II; Bel Ange.

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Shawn y Niall se fueron de la cafetería alrededor de las 09:30 y Camila atendió como a diez clientes más durante toda la mañana.

No estaba segura de si ese chico de rizos bonitos iba a llamarla, pero igualmente si él no lo hacía a ella no le podría importar menos porque apenas y se conocían y solamente habían intercambiado un par de palabras.

Algunas veces su trabajo podía hacerla sentir demasiado estresada, pero sabía que no tenía otra opción.
Era necesario que trabajara para poder seguir estudiando y cuidando a su pequeño.

Y además, si seguía así, para el próximo fin de semana estaría terminando de pagar su departamento y quedaría libre de su deuda.
Sería como quitarse un enorme peso de los hombros al fin.

Había comenzado a rentar un departamento porque ya no quería seguir viviendo en esa casa dónde lo único que recibía por parte de sus padres era desprecio.

Cada mes -solo cuando recordaba que tenía una hija- Janson le hacía un depósito a Camila para tratar de ayudarle un poco.
Eso definitivamente no era ninguna especie de disculpa, sin embargo él sabía que tenía que cooperar en algo después de todo lo que hizo.

Janson dejo de abusar de Camila cuando se enteró de que 'por su estúpida culpa' (como ella le había dicho), estaba esperando un hijo suyo, además de que dijo que esperaba que esa fuera la última vez que él decidiera hacerle daño porque ella estaba completamente dispuesta a ponerle una denuncia.

Y sinceramente Camila jamás supo porqué nunca lo denunció, pero ahora estaba más que decidida a tratar de protegerse y cuidar de si misma, porque tenía muy en claro que nadie iba a hacerlo por ella.
Tampoco quería tener a ninguno de sus padres cerca de su hijo, ya que la última vez Margareth casi le arroja un florero porque el bebé no paraba de llorar.
Michael solamente tenía medio año en ese entonces y estaba llorando porque tenía hambre, Camila lo había dejado en la sala para o pararle su biberón. Recuerda haber dado un brinco cuando escuchó los gritos de su madre.

¿Mi madre estará tan deshecha que ya se olvidó de las responsabilidades que conlleva tener un hijo?

Y si nadie quería ayudarla, entonces ella sola trataría de buscar su propia felicidad y la de Michael para poder salir adelante.

—Debo volver por Mich, ¿puedes cubrirme?

—Sabes que siempre lo hago. —el ojiazul rodó los ojos, pero a pesar de eso estaba sonriendo —Solo recuerda que debes avisarle al gerente.

—Oh, ten cuidado Camila. Al parecer el señor Faure no está de buen humor el día de hoy. —esta vez fue turno de Harry hablar y Camila asintió.

—Apuesto a que no le dieron aye-

—¡Louis! ¡No seas grosero! —La castaña le reprendió —. Si el señor Faure te escucha hablar así de él probablemente te despida.

—Está bien —rió —, lo siento.

—¡Tienes que ir por Michael! —el rizado le recordó —Ya quiero que llegue para poder abrazarlo. Est un petit ange. [Es un angelito]. —habló sonriente mientras se abrazaba a sí mismo.

Camila sonrió y mordió su labio inferior, por supuesto que su hijo era un ángel.

...

Michael estaba sentado en la banqueta que estaba afuera mientras su maestra miraba a los lados preocupada.

—¿Maestra Karen... —el niño le llamó y suspiró mientras hacía un puchero —por qué mi mami no ha llegado por mí?

PreciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora