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Desperté con un horrible dolor de cabeza. Gracias a Dios pude entrar a mi casa a escondidas y dormir unas horas. Al menos es sábado y no tengo que ir a la "prisión" . Bajé las escaleras y me miré en el espejo del pasillo. Mi cara es un asco, mi cabello está cerca de parecer una tela de araña y pues mi pijama de bob esponja sí es linda. Abrí la nevera saqué la leche y el cereal, que pereza cocinar. Me servi todo en un plato y me senté en el mueble a disfrutar mi desayuno. Mamá y papá llegaron de quien sabe donde y se sentaron frente a mi.
-Hola mami y papi, ¿cómo están?-
-Míah tenemos que hablar- indicó mi madre con toda la seriedad del mundo. Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza y oré porque no supieran lo de anoche.
Tragué saliva y le hice una seña para que prosiguiera pero esta vez fue mi padre el que habló.
- Nos vamos de viaje -
Di un brinco de felicidad y comencé a hacer un baile extraño. ¿Y porque esas caras largas? ¡Nos vamos de viaje! Pensé que me darían un sermón de sexualidad o algo asi.
-Pero hay un detalle-
-¿Cual?- Pregunté masticando una cucharada de cereal.
-Tu no irás - dijo mi madre sin rodeos.
Escupí el cereal y éste cayó al suelo pero no me importó.
-¡¿Qué?!-
Mis padres miraban la escena horrorizados y se que pronto me mandaran a limpiarlo.
-Miah estas a pocos meses de graduarte, no puedes faltar a clases. Recuerda que este es tu último año.-
-¿Y con quien me voy a quedar?- Chillé como niña pequeña pero ya comenzaba a darme gusto todo esto.
-Miah ya tienes 18 años, no eres una niña pequeña. Sólo debes cerrar todo con seguro y tener cuidado. Si no te sientes segura en todo caso podrías irte a casa de la abuela o quedarte con tu amiga Ally.- Dijo mi madre resoplando. Sé que esto es difícil para ella, aunque se haga la muy fuerte ella piensa que soy una niña aun.
Fingí molestia.
-Esta bien- resoplé. -Que disfruten, después de todo se lo merecen- Me encogí de hombros restándole importancia.
Mi madre sonrió y caminó hacia mi para darme un abrazo acogedor.
-Y.... ¿A donde irán?-
-Las Vegas, estaremos una semana - indicó mi padre.
Prepárense porque esta semana haré cosas inimaginables, es mi única oportunidad de comportarme como una adolescente de verdad y disfrutar.

(....)

-Cariño yo lavaré los platos, tranquila - rodé los ojos y le dí un abrazo empalagoso a mi madre. ¿Qué haría sin ella? Revolqué su cabello y subí corriendo hacia mi habitación. Me quité los zapatos y rápidamente me tumbé en la cama. Mi celular sonó y lo tomé casi por acto de reflejo.
-Diga-
-Vaya... Emm..Hola espero que estés bien- Me quedé helada al oir la voz de Bryan al otro lado de la línea.
- Estoy muy bien ¿y tú?- Intenté sonar normal.
- Me alegra mucho, ¿podríamos salir hoy?-
Me atraganté con mi propia saliva y tosí exageradamente. Dejé el teléfono sobre la cama y me agarré las greñas frustrada. ¿Qué le digo? ¿Debo salir con el? ¡Agh! Me quedé unos segundos pensándolo.
- Eh.. Si esta bien.. ¿A qué hora?- Mordí mis uñas nerviosa.
-Las siete, ¿te parece bien?-
-Perfecto, te espero chao- Colgué la llamada y arrojé el aparato hacia el canasto de ropa. ¿En qué me acabo de meter?
Corrí hacia mi armario e intenté buscar algo lindo para ponerme. ¿Acaso es una cita? ¡Pffff claro que no! Sólo somos amigos. Lo conocí hace meses por mi mejor amiga y si, hablabamos de vez en cuando pero desde la otra noche todo se ha vuelto muy extraño.
Opté por un vestido corto color mahón y unas tenis blancas. Me di una ducha rápida, me coloqué la toalla y bajé hacia la cocina para pedirle permiso a mi madre.
-¡Ay mami porfa! Es un amigo de la escuela, si quieres puedes conocerlo. Pero es sólo mi amigo lo prometo.- Mi mamá rodó los ojos y miró a mi padre.
Éste se encogió de hombros e hizo un leve asentimiento con la cabeza. Sonreí y corrí hacia mi habitación para prepararme. Me coloqué toda la ropa y me maquillé al natural. Planché mi cabello y por último tomé mi celular, ID y algo de dinero.

- ¡Miah tu amigo llegó!-
Los nervios me invadieron y bajé las escaleras lentamente. Ahí estaba mi padre, mi madre y Bryan observándome. Me sonrojé un poco pero no puedo dejar que me intimiden.
- ¿Tan mal me veo?- Bromeé.
Me despedí de mis padres luego de una charla de 15 minutos que más bien parecieron una hora, sobre mi comportamiento.

- Te vez bien, como siempre - dijo Bryan abriendo la puerta del copiloto.
- Tu también te vez bien- Dije algo coqueta subiéndome al auto.
La realidad es que no miento. Trae una camisa de botones que se ajusta a su cuerpo y dejó los dos botones de la cuellera abiertos provocando que se vea extremadamente sexy, unos jeans claros un poco rasgados y unos zapatos de vestir marrones. Su cabello está algo alborotado y le da ese toque varonil que sinceramente me pone nerviosa.
Puso el auto en marcha y una canción aleatoria comenzó a sonar en la radio.

- Y... ¿A donde vamos?- Dije jugueteando con mis manos.
-A un lugar divertido-

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(Outfit de Miah en multimedia)

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