Capitulo 10 -El taxista

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Salí como alma que lleva el diablo para casa, tenía pocas ganas de ir porque no quería ver a Dani pero tampoco quería estar en el hotel y necesitaba respirar y pensar. Llamé a un taxi para no tener que coger el metro.

-          Señorita – escucho una voz de fondo.

-          ¿Disculpe decía algo? – pregunto al taxista.

-          Le suena el móvil, o es que ¿no quiere cogerlo?

-          Oh, disculpe, no lo había escuchado – cuando saco el móvil del bolsillo de la chaqueta, veo que ya han colgado y al mirar la pantalla compruebo que era Dani. – han colgado. – le enseño el móvil.

-          No tendría muchas ganas de hablar o le devolvería la llamada. – dice con una media sonrisa.

-          Era mi novio.- digo casi en un susurro.

-          ¿Problemas de pareja? – se interesa.

-          La verdad ya no sé, problemas de pareja, desilusión, rutina...

-          Esos son demasiados problemas para una señorita tan joven. Con la de peces que hay en el mar, tiene donde elegir.

-          Lo sé, pero ¿y si no quiero más peces? – digo desilusionada.

-          Créame señorita, el amor es necesario para vivir. Le diré una cosa y espero no ser muy entrometido – realmente es una afirmación pero se paró a coger aire antes de seguir para ser cauto y yo le interrumpí.

-          Realmente me vendría muy bien un consejo.

-          Si está teniendo esos sentimientos con su chico es porque no puede ser EL chico. Cuando lo encuentre lo sabrá, no se desespere, la persona que estará a su lado para siempre la pondrá nerviosa solo con su presencia, su corazón se acelerará solo de escuchar su voz y las piernas le temblaran con un simple roce de su piel, quizá hasta la haga estar en las nubes a menudo y se le pondrá una cara de boba cuando piense en él. Yo con mi mujer perdía hasta la voz cuando tenía que hablar con ella y créame, llevo 40 años casado y aun me pongo nervioso cuando por las noches me roza con sus pies y se me acelera el corazón cada vez que me dice cariño. Ese amor, un amor así, es el que todo el mundo se merece tener una vez en la vida y yo realmente creo que todos tenemos una media naranja en el mundo. – cuando mira por el retrovisor y ve que me corre una lagrima por la mejilla continua – no desespere señorita, estoy convencido que ese amor le llegará pronto, se lo digo yo que soy muy sabio. – pero se para de golpe al escuchar de nuevo mi móvil.

-          Debo cogerlo – le digo señalándolo y el afirma con la cabeza. – Daniel – digo a modo de saludo.

-          Amor, te he llamado antes.

-          Lo sé, cuando he ido a cogerlo ya habías colgado – y me quito un par de lágrimas que recorren mis mejillas.

-          ¿Estás bien? – notando mi voz temblorosa.

-          Sí cariño, dime que querías –

-          ¿Te importa si hoy no duermo en casa? Los chicos de la oficina han organizado una fiesta en casa de Arnau y nos quedaremos allí unos cuantos jugando a la play y básicamente no dormiremos – dice riéndose.

-          No Dani, te puedes quedar, no pasa nada.

-          ¿Seguro estás bien? – se preocupa.

-          Sí todo genial. No te preocupes, diviértete y nos vemos mañana cuando acabe de trabajar ya que me iré pronto al hotel.

-          Vale nena pues hablamos. Te amo.

La Fugitiva "Flozmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora