No lo hubiese imaginado nunca ni tampoco se me hubiese pasado por la mente que este chico vendría precisamente a este local. Fue lo peor que nos pasó y después del lindo momento en el que nos estábamos divirtiendo, mis avances con Tomy todo se había esfumado por la culpa de Rick.
- bueno, adiós - me despedí de Tomy con un tierno beso en su mejilla
- lamento todo y disculpa si no puedo acompañarte a tu casa - se disculpó rápidamente, entendía por lo que estaba pasando ni mucho menos quería juzgarlo
- no te preocupes - me quité la chaqueta que me había dado para cubrir el frío - ten - mencioné entregándola
- quédatela, hace frío y es mejor que la tengas puesta - sonrió levemente - otro día me la devuelves después de todo nuestros hermanos están en contacto - tomo la chaqueta y me cubrió nuevamente con ella, el calor regreso a mis hombros y aunque su mirada se le sentía la tristeza su sonrisa volvía un poco más
- gracias - respondí acomodando la prenda
- nos vemos, cuídate
Y se marchó, agité la mano mientras entraba a su casa y con un gran suspiro me giré para caminar a mi casa unas cuadras más, no estaba tan lejos así que no me apresuré, el sol ya se estaba escondiendo y la noche estaba a punto de comenzar un día inolvidable hasta que todo se esfumó, me sentía como princesa en un cuento de hadas esperando la hora para que todo volviera a la realidad aunque en mi mente invadía el pensamiento de que no me debía enamorar, pero eso era lo menos importante lo que ignoraba y de golpe comencé a pensar bien las cosas, Tomy es demasiado femenino para todo ¿Será que me gustan las chicas? Pero de ser así alguna mujer me interesaría pero no, me gusta él... Demonios pensé que ya estaba reaccionando a el enamoramiento y eso no podía ser inmediatamente. ¡Ay Samanta, Samanta qué demonios tienes en la cabeza! lo conoces hace dos días, pero en estos dos días avanzaste mucho y sabes bastantes cosas de él, negué rápidamente sacudiendo mi cabeza de los tontos enigmas de mi cabeza para poder despejarme ya llegando a casa seguía con todo y el enfurecimiento que había causado la interrupción de Rick de un momento a otro estaba enfurecida, molesta y sobre todo frustrada, abrí la puerta con cuidado y al cerrar pegué un portazo fuertemente, agache la mirada y mi respiración estaba demasiado agitada cuando sentí una mano sobre el hombro.
- ¿Todo bien? - Max estaba en la sala, desvié la mirada y lo vi en la mesa de centro jugando cartas con Leo, me saludo con la mano y me sonrió. No podía decir nada, ¿Cómo era posible decirles lo que había pasado?
- ¿Y Tomy? - preguntó Leo enseguida - Pensé que vendría a dejarte así que vine para acompañarlo a casa - no, no podía decir lo que pasó y entre un momento de desesperación corrí a mi habitación.
- ¡Samanta! - sentí el grito de mi hermano y rápidamente ya estaba detrás de mí, intenté cerrar la puerta pero con su pie me impidió hacerlo - ¿Qué sucede? - agregó inmediatamente
- no quiero hablar de eso Max, quiero estar sola
- ¿Dónde esta Tomy? - me miró algo preocupado
- lo dejé en su casa, será mejor que Leo lo vea, está triste - el novio de mi hermano se retiró y atenta observé a los chicos mirándome algo asombrados
- será mejor que me retiré - mencionó Leo y se despidió de mi hermano con un rápido beso y bajó las escaleras, me quedé en silencio mientras mi hermano me observaba atentamente hasta que sentí la puerta y recordé como a Tomy se le rompía el corazón al ver a ese sinvergüenza, una lágrima me corrió por la mejilla y sin pensar me tiré a los brazos de Max para llorar.
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No Existen Finales Felices
Dla nastolatkówSamanta, niña de 16 años es afectada por una situación complicada después de que sus padres fallecieron. La custodia de la niña quedó a manos de su hermano mayor de 21 años quien lleva una relación gay junto a su amigo de la infancia, aquel muchacho...