Whatever it takes p-2

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Segunda parte de "Whatever it takes". Detalles acerca de la vida normal que Natalie debería llevar y una sorpresa más. Por ende tendrá más concentración en Natalie.
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El rubio se encontraba ayudando a su hija, la cual tendría su primer día de escuela ya en nivel secundario y necesitaba algo de ayuda con algunos cuadernos que no encontraba.

Habían pasado unos buenos años desde que tuvo lugar el desastre ocasionado por Thanos, tanto por también la perdida de Tony y a su vez la de Natasha. Por lo cual, se mantuvo siempre apoyando a su hija y de igual manera recibiendo de vez en cuando la ayuda de sus amigos más cercanos.

La adolescente ya se encontraba en la cocina, buscando lo que quería para desayunar. Pero desesperándose al ver que no había lo que quería.

— ¡Papá! ¡no hay crema de maní! —continuó buscando pero fracasó en su búsqueda al ver que no había por ningún lado.

— Te compraré en cuanto vuelva de dejarte en la escuela, calma —respondió el capitán al llegar a la cocina, notando que seguía buscando.

—Pero yo quería ahora. —Hizo un ligero puchero mientras se sentaba a la mesa para continuar desayunando pero sin lo que realmente quería.

También se sentó frente a ella, comiendo su desayuno en silencio, notando algo raro en la rubia, llevaba una cadena de plata en el cuello pero con una extraña similitud que le recordaba a la que Natasha usaba hace tiempo.

— ¿De dónde obtuviste eso? —preguntó apuntando a su cuello. Cuando la rubia levantó la vista, pudo ver que si era el dije de plata en forma de flecha.

— Mamá me lo dio antes de irse, dijo que lo cuidara muy bien por si algo pasaba. Creía que seria buena suerte ponérmelo en mi primer día, no lo usaba porque necesitaba aún asimilar el hecho de que sigue sin volver —contestó con sinceridad y una leve sonrisa triste.— Hay que apresurarnos, se hace tarde —se levantó de su silla y así saco igual a su padre de sus pensamientos.

Rogers salió de su trance al escuchar a su hija mencionar que ya era tarde, puso lo que habían ensuciado en el lavavajillas para así no hacerse problemas con el lavado de las cosas.

No tardaron muchas horas para así llegar a la escuela, Steve le pasó la mochila a su hija mientras se despedía de ella. Deseandole que tuvieran un excelente día, que siempre los primeros días podían ser algo complicados pero no siempre había algo que cambiaba las cosas.

La rubia observó el establecimiento unos cuantos segundos antes de tomar la decisión de a pasos seguros adentrarse, recibiendo algunas miradas curiosas pero nada fuera de lo común, le era difícil hallar algún rostro conocido entre todo ese montón de gente que se veía avanzando por los pasillos.

— Es que nada puede ser más difícil ahora mismo. —murmuró para si misma mientras recordaba cuál le habían dicho que seria su taquilla para sus cosas.

Dejo sus cosas tranquilamente en su taquilla, tomando sólo lo que iba a llevar en la siguiente materia, hasta que notó un rostro bastante familiar. Una castaña que jugaba normalmente con el aura que salia de sus manos, lo cual al parecer para los demás ya era algo normal.

—Psst, Andy —susurró la rubia posando su mano sobre el hombro de la castaña con una leve sonrisa.

— ¿Qué querés? —respondió dándose la vuelta, notando de quien se trataba ahora.— Natalie, al fin llegaste. Se te pegaron las sábanas o qué.

—Simplemente extrañaba el sarcasmo, un favor estaría bien ¿no? Me lo debes. —preguntó esperando que aceptara.

— A ver, qué favor. ¿Qué cosa? —preguntó no recordando a que debía de referirse.

One Shots [Romanogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora