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Renuncia voluntaria. Lee Donghae.

Esto. Es. Una. Jodida. Broma.

No puedo evitar fruncir el ceño porque en realidad no estoy entendiendo una mierda. Osea, si he estado enojado, pero no he hecho nada grosero o al menos eso creo, a mí pecesito. No entiendo, creí que le gustaba su trabajo.

Es decir, es algo torpe y un poco juguetón, pero es justamente la razón por la que sigue en este departamento y no en el de su amigo Heechul. De verdad, de verdad no estoy entendiendo nada.

—¿Qué significa esto?

Esperé no usar un tono de voz severo, pero creo que no ha salido del todo bien a juzgar por el pequeño brinco que ha dado mi pez.

—Yo... Bueno... Yo... Eso. He venido a presentar mi renuncia.

A pesar de que al principio tartamudeó, su tono se volvió firme y seguro. No sé que está pasando pero definitivamente no lo acepto. ¿Es acaso que el idiota e Siwon lo obligó a renunciar? Si es así voy a despedirlo a el antes que aceptarle la renuncia a Donghae.

—No estoy entendiendo Donghae.

—Bueno... Estoy queriendo decir que a partir...

—Entiendo muy bien lo que es una carta de renuncia. Lo que no entiendo es porque. ¿La paga no es suficiente? ¿Te acosan? ¿Te están obligando?

—No, no, no, no. No es nada de eso...

Su pequeño cuerpo se encogió en su sitio, mientras movía las manos bruscamente en negación.

—...Es solo... Bueno... El viernes...

—¿El viernes? El viernes fuimos a un karaoke y nada más. No tienes porqué tomarlo personal.

—Usted... ¿No escuchó nada de lo que Heechul dijo?

—¿Tenía que? Lo siento Donghae, pero estaba bastante bebido y no recuerdo más que verlos cantando.

De repente mi pez parecía más aliviado, seguramente porque pensaba que fuera lo que fuera que dijo Hee iba a crearme una mala imagen de el. Lo supe porque en cuanto le mencioné que no había escuchado nada de lo que Hee había dicho, Hae tomó el sobre entre sus manos y salió corriendo de mi oficina.

¡Pero que tierno!

Retomando el hecho de que aquello pareció hacerlo sentirse aliviado, también me quitó un peso de encima el saber que Donghae no estaba enojado por haberme marchado así sin mas aquel día.

¡Pero realmente estaba enojado con Siwon!

Y hablando de el, debería averiguar qué fue lo que Heechul dijo para hacer que mi pez quisiera irse de su pesera.

Seguramente alguna barbaridad.

Ya me enteraría esta tarde.

Pov Donghae

Me he salvado por los pelos.

No soy muy partidario de decir groserías pero está ocasión lo amerita.

Jodida mierda ¡POR. UN. PUTO. PELO!

Y es que si el papi rico de Hyukkie no me hubiera hecho el interrogatorio, ahora mismo estaría mariqueando en la cafetería de la esquina, contandole a mí buen amigo Leeteuk (dueño de esta) como es que había renunciado porque el amor de mi vida se había enterado de que estoy obsesionado con su pol... Polera de red.

Me sorprende de hecho, la graciosa manera en la que me he salvado, es decir, he tenido mucha suerte para que no escuchara aquello. De seguro fui un Avenger en mi vida paralela y por eso los dioses me cuidan.

Aún no me cabe en la cabeza que no haya escuchado nada. ¿O será acaso que finge demencia para no hacerme sentir mal?

¿Porque parecía afectado con que renunciara?

No soy así como que el empleado ejemplar... A veces llegó tarde (pero no es mi culpa, es que ese maldito despertador se empeña en. No volver a sonar cuando ya lo he apagado diez veces), soy un poco... Bueno un mucho torpe (recuerdo aquella vez que por estar platicando con Heechul presioné varias veces un botón de la máquina surtidora de café y acabé descomponiendola) y muy, pero muy distraído.

Osea, en todo lo demás soy divino, quizá por eso es que me retuvo.

Me ilusiona pensar que me necesita.

Pero siendo honestos, esto no es un cuento de hadas, yo no soy cenicienta y Hyukjae no es mi príncipe azul.

Me encantaría que lo fuera y que me hiciera tantos hijos como si fuera un conejo o tantos quesos como si fuera lechero, si que si.

En fin.

La cosa es que no estoy fuera de la empresa y que mi jefe no sabe lo que Heechul gritó a los cuatro vientos.

Soy un hombre afortunado.

O al menos eso pensaba hasta que vi al rey del drama atravesar los pasillos hasta llegar a la oficina de mi Adonis personal.

¿¡Qué mierda hace Heechul ahí!?

Y como no, como buen radar de chismes que soy, no me iba a perder para nada esa conversación, porque seamos sinceros, mi pellejo se habrá salvado el viernes, pero no ahora, con un Hee tan hablador como un perico y un jefe tan intimidante como Hyukjae.

Entonces, muy discretamente, como si fuera un agente especial de las fuerzas armadas de Corea (de algo me había servido el servicio militar obligatorio) me dispuse a llegar hasta la puerta que me separaba del amor de mi vida. Tomé un vasito de esos que usan para el café, y lo pegue a la puerta al igual que mi oreja a este.

—Hola papi pez.

—Hola Heechul. Toma asiento.

—¿Cómo te va con el pecesito? ¿Sirvió de algo llevarlo al karaoke, señor presidente?

Bien, hasta aquí no estoy entendiendo nada de nada, ¿Vale? Porque para empezar Hee está hablándole en tono muy casual a mí precioso. Osea, nada que ver. Luego está el que están hablando del Karaoke. ¿¡Y porque le ha dicho papi pez!?

—Oh, pero claro que sirvió de algo. Sirvió para tener la renuncia de Donghae.

Alerta roja. ¡Están hablando de mi!

—¿Es en serio? ¿Y qué has hecho?

—Lo he interrogado y parecía muy aliviado de no haber escuchado lo que dijiste ahí.

—Ah... Sobre eso. ¿Quieres saber lo que he dicho?

Oh no. Ahora sí estoy en problemas. Si se lo dice será mi muerte. Debo evitar a toda costa que eso pase. ¡Ya se! He de decirle al jefe que tiene una reunión importante y que debe ir ya. Pero ya. Si si.

—Sabes que si. Todo lo que tenga que ver con Donghae me interesa.

—Esto será divertido.

Tengo que pensar, rápido cerebrito, de verdad necesito tu ayuda ahora... O no.

Cuando creí que nada podría empeorar la situación, resulta que no, que siempre hay algo que termina por joderme, como por ejemplo, el que Heechul abriera la puerta, yo cayera de bruces al suelo, y el de nuevo soltara una de esas risitas que presagian la muerte.

—Le estaba diciendo al jefe que estás enamorado de el desde que lo viste en el baño de hombres hace tiempo~

—¿Qué cosa?...

Y si, ahí era un buen momento para que la tierra me tragara o que cayera un meteorito y me matara. Pero no, solo atiné a gritarle a Hee como un loco, ponerme rojo y luego ponerme a llorar como si no hubiera un mañana.

¡Maldita sea Heechul!

Rum Dee DeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora