Capítulo VI.

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Durante el día estuve haciendo algunos quehaceres machistas que me otorgaron junto a Abigail para poder ayudar y avanzar en toda aquella inútil pero verosímil tarea que aquellos vagos no querían realizar.

-Bueno, creo que ya podemos parar. - Suspira mientras se limpia el sudor de la frente.

-De acuerdo. -Meto la ropa limpia que faltaba en el cesto.

-Cuando acabes de meter toda la ropa, coges la cesta y la llevamos al campamento para poder tenderla mañana. - Se levanta.

-Vale. -Congo la cesta y voy al mismo paso que Abigail.

-Probablemente hagamos hoy una pequeña celebración. - Avanzando sin mantener contacto visual hacia mí.

Me mantengo una actitud algo sepulcral y seria.

-Ya que, como hoy te has despertado, de seguro que Dutch lo celebrará por lo alto. Así que, en partes, espero que te guste las fiestas y beber un poco en compañía.

-Supongo.

Tras varios minutos andando y manteniendo una charla entre cortada con Abigail, lleguemos la zona. Deje la cesta de ropa limpia dónde Abigail me indico y me fui hacia mi cuarto para poderme cambiarme un poco, ya que, poseía unas pintas un tanto desastrosas para ir rondando en la fiesta de hoy.

-Creo que estoy lista. - Casi susurrando mientras me abrocho el ultimo botón del vestido.

De repente, en mi cabeza volvió a recordarme de nuevo a Arthur.

-No sé qué tiene ese muchacho, pero la verdad, es demasiado atractivo para su edad. - Me quedo pensativa mientras miro un punto fijo en el suelo.

- ¿Vas a salir o qué? - Me grita algo emocionada Abigail mientras abre la puerta. -Te estas perdiendo lo emocionante.

-Joder, ¡qué susto me has dado! -Grito algo enfadada.

Mientras tanto, en el fondo de nuestra conversación se escuchaba gente cantando, otros gritando, otros peleándose...; en general, un puñado de capullos haciendo un estrepitoso barullo mientras disfrutaban de la fiesta.

-Venga vamos. -Me grita mientras me coge del brazo hacia afuera.

-Pero espérate Abigail...- Algo agobiada e incómoda por la actitud de Abigail.

-Venga vamos. -Me sonríe mientras me lleva a tirones hacia el campamento.

Cuando lleguemos, pude ver toda la escena más detenidamente de la celebración y como aquellos cowboys estaban pasándoselo bien sin notar ni siquiera mi presencia.

- ¡Abigail! -Le grita un hombre.

- ¡¿Qué?!-Se gira riendo un poco.

- ¡Ven! -Le hace un gesto el mismo hombre.

- ¡Voy John! - Manteniendo su mirada por unos segundos en él. - Bueno, me tengo que ir con mi marido unos instantes, así que, por un rato te tengo que dejar sola con todos estos capullos. Espero que te lo pases bien y que no la líes.

-Gracias. - Le expreso una expresión de pocos amigos, pero intentando ser algo amable.

Abigail, entonces, me suelta del brazo y se va con su marido dejándome plantada en medio de todos aquellos paletos sin vida social. Mientras observaba que se dispersaba en aquella multitud para llegar hasta la posición de su marido, intenté adentrarme en círculo vicioso sin hacer mucho escándalo y buscando un sitio para poder mantenerme al margen hasta que la fiesta acabará.

- ¿Dónde me siento o dónde me meto para buscar un sitio? - Miro mi entorno en busca de un asiento un tanto incómoda, hasta que, por fin al cabo de un rato encuentro una pequeña silla vacía cerca de la hoguera. - Creo que me voy a sentar aquí, por el momento, y cuando me harte me voy o vea que esto se vaya acabando, me marcho. - Pienso para mis adentros mientras me dirijo hacia el sitio.

Pasaron los minutos y continuaba allí, mirando mi alrededor y planteándome cómo iba a escapar de todos estos bastardos, para poder montar mi plan y poder escaparme de aquel infierno de gente.

- ¿Quieres algo?

Me giro para mi lado derecho y me fijo que es Arthur.

-Em...-Bastante incómoda.

