Complemento

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Cuanto más me esforzaba por alejar al rubio de mi vida, parecía que simplemente el destino se empeñaba en colocar su camino junto al mío. Tal vez Dios quería que aprenda alguna lección de ese extraño chico y por eso se empeñaba tanto, pero yo no creo en Dios ¿cierto? Porque sinceramente luego de todo su discurso si bien es cierto no pude refutar en ese preciso instante, pero yo soy un hombre de ciencia y tenía claro que esa mujer solo le había vendido ilusiones de una mentira, una fantasía. Steve estaba destinado a un camino en soledad al igual que yo.

- Como ya sabrán, el señor Rogers ha sido elegido presidente del comité estudiantil. Lo que no esperábamos era que usted, señor Stark, sea elegido como vicepresidente - estaba helado, no cabía en mi incredulidad, ¿cómo había pasado?

Ese mes iniciaban las elecciones y Steve, al ser su último año en la escuela, había decidido comenzar campaña como presidente del consejo estudiantil. Muchas alumnos y maestros lo apoyaron, en especial la señorita Carter y el maldito castaño ese de su mismo grado, James Buchanan, creo que le escuché llamarlo Bucky. Las actividades como candidato lo tenían tan ocupado que Steve dejó de compartir mesa con nuestro grupo y solíamos observarlo almorzar con el castaño que postulaba a vicepresidente, en pocos días se habían vuelto muy unidos. Me daba rabia y tenía una buena razón para ello.

Toda la escuela conocía la historia de ese chico, había sido rechazado por su alma gemela a pesar de que ambos portaban una evidente marca en la nuca, de ahí que Bucky se dejará crecer el cabello. Desde entonces, puso empeño para hacerse la fama de rebelde, faltaba a clases, fastidiaba a las chicas, coqueteaba con los chicos e incluso se había enfrentado a mi madre, encargad del comité de padres, durante la final de fútbol cuando trato de robar los fondos recaudados en una venta de pasteles. Era un chico problema que seguramente se acercaba a él para mejorar sus notas y cambiar la impresión de los profesores sobre su conducta, una relación por pura conveniencia y Steve no se daba ni cuenta.

- ¿Puedes dejar de refunfuñar, pitufo gruñón? - se burló mi mejor amigo, no caí en cuenta que llevaba buen rato observando a Steve mientras resoplaba cual cabello enfurecido - ¿tanto te importa?

- No me importa, solo me fastidia que sea tan estúpido como para darse cuenta - ¿acaso no sabe ese jamás sería su alma gemela? Aún así ahí estaba el muy idiota, con Bucky para arriba y para abajo.

- Yo creo que te importa y mucho. Hasta diría que sientes celos.

- ¿Celos? Para sentir celos primero debería aunque sea hablar con Rogers, pero ni eso. Te recuerdo que la única relación que nos une es la de amistad con ustedes.

- Si, claro - respondió el moreno alargando sus palabras. Yo no entendía el afán de Rhodey para juntarme con él, incluso Sam hacía bromas al respecto las que yo solía ignorar.

Entonces, Steve se nos aproximó desde el otro extremo.

- Hola chicos - sonaba muy animado por lo que traía en manos - Miren, Bucky hizo pines para la campaña, ¿no están geniales?

- Están chulos - respondió mi amigo mientras yo solo ponía los ojos en blanco. El objeto traía una foto de ambos juntos con un abrazo del rubio alrededor de Bucky y abajo resaltaba el nombre de su partido. Cogió dos de la bolsa que traía y colocó uno en la chaqueta de Rhodey, luego volteó hacia mi y pude notar un leve sonrojo antes de prender el pin sobre mi polo, ello provocó mi rostro también cogiera un tono carmín. Entonces, el sonido de un flash se escuchó y rompió la atmósfera.

- ¡Oh, por Dios! Esta foto estará mañana en primera plana del periódico escolar. Ya vi el título: "El próximo presidente estudiantil y su primera dama" - una castaña con vestido amarillo y chaqueta negra con una cámara enseñaba la foto a un grupo de alumnos, extendía sus brazos efusivamente con cada palabra. Así era Janet, una piedra en el zapato.

Soulmates | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora