Final

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- ¡Ugh! ¿Vomitaste en sus zapatos?

- Si, vomité todo sobre sus zapatos de niño bueno - me carcajeé por el recuerdo.

- ¿Y luego que pasó?

- Pues...

***

Lo último que recuerdo de ese día es a Steve sosteniéndome con fuertes brazos, ¿ya había dicho que hace mucho ejercicio? Pues esos brazos eran producto de su constancia. Para cuando desperté estaba en mi habitación y con una gran jaqueca.

- Por fin te levantas.

- ¿Qué hora es? - mi voz salió muy rasposa e irreconocible para mis oídos.

- Las cuatro - mi acompañante hizo un silencio como dudando si continuar o no, pero aún así lo hizo - de la tarde.

- ¡Dios Santo! Desearía poder sacarme la cabeza - es en ese momento que caí en cuenta sobre la identidad de mi acompañante, aquel que estaba siempre ahí a pesar de que yo siempre huía de él.

- Ayer tomaste más de la cuenta - fue la respuesta que dio alcanzándome un vaso con agua.

- Así que somos almas gemelas - comenté como si no fuera un gran asunto.

- Eso parece - las respuestas monótonas que daba me estaban matando y el silencio cortante era como mil cuchillas sobre mi.

- Escucha, Steve, sé que...

- ¿Puedo verla? - me corto manteniendo la seriedad.

- ¿Eh?

- La marca, ¿puedo verla?

- C-claro - tartamudeé porque nunca pensé encontrarme en una situación como esa. Remangue la camisa que de seguro traía puesta desde ayer y deje mi marca ante su mirada. Steve cogió mi brazo con delicadeza, apenas rozo con la yema de sus dedos sobre mi piel provocando un cosquilleo placentero para mi - ¿Puedo ver la tuya?

Steve soltó el agarre y me miro como buscando algún atisbo de burla, no encontró nada por lo que se dispuso a levantar su playera. Ahí estaba, mi nombre torpemente escrito sobre su piel. Mi mano actuó por voluntad propia y trate de tocarlo, pero mi acción fue detenida a mitad de camino.

- Tony, sé que tú no querías esto. Sé que no te agrado y cuando recibí nuevamente mi marca tuve miedo de tu rechazo. Te lo oculte porque esperaba que tal vez pudieras enamorarte de mi de alguna forma mágica que te hiciera elegirme. Sabía que no tenías una marca así que me esforcé en demostrarte que yo podía estar a la altura de tus expectativas, no quería defraudarte cuando la recibieras, pero creo que empeore las cosas - agacho la mirada, el ambiente era muy cómodo y aún así tenía el presentimiento de que algo perdía, nuevamente - Por eso he tomado una decisión, no quiero que está marca sea una obligación para ti, podemos ocultarla e ignorar que la recibimos - Steve había comenzado a llorar - pero solo déjame pedirte algo. Déjame pedirte aunque sea ser amigos, solo eso. No me apartes de ti porque no sé si pueda soportarlo.

- Steve - susurré su nombre anonadado por su confesión - estás llorando.

- Oh, lo siento, no sé qué me sucede - limpio sus lágrimas con su muñeca y continuó - No quería incomodarte.

Al parecer, en ese momento Steve sintió una imperante necesidad de salir huyendo, pero, casi por instinto, lo detuve del brazo. Por primera vez y sin pensar mucho en ello, detuve a mi alma gemela un poco más en mi vida.

- Quédate conmigo, por favor - susurré a su oído tras abrazarlo con fuerza, temiendo que pudiera huir y no volverlo a ver - No quiero volver a estar solo.

Soulmates | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora