Capitulo 30: Truco o trato

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Capítulo 30: Truco o trato 

   Los días pasaron, el alta de Sasuke fue rápido, Itachi se lo llevó, no sin antes mirar con desprecio a Sakura, quien solo cumplía su turno en el trabajo, Haku se ocupó del papeleo, mirando de reojo a la pelirosa, los Uchiha se despidieron cordialmente de él y solo Sasuke se acercó a Sakura susurrándole al odio "después resolveremos nuestras diferencias", beso si cabeza y se marchó. Karin sin mediar palabras con Sasuke se había ido a vivir con Naruto en un nuevo departamento, ambos primos recién separados se consolaron e intentaron seguir con sus vidas, Naruto salió a comer con Hinata a los días del alta de Sasuke, era muy tímida y amable, a no ser que tuviera su criptonita, un poco de alcohol podía aflojar a la estructurada Hinata Hyuuga, la cual por insistencia del Uchiha seguía trabajando con el.
  Dos días antes de la fecha pactada con Hidan, Sakura se conectó con él para la entrega del dinero, el peliblanco no muy feliz por la decisión de su cliente intentó convencerla de retractarse o entregarle la misma cantidad en la fecha acordada, por lo que Sakura se negó amenazando con dejar el dinero en la parroquia. Se podía observar un Hidan muy cabreado, parado a la entrada de aquella iglesia, Sakura se había vestido nuevamente con una camisa ancha y su fiel y confiable pantalón elastizado. Tendió el morral de tela al hombre, quien lo tomó sin más, la miró fijamente y le dijo.

-hagas lo que hagas sabes bien que nunca podrás quitarme de tu vida, los meses pasarán pero seguiré cobrándotelo , o vendrá tu padre a buscar el dinero, cuida bien de esa preciosa hermanita que tengas, pero tenlo por seguro de que tus hijos, y los hijos de tus hijos conocerán mi nombre- la piel de la pelirosa se erizo, debía desaparecer una vez que terminara de pagar aquella deuda a Hidan... no debió haber hecho eso... ¿Porque no se lo pidió a Karin como un préstamo o a alguien más? Uchiha era el primer descartado,deambuló hasta que las piernas no le resistieron más, no quería llegar a su casa, no quería ir a trabajar, necesitaba dormir, comer y volver a dormir,y no pensar en la amenaza del pelo blanco.

-Hidan... mi intención es devolverte el dinero, quizás sea una mala clienta para ti... pero necesito vivir tranquila...- Sudaba frío al hablar con aquel hombre, realmente la incomodaba, una pequeña patada le dio fuerzas para seguir hablando- realmente te agradezco por tu préstamo, me ayudó en un momento crítico, pero quiero dejar ese mal momento en el pasado con todo lo que eso conlleva.- Hidan pensó unos minutos, y una tétrica sonrisa se dibujó en su rostro pálido.

-Te propongo un trato, págame la misma suma durante 6 meses y consideraré tu deuda saldada pequeña, si no tienes efectivo puedes pagar con tu cuerpo, por cada noche que pases conmigo serán 16000$ menos a tu deuda- sakura cerró sus ojos, se encontraba nuevamente en la misma situación, se limitó a asentir. Una lágrima amarga todo por su mejilla.- si quieres saldar toda la deuda, debes prestarme a tu hermana. Se ve que creció bastante... es muy hermosa- la ira bramó en cada célula del cuerpo de la Haruno, en un movimiento rápido colocó el bisturí en el cuello de Hidan.

-Te acercas a Moegi y juro por mi vida que te voy a matar lenta y tortuosamente- Hidan estaba impresionado, no esperaba aquella reacción, soltó una risotada, corrió sin mucho esfuerzo la mano de la pelirosa.

-no me cabrees princesa, no quieres conocerme... el mes que viene te espero en la fecha pactada y me cuentas tu respuesta, cuando estes un poco más calmada verás la luz- sin más se perdió entrando al viejo templo. Sakura suspiro, tomo valor para regresar a su trabajo, estaba muy fatigada. En el camino a la parada recibió una llamada del colegio de su peliroja hermana.

-Señora Haruno, llamábamos para consultar si usted autoriza la salida de Moegi Haruno con  el señor Sarutobi Asuma-

-No conozco a ningún Asuma Sarutobi, por favor retenga a Moegi hasta que yo llegue-  hizo una señas a un taxi para que se detuviera, entró como una bala y se encaminó a el colegio de su hermana, ¿en que andaba ahora la pequeña lagarta? Entro rápidamente por dirección y escucho atentamente los alaridos de su hermana.

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