Recuerdo

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Aún recuerdo la primera vez que vi uno, Rhodey y yo teníamos cinco años cuando sucedió. Recuerdo que estábamos jugando en el jardín de mi casa y yo me estaba escondiendo detrás del árbol aguantando la risa para que mi mejor amigo, quien estaba vendado de los ojos, no me atrapara. Fue su grito lo que me sacó a correr directo a él muy preocupado, estaba tirado en el suelo cogiendo su pierna, decía que le ardía y era evidente ya que su piel parecía haber sido achicharrada por un metal caliente, lo cual era imposible. Mi madre salió al escucharnos gritar, ella estaba muy tranquila cuando se dio cuenta del problema y yo no entendía bien por qué. Una semana después en la que no me dejaron ver a Rhodey, la tenía ahí, en su pantorrilla y cicatrizando, la marca de su alma gemela. La marca eran letras de una fina caligrafía que parecía escrita por la misma mano de Dios y recitaba: Sam.

Mi mente evocó por unos segundos el rostro de felicidad que tenia Rhodey, ¿quién no sería feliz de encontrar su otra mitad? No era como si mi amigo hubiera estado incompleto antes, pero ahora sabía que nunca estaría solo, tenía alguien que le ayudara a andar por el camino del destino.

Recuerdo con cariño y nostalgia aquellas épocas en la que esperábamos ansiosos que apareciera la mía, pero eso nunca sucedió. La mayoría de mis compañeros en la escuela lucían sus marcas, en distintas partes de sus cuerpos como tatuajes impregnados en sus pieles. No podía evitar observarlos, era como un fetiche que llamaba mi mirada porque a fin de cuentas yo era el defectuoso que aún no recibía mi marca. Los observaba aveces con sus almas gemelas y aveces con otros que no eran nombrados por sus marcas, pero al final siempre se encontraban en el camino, se miraban y simplemente lo sabían, sabían que eran el uno para el otro. Durante un tiempo me empeciné en investigar el hecho, descubrí que había gente que muchas veces recibía su marca y eran ilegibles o inconclusas, gente que nunca encontraba a su alma gemela pero que afín de cuentas tenían una marca. En cambio, yo ya había pasado la edad de recibir una marca por lo que dejé de esperar y asumí mi destino, siempre estaría solo.

***

Jarvis, mi mayordomo, tocó con delicadeza la puerta de mi habitación, sabía que era él porque éramos los únicos habitantes de esa inmensa mansión. Mis padres habían viajado a Moscú por negocios, un viaje que duraría cerca de dos meses si no era que mi madre decidía quedarse más tiempo para hacer turismo.

Hoy era el primer día de clases en la escuela, pero ya me había resignado a no asistir simplemente porque ese no era mi estilo y yo no necesitaba de ellas tampoco, no en vano era primer puesto en los exámenes estatales. Sin embargo, Jarvis anunció que Rhodey me estaba esperando en la puerta con su auto para llevarme a la tortura, así que no me quedo de otra. Cada año mi amigo se emocionaba por la llegada de las clases, esperaba encontrar algún chico nuevo que portara el nombre de su alma gemela y este año no era la excepción.

- ¿Estas listo, Tones? - me pregunto apenas crucé la puerta en dirección a su auto.

- Nunca podré estar listo para levantarme tan temprano.

Tiré mi mochila a la parte trasera de su BMW convertible y salte dentro del espacio para el copiloto. En ese entonces, yo era joven y con padres adinerados, tenía todo lo que podía pedir y no me hacía falta nada. Era igual con Rhodey, solo que a él desde que le llegó la marca sentía que algo le faltaba, o mejor dicho alguien.

- He decidido que este año dejaré de buscar. Mi alma gemela llegará cuando tenga que llegar.

- ¡Venga, bro! Esa es la actitud. Dejemos que este año sea nuestro año y a bebernos la vida - el moreno se carcajeó por mi repentino cambio de actitud y supongo que pensó algo así como: Tony siempre será Tony.

Al llegar a la escuela, no tardamos mucho en atraer todas las miradas y no era para menos ya que se trataba de Tony y Rhodey, los chicos más populares de toda la secundaria. Siempre éramos buena compañía, vestíamos las mejores marcas, teníamos los mejores coches y ni hablar de las mejores fiestas.

Soulmates | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora