El olor a pólvora llenaba las calles de Konoha aquella estrellada y cálida noche, los aldeanos se desplazaban por la avenida enfundados en sus mejores prendas mientras los sonidos de risas de oían por doquier, era una noche feliz para todos, donde reinaba la paz... supuestamente.
Kenji se acomodó la yukata de color verde mientras bajaba a la calle principal, sus ojos se movían sigilosos, llenos de paranoia, buscando por donde comenzar y acomodando sus pensamientos, tenía un objetivo y su mayor añoranza era cumplirlo.
Se metió entre la gente y trató de relajarse mientras repasaba su plan de nuevo, eran casi las ocho, y suponía que los "padres" ya estarían con sus hijos disfrutando de aquel evento tan esperado.
A los primeros a quienes vio fueron Naruto y Hinata, apretó los labios en una línea y suspiró, si hace un mes le hubieran dicho que intentaría hablar amablemente con el Séptimo, se hubiera reído tan fuerte que dolería, pero ahí estaba, caminando hacia ellos.
—¡lo hiciste bien, Boruto! —Naruto desordenó el cabello del niño mientras este saltaba de la emoción, había llenado la cabeza del payaso con agua y el hombre le había dado un pequeño muñeco con forma de León.
—¡León! —gritó con voz infantil mientras mostraba su nueva adquisición.
—Bien hecho, Bolt.
Hinata sonrió y lo observó emocionada mientras el niño y Naruto se dirigían al puesto de al lado a jugar una pesca gigante. La Hyuga observó a la bebé, que la observaba fijamente y le puso el chupete, Himawari era muy buena para tener aquella edad; iba a limpiarle las manitos con una pequeña toalla cuando esta voló de sus manos.
—¡Oh!
Pero antes de observar cómo se iba, unas manos la tomaron, Hinata se detuvo y observó al hombre que le sonreía y se dirigía a ella con amabilidad.
—Toma, —le tendió la toalla, ella se lo agradeció con un asentimiento.
—Muchas gracias.
—Oh, ¿te conozco?
La chica parpadeó unos segundos y volvió a observar los ojos claros del hombre.
—¿E-eh?
—¡Ah, ya recuerdo! Tu eras la mujer con la que me topé el otro día, ¿recuerdas? Ibas muy apurada por la calle con un pequeño rubio.
Hinata abrió los ojos con comprensión al recordar y asintió.
—Oh, s-si, usted se topó conmigo en la calle. Mucho gusto, huh...
—Me llamo Kenji, es un placer, —le sonrió y Hinata lo imitó, parecía muy agradable.
—Igualmente, Kenji. Yo soy Hinata.
—Veo que tienes una niña muy bonita, Hinata, ¿Es tu hija?
Ella apretó los labios, sonrojada.
—Oh, bueno...
—Disculpa, es solo que pareces muy joven.
—S-si, pero...
—¡Hinata! —se oyó la voz de Naruto, el rubio venía de la mano con Bolt y observó curioso al hombre. Kenji le sonrió. —¿Quién es el?
—N-Naruto-kun, este es Kenji, me ayudo a recoger la toalla de Hinawari.
—Mucho gusto, amigo, —saludó, —justamente hablaba con su esposa de usted.
—¿Esposa?
Hinata enrojeció, parecía un poco enferma.
—Oh, ¿estás bien? No quise incomodar.
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Futuros... ¿Padres?
FanfictionCuando una nueva guerra amenaza al mundo Ninja, el Hokage, Naruto Uzumaki, decide que esta vez no perderá a lo que más ama: Su familia. Por eso él y sus compañeros de toda la vida deciden revisar los jutsus prohibidos de la aldea y se encuentran con...