Capítulo IX.

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 -Arriba las manos. -Nos dice el líder de la banda con voz amenazadora mientras nos apunta con el arma y mantiene un pequeño pañuelo puesto, mostrando tan solo una parte del rostro. - Darnos todo lo que queramos y podéis salir vivos de aquí.

- ¿Qué quieres de nosotros? - Mientras mantiene Arthur una actitud medio valiente y chulesca hacia aquellos ladrones.

-Queremos que nos deis vuestro botín, o que, nos digáis la ubicación aldea para saquearla, o sino...

- ¿O si no qué? - Cogiendo mi caña e intentando enfrentarme a ellos.

Arthur enseguida se puso serio mientras me gestionaba algunas señales con su mano para que no hiciese muchas tonterías hacia aquellos saqueadores.

-Pero vamos a ver mujer...-Ríe al mismo compás que lo hacen los de su banda mientras continúan apuntándonos con sus revólveres.

- ¿Qué quieres hacerme con esa cara? ¿Cosquillas?

En ese momento, me acerco a hacia el líder con la caña, y como puedo, le intento pegar con ella en la cabeza, para intentar que se cayera del caballo y para que, acto después, pudiera correr hacia la dirección de Arthur.

- ¡Vamos! -Le grito mientras le tiro del brazo en dirección de nuestros caballos.

Arthur corre al parejo mío y nos montamos en nuestros caballos para disponernos a huir de aquellos forasteros que nos habían interrumpido.

- ¡A por ella! -Grita el líder mientras dos de sus miembros le ayudan a levantarse.

Desde el minuto cero de nuestra huida nos comenzaron a perseguirnos como locos mientras nos disparaban sin ton ni son apuntando a cualquier lado para lesionarnos a alguno de nosotros o alguno de nuestros caballos.

Tras un intenso camino se nos cruzo una gran roca de por medio que nos obstruía el paso.

- ¡Hacia la derecha! -Mientras me gritaba a la vez que agitaba las cuerdas de la montura del caballo para que fuese más rápido.

Sin rechistarle cogí y actúe de la misma forma que el para que nos saliera bien aquel plan y pudiéramos escapar de esos malechones todo lo rápido que pudiéramos sin que nos cogiera. Cuando de repente, una parte de esa banda comenzó a arrinconarnos desde ambos lados paralelos mientras nos disparaba.

- ¡Mierda! -Grito. - Estamos acorralados...

Arthur saca su revólver de su cinturón y comienzan a disparar como puede mientras conduce su caballo.

- ¡Arthur cuidado! -Le grito al ver que se va a tropezar con la piedra.

- ¡Eh! -Arthur reacciona y ve que esta a unos casos centímetros de la piedra.

- ¡Corre! -Me acerco con mi caballo hacia el suyo. - Súbete a mi caballo antes de que tropieces con la piedra. -Mientras le grito.

Arthur se giró hacia mi dirección y salto de su caballo hacia el mío mientras se giraba en dirección de aquellos capullos para dispararles.

-Ve con cuidado. - Mientras se concentraba en disparar.

-Joder, no lo sabía, crack, enserio. - Concentrada mientras conduzco al caballo.

-Joder, Anastasia, no empecemos a pelear de nuevo, por favor, que ahora no es el momento para estas tonterías.

Esquivemos la roca por el camino de la derecha, cuando por desgracia, nos alcanzaron todos aquellos malechones rodeándonos en forma circular.

-Os detenéis o vais a tener problemas. -Poniéndose el líder en el frente de nuevo.

Casi cayéndome del caballo por el gran impacto al pararle, intente retroceder un poco para no tropezarme con ninguno de esos capullos de delante.

- ¿Qué cojones queréis? -Haciéndome la valiente.

-A ti, mi querida.

-Mira, -bajándose Arthur del caballo. - te vamos a dar una recompensa, con tal de que nos dejéis tranquilos con lo que estábamos haciendo. - Sacando unas cosas y dirigiéndose hacia él.

En ese momento, todos los del grupo se armaron de nuevo con sus armas.

-Un gesto más y no sales vivo.

-Pero vamos a ver...- Riéndome mientras soy irónica y sarcástica. - ¿Tú te crees que voy a ser tan tonta y tan gilipollas cómo para entregarme a ti, que este palurdo de mierda, y dejarle a este anormal que se vaya con aquellos malolientes sin vida social como si nada?¡Por Dios, lo que faltaba! -Mirando brevemente al cielo mientras me río irónicamente.

- Que falta respeto, ¿no? -Mirándome.

-Coged la chica. -Hizo un gesto el líder.

-Por mi cadáver. -Se pone delante desafiando al líder.

-Y al chico también. -Mientras ríe. -Y así nos podemos llevar los dos tortolitos.

Saco mi pistola e intento señalarle a la sien.

-Inténtalo lo que dura el cantar de un pájaro. -Sonriéndome mientras sonríe.

-Pero por lo menos, nos moriremos a la vez y nos veremos en el puto infierno cretino. - Con la pistola en mano aún.

De repente, algunos de sus secuaces cogen a Arthur.

- ¿Qué hacéis capullos? -Empiezo a disparar a aquellos cowboys.

El caballo se asusto tanto de los disparos que empezó a embestir y relinchar, así que, alzo su cuerpo y me tiro al suelo de inmediato.

- ¿Estas bien? -Pegando a todos los cazafortunas para intentar socorrerme.

-Si creo. -Mientras me dejo ayudar por Arthur y me quejo un poco del dolor.

Arthur me coge poco a poco hasta que me tiene en pie.

-Pobre tortolos. -Ríe. -Anda, llevároslos hasta nuestro campamento. - Les moderno el líder a sus secuaces.

A lo que, por consiguiente, nos obligaron a que prosiguiéramos sus pasos hacia adelante en su camino en pie mientras permanecíamos juntos.

Mr. Morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora