Capítulo 9: Vete al demonio.

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-¡Kagome!- me grito Sesshomaru cuando las puertas de los muros que rodeaban el castillo ya habian cerrado- ¿¡Cómo se te ocurre salir del castillo en una situación así!?- su mirada daba miedo, hacia mucho que no lo veía así de enojado, recuerdo que la ultima vez fue en la batalla final contra Naraku.

-¡Tenía que ayudarte Sesshomaru!- también le grité- Además quería vengarme por el feo momento que me hizo pasar- hable muy bajo pero era obvio que él me escuchó.

-Kagome- el tono de voz de Sesshomaru evidenciaba advertencia.

Yo lo mire esperando su reacción, no iba a acobardarme, pero no fue lo que esperaba.

-¿El amo se está riendo?- preguntó asombrado uno de los guardias.

Yo frunci el ceño, lo había visto sonreír pero reír y más con esa intensidad, nunca y hay que decir que su risa no era muy común, daba un poco de miedo.

La verdad a mi también me asombró su reacción, pensé que me iba a regañar muchísimo e iba a amenazar a Katsumi por desobedecer sus órdenes, pero no.

-¿Sesshomaru, te sientes bien?- tomé el atrevimiento de poner mi mano sobre su frente, intentando saber si tenía fiebre.

-¡Kagome!- me abrazó fuerte mientras me giraba por el aire.

-¿¡Yako!?- grité.

¿En qué momento él había tomado el control? ¿Qué estaba pasando y por qué la mayoria de los que estaban observando se habían alejado de nosotros al escuchar el nombre que dije? ¿Y por qué otros  guardias nos habían rodeado con lanzas?

"Claro, es Yako, Sesshomaru nunca se hubiera mostrado así delante de todos los del castillo" pensé al momento que él me estaba dejando en el piso de nuevo.

Yako volvió a abrazarme posesivamente, pero esta vez me abrazó por la espalda.

-¿¡Qué rayos está pasando!?- grité alterada por la situación, los guardias que nos rodeaban cada vez nos cercaban más y Yako lo único que hacía era apretarme más contra él y gruñirles.

Katsumi me miraba desesperada mientras intentaba abrirse paso entre los guardias para sacarme del medio, pero no podía, ellos no se movian ni un centímetro.

-¡Alto!- les dije a los guardias, ellos estaban a punto de clavarnos las lanzas con las que nos apuntaban.- Yo me hago cargo de él, por favor retrocedan un poco.- el general Daiki me miro dudoso pero hizo retroceder a todos los que nos rodeaban.

-Yako, ¿Qué pasó que haz tomado el control?- pregunte viendo que al retroceder los soldados, él estaba más tranquilo y aflojaba su agarre.

-¡Tenía que felicitarte!- expresó emocionado, yo incline un poco mi cabeza, no entendía el por qué.

-¿Felicitarme? ¿Por qué?

-Por el valor que tuviste al querer pelear contra Inuyasha, por hacerle frente a este idiota- supongo que se refería a Sesshomaru- y ¡por la idea de vengarte!- eso lo dije mucho más fuerte; los guardias saltaron porque el pequeño grito los sorprendio y de nuevo lo apuntaron con las lanzas.- ¡Esa es mi Kagome! ¡Una mujer fuerte, valiente, maravillosa que no le tiene miedo a nada y que odia tanto como yo al bastardo! -se rió con esto último.

Yo puse los ojos en blanco, no estaba para nada de buen humor, primero, Sesshomaru me grita por querer ayudarlo, luego todos los guardias casi me convierten en colador y ahora Yako, que cabe destacar que por él se genero toda esta revuelta, me felicita por algo estúpido.

-¡Bien, si eso es todo voy a volver a mi habitación! - gire en dirección al castillo; pero no pude hacer ni un paso porque agarró mi mano con fuerza.

-¿No estas feliz, Kagome?- su mirada curiosa me hizo saber que él no entendía.

-No- me solté de su mano- Sesshomaru me grita como si fuera una niña pequeña por querer ayudarlo y luego tu apareces, generas toda está situación- le señalo a todos los guardias con las lanzas esperando cualquier movimiento para atacar- y me dices que estas feliz por todo lo que pasó- hice una pausa- ¡Por dios!- espeté- ¡Pónganse de acuerdo! ¡Me vuelven loca!- él solo agacho la mirada como si fuera un niño al que acaban de retar.

Suspire y mire a mi alrededor, todos, absolutamente todos, los guardias, la servidumbre y demás demonios que le servian a Sesshomaru estaban observando la situación con caras de no creer lo que estaba pasando.

-¿¡Y ustedes que miran!?- levanté la voz llamando la atención de todos los presentes- ¿¡No tienen nada que hacer!?- nadie se movía del lugar- ¡Vuelvan a su trabajo! - grite exasperada por toda esta situación; nadie dijo nada pero todos comenzaron a volver a sus tareas.

Volví a mirar a Yako.

-Y tu, vuelve por donde viniste y regresale el control a Sesshomaru- caminé hasta la puerta del castillo, pero antes de entrar me gire y le volví  a hablar- y cuando lo hagas dile que se vaya al demonio por gritarme así.



Yako solo miro triste a Kagome una última vez y le regresó el control a Sesshomaru.


Esté estaba furioso, miro a los guardias con más odio del usual y se dirigió al castillo tomando el mismo camino que la miko había hecho.

Sesshomaru se dirigía al cuarto de Kagome, tenía que hablar con ella, tenía que pedirle perdón por gritarle; ella tenía razón, con lo que había hecho, no solo la estaba desautorizado frente a toda la servidumbre, sino que también la humillo de gran manera y eso no era lo que había querido hacer; él estaba preocupado por ella y enojado con el bastando de su medio hermano y terminó por desquitarse con ella, cuando todo lo que habia querido hacer era ayudarlo.


Kagome estaba enojada, con ella misma, con Sesshomaru y sobre todo con el idiota de Inuyasha, si él no hubiera interrumpido con su estúpido ataque de rabia, ahora ella estaría muy cómoda en la cama siendo abrazada por Sesshomaru.


-¡Maldición Inuyasha! -escucho gritar el Lord a Kagome al otro lado de la puerta.-¡Juro que cuando te vea de nuevo te voy a enterrar 10 metros bajo tierra! - volvió a gritar.

Sesshomaru sonrio divertido y puso una mano  sobre el picaporte de la puerta abriendola.

Mía, siempre mía. Sesshomaru y Kagome  (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora