The infiltration

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Capítulo 6

The infiltration

Lena Luthor había leído muchos libros mientras vivió encerrada en la casa de sus padres. Un día leyó, en uno que aquellos viejos y polvorientos libros, que unoestá enamorado cuando se da cuenta que la otra persona es única. Los viejos libros de Jorge L. Borges eran de sus favoritos, pero siempre había pensado que el hombre no tenía idea de lo que era amar.

Ella nunca había experimentado eso de conocer a alguien y llegar a pensar que no existía otra persona como esa. Siempre encontraba similitudes entre las personas. Sentía que vivía entre copias de un mismo papel. Samantha le parecía única, pero no estaba enamorada de ella. Lo cual no queria decir que no la amara.

El amor siempre había sido algo complicado a los ojos de Luthor. Siempre le había parecido extraño que dos personas pudieran llegar a amarse a tal grado que solo con estar junto al otro fuese suficiente para ser feliz. En mas de una ocasión deseó preguntarle a Lucy si para ella Oliver Queen era único. Nunca le preguntó.

Mientras se alejaba por el camino arenoso, dejando atrás a Kara, Lena se percató de que por primera vez en su vida la frase de Jorge tenía algo de sentido. Miró sobre su hombro, a la figura pequeña y distante que era la ojiazul en esos momentos y lo comprendió todo. Cada frase en cada libro, poema y cada letra de las canciones románticas. El sentimiento de anhelo, el deseo por cuidar de la otra persona. Al mirar aquella silueta, Luthor supo que ocurria con ella, había encontrado a esa persona que, para ella, era única.

Ahora entendía porqué no pudo lanzar aquella flecha en contra de la rubia de ojos azules. Comprendió porque sus ojos divagaron por el cuerpo de la kriptoniana en la laguna. Entendió porqué su sonrisa le parecía perfecta y podría pasar minutos perdida en el paraíso de sus ojos. Kara, para Lena, era unica.

La pelinegra estaba enamorada.

Y mientras sus piernas se movían en dirección al bosque, Luthor sonrió ante aquel descubrimiento. No importaba si estaban en lados opuestos de la guerra. No importaba si vivían en extremos diferentes de Kripton. La pelinegra buscaría la forma de llegar a Kara. Y algo dentro de ella le gritaba que la kriptoniana buscaría la forma de llegar a ella. Saber aquello, hizo que su sonrisa se hicese más grande.

¿Qué importa que estuviesen en grupos destinados a odiarse? ¿Que importaba si estaban en bandos opuestos? Sus corazones se habían entrelazado y el amor que nacía entre ellas era puro y fuerte.

La ojiverde no era consciente de los pasos que daba. Sus pensamientos estaban todavía en el pueblo de Kripton. Por suerte, sus piernas parecian conocer el camino a la base de forma perfecta. Caminaba como autómata, con una sonrisa en sus labios y un brillo especial en sus ojos.

Los ruidos de la noche parecían querer cubrirla y cuidarla. En el camino escuchó el canto de las brujas que venía de lo profundo del área pantanosa. Para ser seres de horrible apariencia y desagradable actitud, a Luthor siempre le había parecido curioso que cantasen tan hermoso. Era todo lo contrario a las sirenas; estas, aun siendo preciosas, ni siquiera tenían voz.

Golpeó el interruptor escondido entre ramas y hojas secas logrando aparecer la entrada a la base. Bajó la escalerilla de metal y aplicó presión en el interrumptor interior para cerrar la entrada. Estaba caminando por el pasillo largo que conectaba con el centro de la base cuando escuchó murmullos.

La base solía ser silenciosa la mayor parte del tiempo. Los murmullos solían venir acompañados de problemas asi que la pelinegra inmediatamente se tensó. Atravesó la puerta que conectaba al área que habían llamado vestíbulo, percatándose de inmediato del tumulto de gente juntadas allí.

Until our last heartbeat  [Supercorp] [Complete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora