Daño

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Dolía tanto que lleve mi brazo cerca a mi cuerpo y me agaché. Todos se me acercaron preocupados y sobretodo Steve, quien apartó a todos para llevarme a la enfermería.

- Los parches te provocaron una quemadura - anunció la enfermera mientras curaba y untaba una crema sobre mi piel herida - Sanará pronto, pero tal vez deje una marca.

Lo que faltaba, una marca de por vida que me recordaba que yo no tenía la propia. De seguro la gente pensaría que yo me daño adrede para sentir lo que es tener una marca.

- Lo siento, Tony. Soy un torpe y ahora por mi culpa estas así - Bruce estaba muy desanimado al respecto, era uno de sus primeros inventos después de todo.

- No te preocupes, Brucie - alenté a mi nuevo amigo - De los errores se aprende.

Noté que Sam y Rhodey se acercaron a conversar con Steve, traía un semblante decaído como si algo lo decepcionara, su mejor amigo colocó una mano sobre su hombro en signo de apoyo y Rhodey dirigió su mirada a mi.

De pronto, todas las miradas estaban sobre mí menos la de Steve. Estaba muy perdido en lo que sucedía ahí, era yo quien se había lastimado y ni si quiera me afectaba tanto como para cargar con ese semblante.

- Vamos, Tones. Te llevaré a casa - el moreno me ofreció luego que bajara de un brinco de la camilla donde me atendieron hace unos minutos, Steve y Sam fueron solicitados por el entrenador para las prácticas, Natasha tenía ensayo de ballet y Loki debía ir a dirección para solicitar un fondo para los gastos de la Inauguración.

- ¿Qué tenía Rogers? ¿Por qué parecía más afecto que yo por esto? - pregunte ya de camino al auto de Rhodey.

- Nada, solo sintió que estaba sobrando.

- ¿Por qué?

- ¿Te importa? Lo que piensa o siente, ¿te importa?

- No realmente - mi respuesta fue inmediata, no tenía ni que pensarla - pero me pareció extraño.

- Entonces no le des vueltas al asunto Tones - soltó un poco resignado, algo me ocultaban esos tres - Deja que se le pase, a veces Steve es muy sensible sobre algunos temas.

Dudaba que solo fuera un problema de sensibilidad, el Capitán del equipo podía ser muy rudo cuando se lo proponía y, además, mis problemas no eran su asunto. Nosotros no nos llevábamos así que no debería pensar mucho en ello, ni él ni yo.

***

Cuando cruce la puerta de mi casa me encontré con mi madre y Jarvis en el vestíbulo. Mi madre tenía una maleta en la mano, asumí que acaba de llegar de Moscú. Me alegré de verla e incluso sucumbí un poco a mis sentimientos.

- ¿Madre? - mi llamado salió casi en un susurro y aun así fue escuchado.

- Hijo mío, ¿qué te sucedió? - mi madre dejó la maleta de un lado para abrazarme. Mis padres eran descuidados de mi, pero sabía que en el fondo me amaban y pensaban que hacían lo mejor para mi.

- Una quemadura. Tal vez quede una fea marca.

- Oh, Jarvis. Tramita con la escuela un permiso de dos días, lo firmas por mi cariño - me soltó y se dirigió de nuevo hacia su maleta - Adiós mi pequeño, nos vemos en Navidad.

- ¿Te vas? Acabas de llegar - tal vez me había equivocado, ella no estaba para quedarse - Espera, ¿Navidad? Faltan cuatro meses para ello.

- Lo siento cariño, solo vine por unas horas para recoger algunas cosas de tu padre. Tu padre firmó un contrato en un importante proyecto para un empresa europea. Estaremos viajando por  todo el continente. Ya sabes que mi lugar es a su lado, además las mejores donadoras son las esposas de los grandes CEO - me explicó con un guiño en su mirada, yo estaba pasmado, y así como llegó se fue. Cuando la perseguí hasta la puerta recién caí en la cuenta que Happy tenía estacionado el Mercedes de mi madres en las afueras de la cochera, ella no estaba pensando quedarse y ni porque me haya lastimado lo haría.

Soulmates | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora