Capítulo 23- Buenos días

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Luche con todas mis fuerzas no quedarme dormida, sabía que en cuanto despertara nuestra cita habría acabado y todo volvería a la normalidad, con mis agobios y problemas, con Elena y su matrimonio y con el quiero y no puedo.
Intenté complacer a Jaz pero ella no me dejó, decía que estaba bien y que ya era feliz. Prefería creer que habría más momentos, pero me abrazó con fuerza, su cuerpo y el mío desnudos uno encima del otro, abrazadas. Eso me hacía creer que ella pensaba exactamente como yo, miedo a que mañana todo se acabe y a que nos perdamos la una a la otra. Mis pensamientos se empezaban a apoderar de mi estado de ánimo, me moví para quedar tumbada justo al lado de ella y ella se incorporó, se colocó sus braguitas brasileñas de lencería y la camiseta del pijama, era de seda color turquesa con tirante fino y algo de puntilla alrededor del cuello. ¿Cómo era posible que fuera tan perfecta? Me la quedé mirando, contemplando su belleza mientras se encaminaba al cuarto de baño, momento que yo aproveche para hacer lo mismo, me coloqué la camiseta del pijama y las braguitas.
Estaba casi dormida cuando escuche la puerta del baño abrirse, note como Jazmín se tumbaba detrás de mí y se acomodaba el pelo, rodeo con su brazo mi cintura y me dejó un beso en la nuca, enredé mis dedos con su mano y esperé a que la noche, el cansancio y la relajación cumplieran su cometido.

A media noche me desperté presa de los nervios de ser mi primera noche con Jaz y me di cuenta que ya no notaba el peso de su brazo, entonces abrí los ojos sobresaltada pensando que todo pudiera ser un sueño y la busqué al otro lado de la cama y ahí estaba, de cara a mí con los ojos cerrados y durmiendo plácidamente. Me acerqué a ella para sentir su calor y posé mi frente junto a la suya, ella se movió unos centímetros y dejo un tierno beso en mis labios, seguidamente me cogió la mano y se la acerco a la altura de la cara y nos volvimos a dormir.

Me desperté cuando los primeros rayos de luz empezaron a entrar por la ventana, serían las 7:30 de la mañana más o menos y Jazmín aun dormía. Decidí llamar al servicio de habitaciones y pedir que nos trajeran el desayuno para las 9 de la mañana. Empecé a dudar si meterme en la ducha o acurrucarme un poco más con Jazmín y opté por lo segundo. Me tumbé en la cama y me quedé mirándola, estaba preciosa, no sabría describir lo que estaba viendo. Le coloqué un mechón de pelo detrás de la oreja, me moría de ganas de volver a besarla pero no la quería despertar. Solo la contemplé durante los siguientes 40 minutos, incapaz de dormirme por miedo que el sueño se acabe. Sobre las 8:30 Jaz empezó a hacer ademan de despertarse y yo solo sonreía, sonreía y la miraba. Ella empezó a entreabrir los ojos y nada más verme sonrió.

- Buenos días - dice casi sin voz.

- Buenos días

- ¿Llevas mucho despierta?

- Un poco - sonrío.

- ¿Y qué hacías? - pregunta a lo que yo respondo curvando la boca - ¿Me mirabas mientras dormía? - y yo hundo mi cara en la almohada avergonzada - Florencia Estrella ¿me estabas mirando? – decía riendo.

- Te contemplaba - le quito hierro.

- Oiix ¿me das un beso? - pregunta tímida, yo me incorporo en la cama, echo el pelo detrás de la oreja y me acerco poco a poco a ella que sigue tumbada en la cama. Dejo que mis labios se coloquen encima de los suyos y Jazmín me tira de nuevo en la cama y se coloca encima de mí. Alargamos el beso todo lo que podemos y de repente pican a la puerta

- He pedido el desayuno – digo tapándome los ojos.

- Vaya que oportunos – dice tirándose de nuevo en la cama al lado mío.

- Abres y me ducho rápidamente – digo mirándola con cara de súplica.

- Vale. – yo salgo corriendo a la ducha y veo como se pone un batín que había en la habitación. Consigo ducharme el cuerpo en 5 minutos e intentar no pensar. Salgo por la puerta del baño con solo el albornoz y el pelo enrollado en un semi-moño.

La Fugitiva "Flozmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora