Rum Dee Dee

8

Encontré a Heechul mientras caminaba con una hamburguesa tamaño mini. Apenas le había dado una mordida cuando un ángel (así le había puesto en ese entonces) chocó conmigo.

Obviamente mi comida fue a parar, la mitad en el suelo, la mitad en mi ropa. Lo Lee se me salió y comencé a vociferar y soltar maldiciones no aptas para un adolescente. Le  lancé el resto de mi hamburguesa a la cara.

—¡Imbecil! ¡Has hechado a perder probablemente mi única comida del día!

—Lo lamento tanto... Déjame compensarte...

—Dejalo... A menos de que tengas un lugar en donde contraten a menores de edad entonces esa sería una grandísima forma de compensar. Pero como eso no va a pasar, entonces, pierdete.

—Deberias de ser más amable. — Heechul se cruzó de brazos, debo decir que se veía como un modelo de esos de televisión. Fácilmente me quedé embobado en sus facciones por un momento antes de que reaccionara y me pusiera rojo cual tomate. Heechul comenzó a reír y despeinó mi cabello como si fuera alguien familiar. Mi rostro estaba a punto de estallar. — Te ha comido la lengua el ratón.

Puedo decir sin duda que caí rendido a el.

—No... No es eso... Es que eres muy...

—¿Lindo? ¿Sexy? ¿Caliente?

—¡Has tirado mi hamburguesa!

—Y tú has arruinado mi peinado.

Mire su cabello, un pedazo de lechuga pendía de este. Me heché a reír, Nim también lo hizo.

Luego de ello se ofreció a comprarme otra hamburguesa, una tamaño doble y con papitas y refresco, no pude negarme, así que luego de un par de minutos estábamos en una de las mesas de un Mc'Donals de verdad (puesto que a donde había ido al principio era una mala imitación). El me miraba insistentemente, y yo a él. Reconocía sus facciones como la cosa más bonita que había visto, lo mire, lo mire y lo volví a mirar. Al cabo de algunas miradas más, el se recargó sobre sus brazos.

—¿Y bien? ¿Porque quieres un empleo? Antes mencionaste que eras menor de edad.

—La abuela falleció. Y no quiero ir con servicios sociales. Necesito un trabajo para pagar el lugar en donde vivo y alimentarme.

No sé porque decidí que era bueno confiar en el, pero ahí estaba, contandole el porque necesitaba ese empleo.

Heechul me miró y sacó su móvil, me tensé pensando que llamaría a servicios sociales o a la policía, pero contrario a lo que pensé, el llamó a un tipo al que llamó "cara de caballo".

—Tenemos a un pecesito perdido en el mar.

POV Hyukjae

Todo el mundo tiene una historia que contar. Sé que Donghae es una de esas personas que tienen un montón de secretos escondidos y que a su vez es la persona más pura que he conocido. El simplemente, es como es.

Me he pasado por el edificio donde vive un par de veces después del incidente con Heechul. Yo, debo admitir que la cagué con Donghae. Los celos me han cargado y no puedo consentir que haya lastimado a la persona que quiero y a mi amigo por una estupidez. No he visto a Heechul por la oficina y Siwon se niega a decirme en dónde está.

La cagué, la cagué en grande y todo por dejarme llevar por mis estúpidos celos, pero es que no pude soportar el hecho de ver a Donghae con alguien más.

Pero para ser honestos, yo no sabía de su situación hasta que una de las tardes yendo a su departamento, me topé con este cretino.

¡Estaba vendiendo sus camisas!

Puedo asegurar, con todo lo que poseo, que Donghae adora la forma en que viste. Lo he visto acomodar su ropa, peinarse, cuidar su imagen ante todo. Oh, si, Hae es un amante de Gucci, no regalaría y mucho menos dejaría que un tipo de quinta la vendiera por mucho menos de lo que vale.

—¡Tú! ¡Desgraciado hijo de puta!

Tan pronto como lo dije, ya estaba con mis manos rodeando su cuello, el tipo comenzó a temblar tanto que creí se haría en los pantalones.

—¿¡Qué te pasa!? ¡Sueltame idiota!

—¿¡Porque estás vendiendo las cosas de Donghae!?

—¿¡Quien!? ¿¡De qué estás hablando!?

—¡El dueño de estas cosas!

—¡Alto ahí amigo! ¡Estas cosas son mías! ¡Pague una jugosa cantidad por ello!

—¡Estás mintiendo! ¡Yo te vi con Donghae!

El hombre se soltó de mi agarre, se sacudió las solapas y se hechó a reír. ¡Se hechó a reír!

—Oh si, el chico rubio de ojos bonitos. Si verás, yo quería algo más que su ropa, pero el se negó, así que solo pagué la mitad de lo que le había ofrecido inicialmente. Se veía realmente necesitado, porque aceptó antes de que bajara la oferta.

Estúpido Hyukjae. ESTÚPIDO, ESTÚPIDO ESTÚPIDO.

Ahora mi estupidez había herido a dos personas importantes para mi. Joder, joder, joder.

Fui a su casa un par de días, pero ni el ni, Heechul aparecían por ahí. Incluso tuve que preguntarle a Sehun, y miren que me contuve de partirle la cara cuando me dijo que no sabía nada de su novio ¡SU NOVIO! 

COMO SI NO SUPIERA QUE MENTIA.

Así que ahora estaba aquí en su departamento de nuevo, quise entrar, pero la llave no entró, lo que me da a entender que ha cambiado la chapa. Mierda.

—Se ha mudado.

La anciana que días antes me había dado la llave del departamento, salió con la pequeña gatita en brazos.

—Lo vi. Vi a el y a un muchacho bonito sacando cosas. Mh... No sé que le pasó, se veía triste. Es un muchacho muy solitario, siempre andando solo, viviendo en ese lugar al que no le da la luz, pero él no le necesitaba, irradia luz propia.

—¿Cómo?

—Vino aquí hace muchos años, oh sí, aún lo recuerdo, mi querido esposo le dio ese sitio. Se veía tan triste y solitario, pagó muy poco por lo que realmente costaba ese pedazo, pero con el paso del tiempo se hizo de cosas. El primer día durmió en el suelo, aunque los siguientes días no vimos que llegara a casa temprano. —La mujer me invitó a entrar a su hogar, quería hablar con Donghae, pero saber de él también, así que entré y tome asiento en uno de sus sofás. Ella extendió una taza de té delante mío.

—Oh, lo siento, no me gusta el té, gracias de todos modos.

—A Hae tampoco le gusta. —Rió bajo. — ¿En dónde me quedé? Oh, si. El llegaba a casa muy, muy tarde, un día de esos mi esposo logró hablarle, le regaló la vieja cama de nuestro muchacho, Leeteuk. En fin. Los siguientes días nos enteramos que era menor de edad, quisimos llamar a servicios sociales pero el nos rogó que no lo hiciéramos. Fue ahí cuando supimos que era huérfano, y que su abuela había fallecido hacia unas semanas.

—¿Cuan menor era?...

—Creo que 16. La verdad no lo recuerdo. Yo sé que desde entonces ha querido hacer las cosas bien. Llega a casa temprano, no bebé y se por una de mis amigas, que es voluntario de un asilo de ancianos.

—¿Sabe dónde está ese lugar?

—Lo siento querido pero no. La señora Park no ha venido por aquí en mucho tiempo...

Perfecto Hyukjae, acabas de joder a un inocente.