Capítulo 8

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Después de esa imprevisible despedida de Marinette, Adrien da media vuelta y recorre el camino de vuelta al gimnasio con una sonrisa enorme en su rostro. Por otra parte, Marinette le mira hasta que gira la esquina y lo pierde de vista. Busca en su mochila la llave de casa y cuando va a introducirla en la cerradura le sorprende ver la puerta abrirse por una Alya en pijama con el móvil en la mano.

-¿Alya?

-C-U-É-T-A-M-E T-O-D-O ¡YA!



Alya no acepta la excusa de Marinette de "tenemos que hacer la cena" y "no nos podemos dormir tarde, mañana hay que madrugar". Así que mientras ambas hacen la cena, Marinette tiene que soportar las preguntas de su amiga. Ella responde con todo lujo de detalles, nunca le ocultaría algo a su mejor amiga.

Marinette le cuenta como es el gimnasio, el entrenador, como conoció a Adrien, como acabaron ambos sudando y resoplando al dar el máximo entrenando, como le pidió el número y la acompañó a casa y todo lo que sabe sobre su vida.

-¿Me estás diciendo que has encontrado un esgrimista "buenorro", más mayor, con coche, rico, que te puede "enchufar" en el mundo de la moda y que claramente está ligando contigo y tú solo le das un beso en la mejilla?

-¡Alya! Me daba vergüenza hasta hacer eso. ¿Y cómo qué "buenorro"? Tienes novio.

-También tengo ojos, pero no cambiaría a Nino por nada. Marinette cásate con él ya amiga.

Derrepente suena el sonido de un mensaje en el móvil de Marinette.

-¡Ahh! Puede ser él, cógelo, cógelo.

-Estás más emocionada tú que yo.-Dice Marinette cogiendo el teléfono con las manos temblando.

-Lo dice la que no tiene pulso para robar panderetas. Además estoy orgullosa de que hayas ligado, ya era hora, te tienes que estrenar.-Dice Alya guiñando un ojo.

Aunque le cueste reconocerlo, Alya tiene razón. Marinette es más virgen que el aceite de oliva. Nunca se ha acostado con alguien, ni siquiera ha dado su primer beso. tuvo la oportunidad cuando empezó a salir con un chico de su instituto llamado Nathaniel, pero ninguno de los dos daba el paso y al final resultó que este era gay.

Marinette también se ha planteado esa posibilidad: ¿y si era lesbiana?. No, le gustan demasiado los abdominales de Shawn Mendes, también la cara de Justin Bieber, los ojos de Harry Styles...Además en los pocos momentos que ha estado con Adrien ha podido sentir una atracción innegable. Definitivamente le gustaban los chicos.

Marinette pulsa el botón para encender la pantalla de su móvil y en la pantalla de bloqueo aparece un mensaje de un número desconocido.

"Hola Mari, soy Adrien. Ya llegué a casa y me acordé de ti por esto"

Marinette desbloquea el teléfono y entra en la conversación de WhatsApp. Junto al mensaje, Adrien ha enviado una foto de un chupete. Llega otro mensaje mientras Marinette revisa la foto.

"Espero que el FBI japonés no lea está conversación, no estoy hecho para la cárcel"

Alya, que mira la conversación desde detrás del hombro de Marinette pregunta por el significado del chupete.

-Dice que soy una bebé por ser menor y bromea con ser detenido por estar conmigo.

-Bueno solo pueden detenerle si tú no consiente cuando fo-

-¡Las salchichas!.-Dice Marinette cortando a su amiga y además salvando su cena de una quemadura segura.

Terminan de cocinar y ponen la mesa.

-Bueno a qué esperas, estás haciendo esperar al pobre chico, contéstale.

-Pero no sé que decir.

-¡Trae anda!.-Dice Alya quitándole el móvil a su amiga.

Lo desbloquea ya que se sabe su contraseña y contesta Adrien con "jajaja muy gracioso, pero esta bebé te ha dado una paliza en esgrima".

-¡Pero qué has puesto!.-Dice Marinette recuperándo su móvil para leer el mensaje de Alya.

-Nada que no se pueda remediar. Te voy a enseñar a ligar.

Para sorpresa de Alya, Marinette contesta: 

-Si, porfavor.



Al día siguiente las chicas se preparan como de costumbre. Por el camino ven a Ito y Aika y se juntas las cuatro para llegar al instituto. Marinette le pide el número a las chicas para quedar por las mañanas y salir alguna tarde. 

El día pasa sin imprevistos, las horas libres que tiene Marinette las pasa en la azotea del instituto terminando deberes o adelantando trabajos. Al finalizar las clases, las cuatro chicas realizan el camino de vuelta a sus casas ya que hoy las japonesas no tenían practica en el club. Al separarse dos y dos en una esquina, Alya suelta la pregunta que Marinette no quería escuchar por ningún motivo.

-Sé que todavía tienes reciente el tema, pero ¿A qué club nos vamos a apuntar?

Un silencio de Marinette cede la palabra de nuevo a Alya.

-Es importante Mari, es obligatorio. Te dejaré elegir, iremos juntas.

-Escoge tú.-Marinette entra en su cuarto y deja la mochila en su cama con desgana.

-Supondría que dirías eso, así que he pensado en el club de química.

-¿Química?.-Dice Marinette saltando de su cama.-¡Pero si no la he dado en mi vida!

-Bueno si la diste...hace 3 años.

-¿Y pretendes qué me acuerde? 

-Escúchame, sé que no la estás dando, pero es la más útil para tí.-Alya se sienta en la cama con su amiga.-Según los folletos de los clubs, solo es un día a la semana, los viernes porque el resto de la semana la dejan para preparar ese día. Solo hay que preparar los cálculos y el viernes en el laboratorio desmuestras prácticamente que están hechos.-Alya le extiende el folleto a Marinette para que lo ojeé.-Además es en parejas, por lo que yo haré todo. Estoy dando química este año, no puede ser tan difícil.

-Está bien...pero no quiero saber nada de clubs hasta el viernes. 

-Tranquila, yo me encargo de la admisión. Y ahora vamos a comer, que me muero de hambre.

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