Capítulo 9: La trasformación

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Con Max diseñamos un plan para la semana antes de que pudiera marcharme, día uno comenzaría a revisar entre las estanterías de mi hermano la ropa de chico para mí, mientras él tenía que trabajar me pase toda la mañana seleccionando la ropa adecuada, por suerte mi hermano tenía buen gusto así que pude sacar buenas combinaciones, luego investigue firmas para hacer mi voz más grabé, no tenía idea que en el mismísimo Internet habían cosas demasiadas extrañas, bastantes a mí parecer pero varias daban buenos resultados así que comencé una dieta "asida" en una semana vería resultados, además de investigar un poco la mentalidad de los hombres pase todo un día esforzadamente antes de que llegara mi hermano para seguir algunas costumbres. Segundo día, comencé hacer ejercicio demasiado temprano, necesitaba fortalecerme si iba a cambiar mi cuerpo drásticamente, comencé a utilizar faja para ocultar mis pechos, incómodamente intenté hacerlo de la manera más cómoda pero aún así se sentía todo el trozo presionado, me sentía extraña y confusa no tan solo con el tema de la transformación si no que también el plan absurdo que había diseñado, el día pasó y mi hermano había llegado más temprano de lo normal dándome la sorprendente noticia que había podido ingresarme al sistema del país como Samuel Hernández chico de 20 años, así que pase mi tarde estudiando mi nueva vida y todo lo que correspondía respecto a ella, padres divorciados, hermanos ninguno, estudio de idiomas avanzados... Si, tendré que aprender un poco de todo y era horrible, gustos de música variado, entre demasiadas cosas sencillas pero a la vez importantes.

Día tres tome la decisión de cambiar mi tino de cabello y comenzar a utilizar lentes de contacto, sin duda este fue el peor día que pude pasar, mañana de ejercicio, tardes de estudio, mi hermano ayudo con mi cabello, pase de rubio a un castaño algo claro por la tonalidad del pelo; y esos malditos lentes, odio ponerme esas cosas en los ojos son realmente incómodas.

Día cuatro, no quiero entrar tanto en detalles ni contar precisamente que hice todos estos días pero hoy me encargaría de  actuar como un hombre, y algunas costumbres básicas que pudiera ser, así que transformado en un chico fui de compras, dios mío, hasta casi me equivoco de baño, fue lo más incómodo que pude experimentar. Todo esto fue un proceso largo y complicado no quiero más detalles antes de que llegara el fin de semana, mi voz por alguna extraña razón estaba cambiando a algo más grave, sin embargo, aún se podía distinguir un tanto quién era realmente. Max me había ayudado bastante ya tenía todo casi listo y ya en el quinto día recibiría la respuesta si estaba ingresada al sistema de la escuela de verano, honestamente yo no creía que pareciera un chico, si era un muchacho algo extraño ya que mi misma cara se podía observar algo femenino pero así como Tomy podía pasar algo desapercibido, podía lograrlo, lo sabía en el fondo.

- bien Samanta llegó la respuesta, según la escuela de verano comenzó este miércoles pero hice los trámites correspondientes para que pudieras ingresar - mencionó algo disgustado Max al saber en el royo que nos estábamos metiendo

- ¿Entonces las clases ya comenzaron? - pregunté

- así es, Tomy ya se fue y está prácticamente unos días adelantados, ya debe haberse relacionado con gente y todo

- mmm ya - dije triste - ¿Veamos la carta?

El sobre se abrió rápidamente y Max me lo arrebato para que no pudiera observar la respuesta.

- pero Max

- Max nada, ya déjame leer.... Estimados, bla bla bla bla, y con la cosa bla bla bla... Samanta ... - tomo una larga pausa, estaba nerviosa quería saberlo ya pero la sensación de el incómodo silencio que había dejado mi hermano hacia sentirse como horas eternas, que aunque hayan pasado al menos cinco segundos los sientes los más eternos de toda la vida, ni resistía por dios ya quería saberlo

- venga ya suelta - con un grito de felicidad y con la carta en el aire, sus brazos abiertos para que lo pudiera abrasar alzó sus voz y lo escuché

- ¡Aceptada! - quedé impresionada, tape mis labios y de un momento a otro comencé a reírme y a razar a Max por su ayuda, él me giro al rededor de la habitación emocionados por la noticia sentía que todo estaba cambiando para bien, aunque la idea era una locura pero no sabía que más hacer, el plan estaba echo y aunque Tomy se marche a Francia al menos tendré la certeza de pasar estos últimos días junto a él, me enamore como loca, como una estúpida que solo deseaba una cosa, tener al muchacho que amaba en sus brazos y no soltarlo nunca.

Al día siguiente desperté ansiosa, el bus partiría a las 10 de la noche, tendría una parada para cargar algunas cosas y como soy la única que ya ha perdido casi tres días de clases, seré solo yo quien viaje en ese bus. Aproximadamente llegaré a las 7 AM al campamento, sera una noche larga pero la emoción será mi acompañante durante todo el viaje, empaque todas mis cosas y lo que necesitaría para poder sobrevivir no solo como chico si no también como mujer, intenté ocultar varias cosas, sería bastante difícil comenzando primeramente a cambiar mi voz, si bien sonaba como un hombre pero también se distinguía la cierta agudeza de mi voz de chica, podría decir que estaba enfermo o algún otro caso por el estilo pero debía ensayar aún más. Al igual que la voz, mis senos serían otra dificultad, intenté acostumbrarme a la faja pero creo que debía usar ropa más grande para ocultarlos si bien podía pasar desapercibido pero la faja hacia que mi pecho se estrujara contra las telas provocándose hinchazón y dolor, solo esperaba que todo resultará.

El día pasó de un momento a otro ya estaba en la parada donde pasaría el bus, Max me acompañaba, era un amor de hermano sin duda el mejor.

- cuídate si - lo escuché con algo de tristeza

- estaré bien hermano

- solo son hombres, verás muchas cosas y varias serán incómodas, las habitaciones son compartidas con un compañero, intenté que fuera Tomy pero no sé si lo conseguí hermana - me tomo de las manos

- sea lo que sea estaré bien - sonreí, sentí como el bus estaba a unos metros de nosotros - bien llegó la hora

- Samanta... Puede que descubras muchas cosas en este viaje... Pero - el bus había estacionado y abierto sus puertas - pase lo que pase, recuerda siempre que yo y Leo - el encargado tomo mis maletas y las echo al portaequipaje - siempre hemos visto tu felicidad y la de Tomy

- abordo joven - sentí la voz del señor, abrase con fuerza a mi hermano y con tierno beso en su mejilla mencione

- sea lo que sea siempre sabré que lo hiciste por mi bienestar, te amo y gracias

Aborde rápidamente, los ojos de mi hermano se llenaron de lágrimas, estaba loca pero estaba feliz, agite mi mano en señal de adiós mientras el bus avanzaba hacia su viaje, mañana a esta hora estaré en una habitación con algún muchacho, respire hondo, puse mis audífonos al celular y de mi bolso que había llevado junto a mi con cosas para el viaje saque un libro llamado Cartas, amor y música y comencé a leerlo... Mi aventura se vendría y tal como comencé este libro mi historia también comenzaba.

No Existen Finales FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora