MEGAN
Como describir mis últimos días en París.
Alucinantes, creo que seria la palabra que mejor le quedaría a mi estadía. Faustus, es el nombre del hombre que me había invitado el primero de muchos tragos en esa vigorizante ciudad.
Después del desfile, decidí quedarme unos días para conocer mejor la ciudad y sus atractivos.
Que decir... París me había demostrado que por más de que vengas un montón de veces, siempre había algo nuevo por descubrir. Y más cuando tenía el mejor acompañante.
Faustus Blanc, empezó siendo un digno aperitivo para degustar, hasta que me dio vuelta la moneda y me dijo que antes quería llevarme a conocer su amada ciudad.
Sus palabras fueron... conóceme y si te gusta lo que descubres, pasaremos a esa fase.
Obviamente ustedes no lo pueden escuchar con ese acento irresistible que tienen los franceses, pero créanme entre ellos y los españoles y los italianos tienen una boca, que mama mía se adueñan de mis bragas.
Recorrimos muchos lugares juntos, la Torre Eiffel, seguida de la Catedral de Notre Dame, la cual no se podía entrar, por el incendio que se había llevado consigo gran parte de su estructura.
Una lástima, porque la Catedral tenía una magia que no se la veía en todas partes y que se expresaba a través de su estilo gótico, los enormes y coloridos rosetones y la abundante decoración escultórica.
Ya les conté que había venido a esta ciudad en otro momento y había conocido estos mismos lugares. Pero esta vez fue diferente, vivir y descubrirlos nuevamente de la mano de un francés era de otra era.
Pase con él unos días espectaculares y no les explico como fue la experiencia en la cama.
Solo puedo decirles, que el hombre sabia como moverse y dar una buena cantidad de orgasmos.
Pero bueno, llega el día en que uno tiene volver a la realidad y bajarse de la luna de algodón de azúcar.
Tenia que volver y hacerme cargo de mi empresa y mis negocios en Escocia.
Al llegar, me llego un mensaje de Simón, diciéndome que tenía que hablar de algo urgente conmigo.
Así que luego de bañarme y cambiarme la ropa que había usado durante el vuelo, fui a verlo. La secretaria, alias "la come hombres", me saludo con incomodidad, ya que interiormente habíamos tenido una charla sobre que mi hermano era mucho hombre para ella y el ya estaba tomado.
Alguien tenía que enseñarle a no meterse con hombres tomados. Aparte era eso o dejar que mi cuñada Natasha se encargara.
Creo que todos sabemos como hubiera ella manejado la situación.
Entre a su despacho y él me hizo una seña para que esperara a que finalizara la llamada.
Mientras tanto, mire las fotos que tenia sobre el escritorio. En una se encontraba conmigo en nuestro último viaje a Grecia y en la otra estaba con Natasha el día de su boda.
Que buena boda, aunque el recuerdo de con quien la terminé me hacia sentir agridulce al respecto.
-¿De que querías hablarme?
-¡Hola hermanita! ¿Cómo estas? Yo bien, gracias por preguntar.
Rodé los ojos divertida y corrí a abrazarlo-hola zopenco.
Él me despeino el cabello, como cuando éramos niños y me pidió que me sentara.
-¿Y bien? ¡Deja el suspenso hombre me que me estas matando!
Me preguntaba si Natasha ya le había dicho sobre el pequeño asunto...
-Dos cosas. La primera ¡Vas a ser tía!
-¡Lo sabia! Soy la puta ama.
Simón puso su cara enigmática- hablando de eso quieres explicarme ¿por que mi mujer me lo dijo de una manera muy creativa y poco usual?
-¿Como te lo dijo? Dime que te filmó.
-¡Sabia que tu tenias algo que ver! Lo que hizo tenia tu firma por todos lados.
-Upsi ¿Eso quiere decir que no me contaras?-puse mi cara más angelical.
-No, por lo que hiciste, quedaras con la duda eterna.
-Exagerado, me torturas sin razón.
Luego hablaría con Natasha, necesitaba ver ese video con urgencia.
-Te lo mereces diablilla.
-¿Mama lo sabe?
Su expresión de horror me dio risa- no, tengo miedo a su reacción, ya sabes que puede ser algo intensa. Y no es fan de Nat, no quiero un confrontamiento incomodo.
- En algún momento se lo tendrás que decir, es su abuela y si no le agrada que Natasha sea su madre ¡pues que le den! Ella no tiene ni voz ni voto en esto.
-Si tienes razón, aunque es más fácil decirlo que hacerlo.
-Si necesitas mi ayuda para suavizar las cosas...
-Lo se, puedo contar contigo y por eso te adoro.
-¿Cuál era la otra cosa de la que querías hablar?
-Ah si, Clark ha renunciado.
-¿Como dices que dijiste?
-Creo que hable claro hermanita, el ya no es más tu guardaespaldas. Pero el reemplazo ya esta aquí para presentártelo.
-Cobarde.
-¿Perdón?
-Que es un maldito cobarde.
-¿Hay algo que deba saber? Vamos Meg siempre hemos hablado y con este asunto te vuelves la chica del exorcista.
-No lo puedo creer, maldito egocéntrico nerdental, horroroso, controlador, estafador, cobarde...
Simón me miraba como si me hubiera vuelto loca. Pero es que no lo podía creer él me había abandonado y no había tenido los huevos para decírmelo cara a cara. Seguro esa chica de la foto, tenia que ver. Jason me ocultaba cosas, no era ciega, pero siempre creí que el me lo contaría a su tiempo. Ahora me daba cuenta que había sido una ilusa.
-¿Meg? Me estas asustando ¿que sucede?
-¡Dormí con el si! Creí que teníamos algo, pero ¡argg! ¡Olvídalo! ¡El no vale mi tiempo, ni nada!
Salí de la oficina ofuscada y con ganas de asesinar a alguien. Un hombre robusto, rubio, joven y sonriente se paro en frente mío, contándome el paso-usted debe ser la señorita Maclean, mi nombre es...
-¡Muévete! O te mataré a ti también.
-¡Megan!-Simón me llamó, pero pase de largo al rubio y me metí en el ascensor. Necesitaba boxeo y fiesta, mucha fiesta.
Teclee rápido mi celular y sonreí, ningún hombre me arruinaría, menos un soso y tonto guardaespaldas.
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ATRAPADO EN TUS REDES (4 Libro De La saga"Un Escoces Enamorado")
RomanceTantos besos no dados tantas miradas robadas algunos roces inocentes pero que incendiaron todo a su paso El fuego y el agua tan distintos, tan ambiguos dos personalidades que chocaron al conocerse, pero luego fueron abrasados La pasión tiene nombre...