-No sé si te gusta la cerveza, pero bueno... Por lo menos, he tenido el detalle y las molestias -algo sonrojado- de traértela, por si querías acompañarme la noche mientras bebo la mía- Me ofrece una de las cuales tiene en las manos.

-Gracias. -Algo tímida.

- ¡Ay! - Se queja mientras se pilla una silla y se sienta a mi lado. -Oye, -me mira por unos segundos mientras se toca la nuca. - lo siento por lo de esta mañana, de verdad...

-No pasa nada, lo comprendo un poco. - Sin saber cómo reaccionar.

-Mi nombre... Mi nombre es Arthur. Arthur Morgan. - Me da la mano mientras cambia de conversación. 

-Encantada de conocerte. - Intentando ser amable, pero sin darle la mano. - Mi nombre es Anastasia, pero me puedes decir Ana, si es de su inconveniencia.

-Encantado. - Me sonríe.

Por unos segundos, mi mirada se centro en su bello rostro, sobre todo, en su bella sonrisa de hombre varonil que poseía mientras le devolvía una sonrisa un tanto tímida.

-Em...-Poniéndose algo nervioso por la incomodidad de la circunstancia. - Mañana...

Escuchando atentamente a sus palabras mientras sostenía fuertemente la birra de cerveza que me había dado entre mis manos.

-Mañana, creo que voy ha tener que hacer unos quehaceres un poco interesantes para mí, pero que, a lo mejor para ti...; ya sabes, te pueden gustar...

-Si quieres, le puedes pedir permiso a Dutch, o como se llame y a Abigail para que me dejen ayudarte. - Rompiendo un poco el hielo para darle un voto de confianza. - Porque total, igualmente iba a hacer, más o menos, el mismo trabajo sucio de hoy, así que...

-Bueno, entonces, tendré que avisarles a los dos, y ya de paso, echar en mi caballo el doble de materiales, para que, sobre todo, pueda enseñarte a pescar y a cazar un poco.

-En la aldea donde habitaba nos enseñaban a las mujeres y a los hombres a hacer las mismas actividades por igual para que pudiéramos defendernos. Es decir, básicamente, sé realizar los mismos quehaceres que tú y todos los de esta aldea, o incluso si me apuras, hasta más que todos vosotros juntos.

-Entonces genial. -Me intenta sonreír de nuevo.

Le devuelvo de nuevo la sonrisa.

-Genial, entonces todo lo dicho. Lo que me falta es, como te he dicho con anterioridad, avisarles que mañana me vas a ayudar y listo.

Asiento la cabeza.

-Bueno, nos vemos mañana a las seis de la mañana. - Se levanta manteniendo un gesto amable y un contacto visual mínimo hacia mí.

-Pues a la seis estaré con mi caballo preparada para espérate. -Intentando ser amable de nuevo.

Arthur se despide mientras se aleja en dirección hacia los otros hombres de su edad del campamento. Por unos instantes, podía admitir, que, mi miraba se quedaba hipnotizada en su perfecta silueta.

- ¿Cómo ha ido todo? -Sonriéndome mientras me hacia un gesto con el codo.

- ¡Coño! ¡Qué susto me has pegado de nuevo! - Mientras pegaba un pequeño brinco.

- He podido observar desde la distancia que habéis estado hablando tú y Arthur cómo si fueseis dos tortolitos. Y que, luego de alejarse de ti hacia los otros le estabas mirando embobada. – Riéndose cariñosamente.

-No estaba mirándole, estaba fijándome en un punto fijo en la distancia, lo que pasa, es que a lo mejor habrá dado la coincidencia que era hacia su dirección. Nada más. - Mirándole por unos segundos de reojo.

-Si, si claro. Como que yo soy tonta. – Mientras continuaba bromeando con la situación.

-Bueno, creo que, me voy a ir para dentro del edificio, si no te importa. - Me levanto sin mantener contacto visual hacia Abigail y soltando la birra en el suelo. - Ya que, estoy algo cansada. - Mientras bostezo.

-De cuerdo, mañana nos vemos Anastasia.

-Igualmente. - Me dirijo hacia el edificio.

Mr. Morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora