House Of Cards | Hamilton Lams (CANCELADA)

•Posterum•

¿Pero que había sido todo eso?

De repente se encontró de nuevo en la oficina de Reynolds, se encontraba acostado en uno de los sillones, ¿se quedó dormido? Le dolía un poco la cabeza y se sentía abrumado, había pasado bastante tiempo desde que pensaba en aquel momento de nuevo, no era algo que le agradara bastante, en si recordar aquellos años no era algo que le gustara o de lo que estuviera orgulloso, había enterrado toda pista de aquello, ¿Cómo fue que de repente eso volvió a au mente?

—Lindos recuerdos ¿huh? Ahora entiendo todo— escuchó una segunda voz, era María, la cual estaba sonriendo, esta también se encontraba acostada. —La verdad fue algo largo para mi gusto, pero también entretenido—

—¿Qué mierda hiciste conmigo?— preguntó molesto.

—Tranquilo, tranquilo. Solo hice lo que te dije, investigaría el origen de todo, tu aceptaste— lo último lo dijo como recordatorio, señalándolo con una de sus manos, apuntando a su pecho, por si acaso se ponía agresivo de nuevo.

—¿Y era necesario ver todo eso?— le avergonzaba que personas ajenas se metieran en su vida y más en su pasado.

—Oye, yo no selecciono la duración, es dependiendo de la persona, por algo me acosté, la mitad del recuerdo fue aburrida pero necesaria—

El pecoso soltó un suspiro.

—¿Y ahora qué sigue? Necesito empezar el cuadro— no podía creer que estaba siguiendo el juego de una chica rara y metida.

En ese momento la contraria se levantó y agarró su bata, el lugar empezaba a estar más fresco, resultado de que ya estaba atardeciendo, una vez puesto, volvió a su lugar pero esta vez sentandose y observandolo fijamente, indicando con su mirada que debía hacer lo mismo, de manera repentina se había puesto más seria que antes.

El castaño se sentó, esperando y preguntándose porque de repente desapareció su sonrisa, no le molestaba que estuviera tranquila y callada por un solo momento pero irónicamente despertaba su curiosidad.

—Ambos sabemos que el mundo esta lleno de bastante negatividad, tanta gente horrible que puede estar incluso bajo nuestro mismo techo, irremediables decisiones que la humanidad toma por todo esto, no podemos evitar terminar contagiados por la misma, y bueno, ni tu ni yo somos angeles a comparación de los demás— sonrió mientras cerró sus ojos por unos cortos segundos, agarró ambas manos del pecoso y lo miró directamente a los ojos, borrando su sonrisa, aquello era incomodo pero no podía apartar la vista. — Tienes a una persona muy buena e inocente en tus manos, varías veces fue derribada por la crueldad del destino, pero sigue aquí, intentando olvidar el pasado para seguir adelante, todos deberíamos intentar ser como el ¿no crees?—

Sus ojos se abrieron por la sorpresa, ambos sabían a quien se refería la aperlada, era increíblemente raro como lograba descubir cosas que el nunca le contaría con tan solo verlo a los ojos, para ser sincero, aquello que dijo le incomodó, entendía el mensaje que quería darle y eso no le agradaba, solo lo ponía más incómodo conforme los minutos pasaban, odiaba que le recordaran que el estaba mal en ese aspecto, él mismo se lo repetía constantemente, no era necesario que una desconocida se lo dijera.

Aún así, María siguió hablando.

— ¿Por qué te hablo de esto? Porque es lo que más se ha repetido en tus pensamientos, todas tus dudas y lo qué pasó en su "simple salida de amigos" es demasiado repetitivo, el punto es que tu te has convertido en alguien vital en su vida, hasta la más simple palabra puede cambiar todo su futuro— después de decir eso se acercó más a el, agarrandolo del cuello de la camisa que llevaba, sin dejar aquel modo inexpresivo que llevaba. — Escuchame, John Laurens, tal vez tu vida no fue tan facil y ahora estes marcado para siempre, pero te dejaré algo muy en claro, de ti depende el rumbo que tomará la relación que llevan y mucho más, deja ese maldito pasado atrás y no cometas los mismos errores que Francis—