Capítulo 3 parte 1

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Había dormido muy bien, hacía mucho tiempo que no dormía de esa manera, quizás fuera porque tenía la sensación de que en cualquier momento podría entrar esa madrastra que le taladraba el subconsciente con palabras de desprecio y le iba a gritar hasta desahogarse para dejarla medio temblando en mitad de su colchón. Las sábanas de algodón de su cama nunca se habían sentido tan suaves y los olores de su cuarto habían cambiado, ya no había ese agradable aroma a flores que subía desde el patio por donde siempre trepaba en las noches, sino algo parecido a especias y peligro que parecía entre marearla y acunarla, la envolvía para protegerla y se dejaba llevar cada vez más y más profundo al mundo de los sueños... y entonces se dio cuenta... aquel no era su cuarto.

 En cuanto este pensamiento penetró en su cabeza se tensó todavía con los ojos cerrados, lentamente abrió un ojo y miró lo que debería haber sido el blanco techo de su cuarto, en lugar de eso había un dosel de tela de un tono entre azul y negro... no lo tenía claro porque la habitación estaba tan solo iluminada por el leve resplandor de una chimenea. Sus manos rápidamente alcanzaron las sábanas que descansaban sobre su pecho y se las subió hasta la barbilla avergonzada, por la libertad que sentía en su pecho estaba claro que las vendas habían desaparecido y por lo tanto sus pechos estarían libres. Giró la cababeza de un lado a otro buscando un punto de referencia que conociera o algo así... hasta que de repente lo vio, estaba en una cómoda butaca acolchada detrás de un austero escritorio cubierto de papeles, con los pies sobre este y profundamente dormido con una copa medio llena de Whisky en la mano.

Miró alrededor de nuevo mientras se sentaba en la cama y se apartaba los mechones rojos de la cara con impaciencia. Tomó una de las almohadas que la habían acunado esa noche y se la lanzó con eficacia ya que le impactó en la cara y le hizo caer hacia un lado por el susto, el golpe fue tal que tuvo que parpadear un par de veces y taparse la boca para no romper a reir con ganas. Lo disimuló tosiendo un par de veces hasta que lo vio aparecer desde detrás de la mesa, con el ceño fruncido, revolviéndose el pelo al tocar la zona donde seguramente se había golpeado y con un aspecto tan perfecto entre sexy y aniñado que se le cortó la respiración.

- La primera vez que me despiertan de esta manera- murmuró mientras se ponía en pie- ¿Cómo te sientes?- preguntó mientras se acercaba y ella se apretaba más la ropa de cama contra su pecho.

- ¿Quién me ha quitado esto? dime que no has sido tú- preguntó mientras le fulminaba con la mirada.

- Una criada de absoluta confianza, además, si hubiera sido yo no sería caballeroso admitirlo- comentó mientras alzaba una ceja.

- Lo has visto... lo has visto- murmuró mientras lentamente se sonrojaba más y más. De repentese acordó de algo y se tensó aún más sobre las sábanas- ¿Qué hora es?... ¡¿Qué hora es?!- preguntó histérica.

- Son las... -miró el reloj que había en la pared- cuatro de la mañana- respondió antes de volver a mirar hacia ella.

- Oh no... oh no no no no...- murmuró mientras se pasaba la mano lentamente por el pelo. Se lamió los labios lentamente y se puso en pie arrastrando con ella la sábana. 

Su despertar había sido algo brusco pero verla lecién levantanda había sido un verdadera delicia, aunque solo hubiera sido por uno minutos, no entendía por qué tanta prisa pero verlaarrastrar la sábana detrás de ella como una niña pequeña hacia la parte de atrás de el biombo donde solía vestirse le enterneció a la vez que cierta parte de él se despertó de repente. Se aclaró la garganta sintiéndose un pervertido y tomó asiento en la cama para que no fuera muy evidente su "levantamiento" repentino.

- Me van a descubrir... me van a descubrir...- murmuraba mientras salía, se había botonado como podía la camiseta y encima la chaqueta disimulando un poco su pecho, aunque no del todo. 

Mucho más que una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora