Muy linda

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Thiago es morocho de ojos verdes, muy lindo aunque él no lo sabe ni se lo imagina. Se despertó temprano y se hizo una leche con sus galletitas preferidas, y siempre dejaba algunas para comer en el colegio porque no le daban nada para que llevara. Cuando estaba preparándose la leche escucho gritos y el ya sabía lo que estaba pasando, ellos estaban peleando, porque como siempre su madre (Lisa) espera a su esposo (Eduardo) que es el padrastro de Thiago. Aunque este niño extrañe mucho a su padre nunca iba a volver porque su padre había muerto en un accidente de autos, y Thiago deseaba todas las noches despertar y que nada de eso hubiera pasado, de que su padre no hubiera muerto, de que su madre no se hubiera casado con Eduardo, o como él lo llamaba el "maltratador" porque siempre les pegaba, deseaba de que pudieran ser libres de ese monstruo, pero nunca pasaba, y los días seguían pasando pero sus esperanzas seguían intactas, él creía que un día se iba a levantar y que su padre iba a estar ahí, sonriéndole, y diciendo que todo había pasado, que no iban a volver a sufrir más, que nunca se iban a separar.

Su padre, Fabricio, había muerto en un accidente de tránsito cuando el tenia tres años, el accidente había sucedido porque unos adolecentes que estaban borrachos lo chocaron mientras que el volvía de su trabajo, ese mismo día Lisa le iba a contar que estaba embarazada, pero luego de ocho meses se puso de novia con Eduardo porque sus padres le dijeron que iba a necesitar si o si una figura paterna para su hijo, lo malo fue que unas semanas después cuando el bebe estaba a punto de nacer llego su nuevo marido le pego, y fue tan fuerte el golpe que le dio a su mujer mato al niño que ella llevaba dentro, fueron al médico y le preguntaron qué había pasado, ella no quería quitarle a su hijo la figura paterna que tenia así que le dijo que se había caído de las escaleras, ella nunca supo que él le pegaba a su hijo, nunca supo que cuando los dejaba solos su conyugue lo maltrataba a su hijo de todas las maneras posibles, tampoco supo que su hijo vio como Eduardo le pegaba a su panza mientras estaba embarazada, y tampoco supo que el lloraba porque los escuchaba peleando y gritándose todo el día, y nunca lo iba a saber. Lo que pasaba todas las noches en esa casa era que Lisa se quedaba esperando a su marido a que llegue sentada en su cama pero Eduardo llegaba borracho y le pegaba, ella no lo podía dejar porque su nuevo marido era un matón, ya la había amenazado con que si lo dejaba el mataría a su hijo en frente de ella de la manera más brutal posible y luego la asesinaría a ella, entonces ella nunca se atrevió a contradecirlo.

Thiago en su segundo día de escuela tomo su mochila y se fue caminando hacia la escuela San Jorge, su nuevo instituto, ya que el anterior había destruido su antigua escuela porque iban a hacer un edificio nuevo. Así que él era el nuevo en el colegio, al que nadie conoce, con el que nadie se atreve a hablar. El día anterior estuvo solo, nadie lo quiso saludar y con la única persona que hablo fue con la maestra cuando lo presento frente a todos los alumnos, cuando se lo conto a su mama ella le dijo que el primer día no era fácil para nadie y que obviamente que no iba a conseguir amigos en el día en que iniciaban las clases porque todos iban a estar con sus viejos amigos, pero que seguro que el próximo día iba a encontrar un nuevo amigo con quien hablar.

Se sentó en el último banco y por lo que vio no habían venido todos los chicos el día anterior. Los que no habían venido eran:

Una chica rubia, linda, con ojos celestes, muy linda, alta, demasiado linda, con una mirada que te descolocaba, y también era lo suficientemente linda como para que se fijara en él, según lo que pensaba, tenía un grupo de amigas que el día anterior lo miraban con cara rara y cuando le intentaron hablar el se fue porque tenía miedo que le dijeran algo malo, pero se distinguía los dos grupos de chicas: las que eran amigas de los varones y tenían a la mayoría de amigos en el aula, y las otras, simples, se podía sentir la rivalidad, y se podía sentir que ningunas se soportaban, muy difícil de entender porque no se llevaban bien.

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