one • club
—Hitoka, ¿qué haces?
—¿Eh?
Yachi Hitoka saltó un par de milímetros de su silla al escuchar la voz de su prima. Era suave y más grave que la suya propia, pero había estado tan concentrada en el papel que tenía en las manos que no había podido evitar el asustarse. Inconscientemente escondió dicho papel, a pesar de saber que su prima ya lo había visto.
—¿Qué pasa?—la castaña alzó una ceja y se acercó con curiosidad a Hitoka, que se había rendido fácilmente ante su expresión y dejaba el papel sobre la mesa. La chica se sentó en la silla de enfrente y se giró para leer la hoja.
—U-una chica de tercero me ha preguntado y, no sé…—dijo la rubia en voz baja mientras su prima ojeaba la información escrita e intentaba no comentar nada sobre el apresurado dibujo hecho en una esquina. Dejaba mucho que desear, pero ese no era su problema. Levantó la vista para seguir escuchando pero su prima miraba al suelo. Esperó pacientemente y Hitoka hizo contacto visual, nerviosa—¿Qu-qué le digo? ¿Me ha-hago mánager? ¿o voy a probar y...ya veo cómo va?
La castaña pensó en silencio, considerando las palabras de su prima. Desde que era pequeña siempre se había visto en la situación de proteger y cuidar de Hitoka, demasiado tímida, nerviosa e incluso paranoica como para hacer cualquier cosa ella sola. Tampoco le hacía mucha gracia que fuese su trabajo, teniendo que estar a su lado veinticuatro horas al día y viéndose en esa misma posición—buscando respuestas a preguntas que sólo Hitoka podía encontrar.
—Imariiii…—gimoteó la rubia al no obtener una respuesta inmediata e Imari suspiró, echándose hacia atrás en la silla.
—¿Tú quieres hacerlo?—preguntó—, si quieres ir y probar pues hazlo, y si quieres ser su mánager se lo dices. Es tu decisión, no hay mucho más que pueda decirte—se cruzó de brazos y cerró los ojos para evitar ver el puchero de Hitoka.
—Pero mi madre-
La campana que anunciaba la siguiente clase interrumpió a la chica e Imari se levantó para ir hasta su asiento.
—Tu madre no va a decirte nada si de verdad quieres hacerlo. Solo tienes que demostrárselo—Imari le dedicó una última mirada antes de caminar hacia el otro lado de la clase.
·
—Imari…¿me acompañas?
Imari levantó la cabeza de su cuaderno y miró a Hitoka, que jugaba nerviosa con sus dedos y miraba de vez en cuando a la puerta de su clase. La castaña siguió sus ojos, viendo a una guapa chica que no había visto antes, probablemente la misma alumna de tercero que Hitoka había mencionado antes.
Las clases acababan de terminar y, al parecer, la chica pelinegra había mantenido su palabra de ir a buscar a Hitoka para que la acompañase al gimnasio donde el club de voleibol masculino entrenaba. Apoyó la barbilla en la palma de su mano y sus orbes verdes chocaron con los marrones de su prima.
—¿No puedes ir sola?—respondió y pudo sentir a la rubia tensarse—, senpai va a estar contigo.
—P-ero no la conozco, ni a los del equipo, y es muy guapa y me intimida un poco y…
Imari se levantó con un bufido antes de que la rubia pudiese seguir con su retahíla de inseguridades y caminó hasta la puerta, Hitoka siguiéndola de cerca después de ver que no iba a decirle ni reprocharle nada. La chica de gafas y pelo negro la miró un poco confundida pero se presentó igualmente; Shimizu Kiyoko de tercero, mánager del club, había dicho.
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egoist「wagamama 」
Fanfiction❝¿No es eso muy egoísta?❞ ❝A veces hay que serlo❞ ·Posible (casi seguro) lenguaje fuerte o vulgar. ·Muchos capítulos no tendrán que ver con el deporte en sí. ·Actualizaciones pueden ser lentas.