Había pasado solo unos minutos desde aquella llamada a Dani y ya me estaba arrepintiendo de mis actos, mis pensamientos iban solo en modo negativo, sabía que le iba a hacer daño pero no podía evitar sentir lo que estaba sintiendo en aquel momento. Sentía que debía ser fiel a mí misma y sincera con él, sentía que Jazmín había puesto mi mundo patas arriba y me sentía ahogada con lo que me rodeaba.
Cuando salí del Estrellada, después de unas cuantas preguntas por parte de la pesada de Carla, decidí ir caminando hasta casa. Tenía tiempo hasta que llegara Dani y pasear siempre me ayudaba a pensar. Tenía muy claro lo que le quería decir lo que no encontraba las palabras adecuadas. Suelo ser la típica persona que siempre dice las cosas sin pensar y eso no ayuda.
Cuando llegué a casa esperaba no encontrar a nadie, llegaba 20 minutos antes, pero nada más abrir la puerta ahí estaba Dani, de pie, mirándome y con las manos llenas de ropa sucia. Mire a mi alrededor y ahí estaba la pica llena de platos sucios, había comida tirada por el mármol y montones de ropa sucia en el cuarto de lavar. Ropa esparcida por el comedor y más colgando de la puerta de la habitación. Busco a Dani y me lo quedo mirando fijamente con las bolsas de comida en mis manos.
- Te esperaba más tarde – se justificaba Dani.
- Bueno, traigo la comida – digo levantando las bolsas.
- La casa se cae a cachos sin ti cariño. – se me queda mirando y cuando ve que no contesto continua hablando – espera, dejo esto en cuarto y limpio un poco la mesa. – desaparece por la puerta del fondo y regresa al instante. - ¿Qué tal estas? – dice como si nada.
- Bien ¡Huum! ¿Y tú?
- Echándote de menos – dice acercándose a mí, yo por reflejo echo un paso atrás.
- ¿comemos?
- Si, por favor siéntate, de seguida limpio esto y saco un vinito.
- Agua por favor. – digo muy seca.
- Agua para la señorita.
La primera media hora estuvimos hablando de cosas sin sentido, un poco random e insensibles. Dani hablándome sobre el trabajo y sus amigotes y yo asintiendo a todo y solo pensando en lo que necesitaba decirle y no quería decirle.
- Dani ¿hablamos de algo importante? – digo de repente.
- Claro, ¿Qué pasa?
- ¡Hum! ¡ÑAaaaah! ¡CAGONA DE MIERDA! ¡Hummm!
- Flor, solo dilo.
- No quiero casarme. – casi vomitando las palabras.
- No quieres casarte – repite
- No quiero casarme – digo ahora ya tranquila y aliviada.
- No pasa nada cariño, si necesitas tiempo, esperaremos.
- No, Dani no necesito esperar.
- Bueno pues no nos casamos – sinceramente lo veo muy tranquilo para lo histérica que estoy yo. – Cariño yo no necesito casarme, vamos firmamos los papeles como pareja de hecho y ya, para mi es suficiente.
- Dani...
- Flor mira, te quiero y siempre lo he hecho, que te propusiera tantas veces matrimonio no quiere decir que sea tan importante para mí, simplemente quería tener la certeza de que tú también me querías a mí y... - se calla de golpe y me mira, se queda pensativo y sin darse cuenta empieza a jugar con las manos de manera nerviosa.
ESTÁS LEYENDO
La Fugitiva "Flozmin"
RomansaUna con las ideas claras, o eso cree, otra que no tiene ni idea de lo mucho que puede cambiar la vida en poco tiempo. Dos mujeres con diferentes vidas y un mismo destino aparente. Una historia de amor y comedia que no te dejara indiferente.