Capítulo 11 - ¿Que paso?

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Paso la mañana entre papeles y emails, llamadas de trabajo, negociaciones con los proveedores y un mar de problemas. Mis hermanas como siempre ni aparecen y lo realmente raro es que últimamente si el hotel funciona es porque yo sigo al pie del cañón.

Miranda esta liada con la universidad y tiene problemas con Manuel, Virginia está de viaje con Ignacio por obligación ya que el realmente está trabajando, Lucia y Carla tienen lio en el restaurante con los cambios de cocineros y preparando nuevos menús para las oportunidades que se presentan. Así que solo quedo yo con el hotel.

- ¿Diga? – descuelgo el teléfono nada más sonar. - ¿Cómo? – escucho muy concentrada – ya, si yo lo entiendo pero ¿y qué pasa con el menú de la semana? – realmente me quiero morir – pero es que realmente nos está dejando tiradas – se justifica – pero usted entiende que tendría que darnos una solución, es decir, es su problema, deberían dar una solución y no simplemente decir lo siento – digo realmente agobiada – muy bien, si es su última palabra, sepa usted que realmente nos lo pensaremos mucho antes de volverles a contactar. – escucho de nuevo sus justificaciones y disculpas. – muchas gracias – y cuelgo con toda la mala leche que tengo.

¿Y ahora qué hago yo? El proveedor de la fruta y las verduras nos acaba de dejar tirados, según ellos que han tenido problemas con las cámaras frigoríficas y han perdido la cadena del frio y la mercancía no está en condiciones de servirse y no tienen suficiente mercancía fresca para todos sus clientes y casualmente nos dejan tiradas a nosotras.

- Diooos – chillo tirando el boli y justo escucho como se abre la puerta del despacho.

- Perdon, ¿mal momento? – dice asomando la cabeza.

- No, - me levanto de la silla – adelante Jazmín ¿Qué deseas? – y de repente veo que trae algo en la espalda y lo pone frente a ella.

- Te traía algo de comer, me han dicho que llevas todo el día aquí encerrada y estoy segura que desde el croissant, que por cierto no te has acabado, no habrás comido nada más. – dice riendo y yo me acerco a ella para cogerle el plato. - ¿Qué tal la nariz? – dice señalando la suya.

- Bien, gracias. Jazmín me da mucha pena pero es que... no tengo hambre. – digo dejando el plato en la mesa.

- Pues a mí también me da pena. – dice encogiéndose de hombros.

- ¿El qué?

- Los pobres comensales de la cena. – dice tan normal.

- ¿Cómo? ¿Por qué?

- Porque no tendrán nada para cenar, no me pienso mover de aquí hasta que no te vea comer algo – dice sentándose encima de la mesa.

- Jazmín...

- Flor...

- No tengo hambre. – digo definitivamente.

- Eras tú la que quería probar mis especialidades ¿no? - me hace gracia la manera que tiene de decirlo, y la normalidad que le pone a todo – pues empieza a probarla y te aseguro que me quedaré a ver como comes – yo me siento en la silla que hay justo a su lado de la mesa y cojo el plato, lo miro y no distingo lo que es.

- ¿Qué es?

- Moussaka – dice como si fuera de toda la vida. - Pues es que he decidido que haremos el día del país, un día a la semana haremos una alimentación solo basada en un país, así que hoy es Grecia. Y la moussaka es una lasaña hecha de capas de berenjena, carne, patata y bechamel. Perdón por no preguntarte pero creo que puede ser una buena salida, decoramos la sala, nos vestimos como en el país y creamos una comida temática. Hoy es solo la prueba de la comida pero para el sábado podríamos hacerlo.

La Fugitiva "Flozmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora