajaja ¿Ah, no?

-No-Volvió a responder Miranda-Solo somos... Amigos-Sonrió.

-¿Amigos?-Murmuró Kendall-Te queda poco de ser mi amiga, bonita...

Miranda lo miró mal, y le dio un codazo.

-Auchhh-Se quejó él.

-Cállate-Le ordenó ella-Ya te dije que no ibas a poder seducirme tan fácilmente como crees.

-Eso ya lo veremos.

-Ejem...-Logan tosió. Kendall y Miranda se dieron cuenta de que el resto de sus amigos tenían la mirada puesta sobre ellos.

-¿Qué pasa?-Preguntó él, mirándolos a todos.

-¿No sabes que secretitos al oído es cosa de viejas?-Le informó Carlos.

-¡Eh! Yo no soy vieja-Se defendió Miranda.

-No, lo decía por él.

Y Kendall le tiró la cucharita del helado que se estaba

comiendo. Carlos rió.

¿Donde quedo la promesa? (Logan Henderson & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora