Capítulo V.

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Cuando todo estaba listo, decidí salir de aquel edificio hacia el exterior para poder despejarme de todo el meollo que me había pasado, y ya de paso, irme un poco con Abigail.

-Mira que elegante vas ahora, - se ríe casi en silencio – si ahora pareces hasta una princesa y todo.

-Ja, ja, que graciosa. - Siendo sarcástica mientras me giro a verla. - Y, por cierto, gracias por el susto. Podrías decirme por lo menos que me esperabas aquí afuera.

-Me suponía que te iba a esperar aquí en el portón del edificio. -Acercándose a mí a tan solos unos escasos centímetros. -Bueno, al tema, ¿te animas qué te presente todo nuestro equipo? -Haciéndome una caricia en la espalda.

-Bueno, creo que no me queda otra opción, ¿no? -Sonrió mientras avanzo para adelante con ella al unisonó.

-Eso creo, cielo. - Sonriéndome. -Por cierto, con el altercado de antes con Arthur, no lo eches mucho encuentra....

-Lo sé. De hecho, estoy intentando olvidarlo, gracias. -Interrumpiendo mientras mantengo una actitud cabizbaja. - Por cierto, el chico era bastante guapo.

- ¿Arthur? - Avanzando. - Me va a matar mi marido cuando me escuche esta afirmación, -Entre risas. - pero si, es un muchacho bastante guapo, y mucho más, para la edad que tiene. Si quieres, luego te lo presento para que habléis y esas cosas, ya sabes...-Me hace un gesto con el codo.

-No soy prostituta. - La miro seria.

-Perdón, no era mi intención decirte eso. -Agacha la cabeza.

-No pasa nada. Supongo.

-Bueno, ahora tenemos que ir al campamento de Dutch para comentarle que has sobrevivido.

- ¿A Dutch? -Algo extrañada.

-Si es el líder de la banda. -Dirigiéndome hacia la campaña. - Él fue unos de los principales que estuvo más preocupado de todos los del grupo, y bueno, Arthur, claro está.

- ¡Eh, Abigail! ¿Cómo estás? – Grita alegremente Dutch mientras le intenta besar en la mejilla a Abigail.

-Ni lo intentes. -Se echa para atrás.

-Bueno, ¿qué es lo que te trae por estos senderos? -Algo incómodo. - ¿Necesitas algo para ti, para Jack o para John?

-No Dutch, no venia precisamente para pedirte, ni nada similar; sino más bien, para avisarte que la herida acaba de despertarse hoy del trance, y que, sus heridas van sanándose poco a poco...

- ¡Ah! ¿Esta es? - Interrumpiendo a Abigail. -Encantada y bienvenida al club. -Intenta darme dos besos en la mejilla.

-Em... Gracias, supongo. -Le doy la mano.

Dutch me la devuelve.

- ¿Y cómo que bienvenida al club? ¿No sé supone que ya puedo irme, siempre y cuando, os haya agradecido el servicio proporcionado por vuestro campamento, bla, bla...? -Arqueando la ceja.

-No, de hecho, nos debes un favor y de los gordos. Es más, plantéate que demasiado bien hemos hecho en rescatarte, puesto que, podríamos haberte dejado plantada en mitad del camino, o te hayamos matado, o realizado cualquier acto de crueldad. -Pasa por mi lado.

-Pues, en mi caso, exijo irme de tu pandilla de inútiles, -girándome en dirección hacia Dutch- ya que, mi tribu me necesita más que en la tuya. - En posición desafiante mientras saco mi arma.

Fue entonces cuando uno pocos cowboys de Dutch se reunieron en la misma formación que sus adversarios apuntándome a la cabeza con sus armas.

-Bueno, tú te lo piensas dos veces si quieres seguir viviendo, o morir en el intento. - Ríe mientras continua de espaldas contra mi dirección sin ni siquiera mantener una milésima de segundo contacto visual conmigo. -Así que, por tu bien me guardaría el arma de nuevo.

Inmediatamente sin pensármelo mucho, guarde de nuevo el arma en el sujetador mientras observaba que aquellos vaqueros empezaban a despejar la zona.

-Puesto con el tema, -se gira, por fin, en mi posición para tener un poco de contacto visual- te iras ahora con Abigail para encomendarte todas las actividades que te hemos administrado en nuestro campamento. - Le hace un gesto a Abigail para irse.

Mantengo la mirada por unos segundos más a Dutch mientras que Abigail terminar de asentir con la cabeza.

-Vamos. -Me hace un gesto con la cabeza.

Sin rechistas, pero mostrando aun un rostro desafiante.

-Que gilipollas es...-Mascullo casi en silencio entre dientes.

Mr. Morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora