Daenerys (2)

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Una brisa golpeó el rostro de Daenerys, se encontraba en lo más alto de las escaleras que llevaban al castillo de Rocadragón en esa mañana de un próximo invierno. Missandei, Varys y Tyrion estaban a sus lados.

—¿Le dieron todo lo que necesitaba? —Preguntó mientras miraba la playa de la isla, donde Sansa Stark estaba despidiéndose de su hermana menor.

—Todo lo necesario para que llegue al Valle y regrese —confirmó Tyrion y Daenerys asintió.

—Bien —ella dijo.

Daenerys comenzó a bajar con Missandei, Tyrion y Varys tras ella, Sansa estaba ya volviendo de despedir a Arya con Brienne, Davos y Podrick con ella. Ambas se encontraron al pie de las escaleras.

—Majestad —saludó Sansa.

—Lady Sansa, ¿su hermana ha estado complacida con lo necesario para su viaje?

Sansa sonrió.

—Sí, majestad, estuvo feliz de que se le hayan devuelto sus armas —contestó.

—¿Las sabe usar bien? Me informaron que no quiso compañía para resguardarla —dijo Varys.

—Las sabe usar muy bien —afirmó Sansa y Varys inclinó la cabeza.

—Ella es muy buena, en realidad —Davos dijo.

—Estoy segura de que sí —Daenerys asintió—, Lady Sansa, esperaba poder conversar con usted a solas.

En los ojos azules de Sansa hubo un reflejo de duda, Daenerys supuso que el motivo fue su interacción de la tarde anterior. Estaba tan cerca de Sansa que se sintió con la necesidad de acercarse aún más, porque sus labios se veían tan suaves que Daenerys no podía pensar en otra cosa desde que los veía.

—Será un placer, majestad —aceptó Sansa.

Daenerys miró a sus acompañantes y todos inclinaron las cabezas para pedir el permiso de la reina y la Dama de Invernalia. Sansa se dio la vuelta cuando escuchó el despegar de uno de los hijos de Daenerys, dos de ellos estaban en el cielo volando.

—Los nombré como mis hermanos —dijo la reina—: Rhaegal y Viserion, ahora están muertos. Escuché que también perdió dos hermanos.

—Sí —asintió Sansa—, supongo que a mi hermano mayor lo vengó Lord Tyrion.

—¿Y su otro hermano? —Preguntó Daenerys—. ¿Ha sido vengado?

—Lo fue, majestad, yo misma le di lo que merecía a su asesino —Sansa contestó y Daenerys le dedicó una sonrisa.

—¿Fue su esposo?

Daenerys ya sabía la respuesta, ya que Varys había investigado toda la historia de Sansa y se lo había contado a su reina. La Dama de Invernalia solamente asintió, se notaba que no quería hablar de eso.

—Acompañeme —invitó Daenerys y comenzó a subir las escaleras de nuevo.

Sansa obedeció las órdenes de Daenerys y la siguió. Subieron una de las montañas en donde sus hijos solían descansar, ahí se encontraba Drogon dormido mientras Rhaegal y Viserion seguían volando por los aires de la isla. Sansa se notaba abrumada cuando vio a Drogon acostado en gran parte de la montaña.

—No te asustes —le dijo Daenerys—, no te hará daño.

La reina tomó delicadamente la mano de Sansa y comenzó a caminar hacia Drogon, el cual abrió los ojos al sentir cerca a su madre. Sansa se sobresaltó y dio varios pasos hacia atrás, y Daenerys soltó una risita, se veía adorable asustada.

Reinas de PonienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora