Bebé

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-¡Sonrían, niños!- un flash me cegó por milésimas de segundo.

-Te ves lindo, Hobi.- Mire a mi lado, el niño de cabello castaño y sonrisa cuadrada: Kim Taehyung.

-Me lo habías dicho hoy en la mañana.- suspiré rodando los ojos y terminando por cruzarme de brazos.

En mi último año de escuela básica, aún no puedo quitarme de encima a ese niño.

-Es que, de verdad eres hermoso.- Taehyung suspiró, mirándome como lo hacía cada receso después de que Jungkook dejara la escuela.

-Gracias, TaeTae.- él sonrió.

Para nuestro tercer año, Jungkook, el mejor amigo y confidente de Taehyung, se fue de la escuela debido a que se mudaría a Chicago. En un principio no pude estar más feliz, un idiota menos para mi.

Lo que no esperaba era encontrar a un frágil Taehyung llorando a mares dentro del salón de clases vacío. Y la primera vez lo ignoré, la segunda lo miré desde lejos, pero la tercera no pude más.

Taehyung en combinación con Jungkook era un idota, egocéntrico y pervertido, pero Taehyung, solamente Taehyung, era un chico débil, solitario y tímido.

-¡Hey!- dije por fin. Luego de mirar a Taehyung llorar por cinco minutos; luego de días mi corazón no soportaba tal imagen.

Taehyung se sobresaltó y abrió los ojos tan grande que un sapo a su lado quedaría tonto. Reí por eso.

-H-hobi.- susurró con miedo. ¿Qué había pasado con el Taehyung súper lleno de confianza y egocentrismo?

-¿Seguirás mirándome como si fuese una celebridad o me dejarás sentarme ahí?- señalé la banca a su lado, donde yacía su mochila de color verde con marcianitos como decoración, era linda, debía admitirlo.

Él tomó su mochila, dejándola del otro lado y limpiando sus mejillas de las cientos de lágrimas que escurrieron por ellas. Se quedó callado, con las manos en su regazo y mirándome.

-¿Quieres fruta?- negó.- ¿Quieres Sprite?- negó.- ¿Quieres pastel?- negó...-¿Quieres un abrazo?- y Taehyung se lanzó a mis brazos como imán al metal.

Y desde ese día supe que Taehyung no era un ser humano tan despreciable como pensé.

-¿Nos vemos mañana?- Taehyung me entregó mi mochila antes de salir de la escuela.

-Claro, aunque sabes que debes esperarme adentro. Hoy en la mañana casi te ve papá.- le reproché, tomando mis cosas.

-¿Por qué no quieres que tu papá sepa que somos amigos? ¿Te avergüenzo?- su linda carita, porque era lindo, cayó en picada al suelo y sentí un vuelco en el estómago.

-No es eso, TaeTae, es solo que papá es muy celoso, debo cuidarte y cuidarme.- sonreí por último para acercarme, besar su mejilla, tomar su mano y dejar los diez won.

Salí corriendo después de eso, escuché a Tae gritarme, pero no le haría caso. El sabía tanto como yo, que lo necesitaba.

Vi el carro de papá estacionado en la esquina. Después de varios años, por fin papá tenía la dicha de tener el carro de sus sueños.
Subí, dejé mis cosas en la parte trasera del auto y me incliné un poco hasta que mis labios reposaron en la áspera barba.

-Seokkie.-

-Papá.- sonreí cuando su rostro volteó y tomó mis mejillas besando suavemente mis labios, un beso inocente y dulce.

Aunque nuestra relación había avanzado y no de la forma más inocente.

El sexo parecía un tabú para papá, mientras mi cuerpo decía a gritos: "¡Fóllame!"

Sí, la adolescencia me estaba afectando y mucho.

Al separarnos, el auto fue encendido, trayendo a la vida el radio del auto donde se escuchaba a Supreme Boi y J-Hope en colaboración.

-Adoro esa canción.- chillé comenzado a cantar el coro de Hangsang.

-Lo sé, bebé.- papá subió el volumen mientras giraba por la avenida mirando de soslayo como me retorcía en el asiento.

-Debes rasurar ese monstruo peludo.-

-Pero a ti te encanta que esté peludo, bebé.- lo miré un segundo, sin comprender hasta que un guiño de su parte me hizo sonrojar.

-¡No me refería a eso!- grité exageradamente, cubriendo mi rostro con ambas manos y sintiendo el calor que emanaba.

Si, con 12 años y una relación "unida" con papá era inevitable que no haya visto su miembro.

Era grande, grueso, venoso, lleno de pelos, pálido y su punta era rojiza, supongo que su tamaño era grande, aunque no podría comparar porque era el único pene que había visto en mi vida a parte del mío. Siendo que el mío era más delgado.

Las risas de papá fueron lo último que escuché pues decidí guardar silencio hasta la llegada a casa.

-¿Yoongi?-

-Si.-

-¿Qué haces aquí?-

-Vengo por algo que me pertenece, maldita zorra.-

-No sé de que hablas.-

En ese momento la paciencia de Min había expirado. De un movimiento limpio sacó el arma de su chaqueta y apuntando a la cabeza de aquella mujer,sin dudar...disparó.

El llanto de un bebé se escuchó en el interior de la casa. Yoongi miró el cuerpo lleno se sangre, limpió las lágrimas que salían traicioneras y pasó de largo.

En una puerta blanca fue donde Min se detuvo, el llanto había terminado, pero podía escuchar los quejidos suaves en su interior.
Como si su bebé estuviera jugando.

Abrió lentamente la puerta, viendo al interior la decoración en azul, con juguetes de tela, peluches, mordeduras, mamilas, pañales y otras cosas.

En el centro fue donde su mirada quedó atrapada. Ahí, de pie en la orilla de la cuna estaba él, su bebé.

A paso lento se acercó, su corazón se había detenido cruelmente, sus pasos eran inseguros, sus manos temblaban, estaba ansioso, incluso estaba sudando en frío.

El bebé era tan lindo, tan pequeño, tan delicado, tan parecido a ella y aunque ahora estuviera muerta, su bebé siempre le recordaría lo hermosa que era aquella mujer. Su novia.

Fue su final cuando en aquel duelo de miradas, ese dulce bebé frente a él, balbuceó algo, dando pequeños saltos en el suave colchón a sus pies y su melodiosa risa inundó el cuarto.

Joder, el corazón de Yoongi había sido derribado, el corazón de piedra había vuelto a latir y la sonrisa en el rostro del pálido decía más que mil palabras.

¡Hola! 😊

¿Teorías? 😁

Muchísimas gracias por leer y comentar con amor 😍

L@s amo 💚

Papá ▪Yoonseok▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora