A la mañana siguiente, la familia Jauregui-Cabello salió en dirección a la capilla de la congregación Carmelita en donde bautizarían a la nenita, ya las monjas tenían un hermoso arreglo de flores blancas y una fuerte asistencia de fieles de esa congregación que apoyaban la decisión de la madre superiora y un padre que oficiaría la ceremonia amigo muy cercano de la Madre Ally, Lauren vestía un traje de gala blanco, con una fina cadenita de oro en el cuello, mientras que Camila vestía un traje amarillo pálido con flores de primavera muy suave, la nenita se veía preciosa con su vestido blanco de bautizo y jugaba alegremente con sus piecitos, las madrinas eran Dinah y su esposa Normani, se acercaron y el padre bendijo muy contento a la chiquita a sus madres y madrinas, ofició la misa y luego bañó a la nenita con el agua de la pila bautismal esta extrañada con la sensación se comenzó a reír, no lloró como muchos bebitos lo hacen. Luego halo la toga del padre contenta y jugueteó con sus ropas hasta que este contento se la devolvió a la orgullosa Camila Cabello.
―Dios te bendiga, pequeña Sophia Victoria Jauregui Cabello, en Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen.―dijo este con solemnidad y Mila, ya era un corderito de dios.
―Amen. ―dijeron todos los presentes, Camila sin poder contenerse beso a Lauren, esta un poco roja respondió dando un piquito a Camila, pero nadie se molestó solo aplaudieron a la pareja.
Durante la ceremonia mucha gente se acercó a ver a la chiquita que otra vez dormía plácidamente en su cargador, saludaron a la pareja y a las felices madrinas y felicitaron a las madres, les desearon mucha felicidad, suerte y éxitos en su vida, Lauren sinceramente no lo creía, sabía que esta congregación tendría fuertes problemas con la iglesia, inclusive se arriesgaban a una excomulgación y eso era mucho, pero la Madre Ally Hernandez le dijo que una excomulgación, era una fachada creada por el hombre que no tenía ojos para muchas realidades y un título que el corazón de ellos jamás aceptarían, no se arrepentían de nada y el padre Shawn Mendes le dijo lo mismo, el anciano aún se alegraba de lo bien que había sido el comportamiento de Sophia, habló largamente con los abuelos, estos explicaron tímidamente el experimento y en poco tiempo la comunidad entera los escuchaba, en la tarde, Lauren decidida, invito a los 120 monjas invitadas y padre que se encontraban ahí a su boda con Camila en tres días.
―No acepto un no como respuesta. ―dijo la seria pelinegra. La gente asintió y de a poco ya habían 620 invitados a su boda. Sin duda el evento más grande de la historia y solo a 48 horas y contando.
***
Boda Jauregui-Cabello en marcha.
Lauren se veía más que cómica huyendo del manicurista francés, el tipo no se veía nada amigable con esa toneladas de instrumentos, además, no era que Lauren tuviera horror a los obsesionados y alocados estilistas, era solo que era ya suficiente de polvos raros en su rostro se suponía que debía verse "Natural", "Condenados" pensó ella detrás de un florero especialmente grande de la sala, "No me veré nada natural con esa tonelada de polvos brillosos y fuera de onda que me quieren poner, además esa horrible tijera no la necesita, mi cabello esta bien como esta" se decía la chica molesta, ya tenía como media hora de haber huido, se encontraba en la mansión de Camila, mientras que su dueña estaba en la suya en compañía de Alejandro, su madre y Mike, mientras que ella, como lo decía la tradición no debía verla hasta que se vieran en la capilla, pero ya comenzaba a sentir una terrible comezón en la nariz, las flores del terrible florero eran rosas, "DIOS" se dijo retrocediendo ella era alérgica a las rosas, caminó en cuatro patas a su habitación y la alergia alcanzó hacerla estornudar, media docena de gente que acompañaban al afeminado estilista la vieron, chillaron para horror de Lauren señalando hacia ella y cuando se dio cuenta una docena de brazos la sostenía y comenzaban a acariciar su cara con unas doscientas brochitas, ella reponiéndose del susto de las rosas ya ni modo se dejo manosear por todos esas locas con brochas.
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Getenic - Camren©
ספרות חובבים―Pero mi padre sabía que era mío. ―dijo molesta Lauren―. ¿Qué demonios se supone que haré? ―Yo, yo...yo cuidare de mi bebé. ―Lauren miró a Camila molesta. ―Que no se te olvide ricitos que es mi bebé también. ―Yo soy su madre y no me digas ricitos. ―...