Capitulo 9: Recuerdos

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Narra Olivia:

Caminamos unos minutos en silencio por el parque. Se que Tom debe estar matando con la mente a Alex, pero intento ignorar ese pensamiento.

–Escucha...lo siento, enserio. No me gusta estar asi con vos...eres una increíble persona y no me gusta la idea de perderte– Alex me miró con unos lindos ojos de cachorrito

–Vamos a tomar un helado mientras lo pienso–. Dije ladeando mi cabeza. El soltó una risita y asintió. Fuimos por un helado, luego a saludar a su hermanita. Nos quedamos hablando hasta que se hizo muy tarde. Alex me llevó a casa. Lo saludé y bajé del auto. 

Entre a mi edificio y fui hacia el ascensor. Una vez en mi piso, afuera de mi puerta, saqué mis llaves e ingresé a mi departamento. Todo estaba oscuro. Camine por el pasillo y la puerta de la habitación de huéspedes estaba abierta. Asomé mi cabeza y vi a Tom, junto con sus hermanos, Rosi y Casey. Estaban dentro de una especie de carpa hecha con sábanas y almohadas en el suelo donde se encontraban acostados mientras miraban una pelicula en la televisión. Sonreí ante la escena y fui a mi habitación. Abri mi armario y busqué ropa de pijama. Tanteé con mi mano el estante de arriba para alcanzar una manta cuando una caja cayó en mi cabeza.

–Auch– dije sobando mi parte golpeada –¿Qué es esto?–. Susurré mientras me agachaba en el suelo. Tomé la caja entre mis manos y mis ojos sé llenaron de lagrimas cuando me di cuenta de que era lo que contenía. Removi la tapa y dentro se encontraba ropita de bebé.

Mi bebé.

Apoyé mi espalda en la puerta del armario y comencé a sacar el contenido dentro de la caja. Unos zapatitos del tamaño de mí meñique, unas medias miniaturas con rayitas rosadas. Sonreí y las lagrimas empezaron a caer de mis ojos. Un body con ositos en pijamas, unos mini pantalones color rosa pastel, y un vestido del tamaño de una muñeca. Corri todo a un lado, pegué mis rodillas al pecho, las rodeé con mis brazos y escondí mi cara en el hueco que quedaba. Sollozos silenciosos salieron de mis labios. Me acosté en él suelo y abracé el pequeño vestido. Cerré mis ojos y solo lloré.

Abrí mis ojos cuando sentí que alguien tocaba mi hombro. Tom estaba agachado a mi lado. Me senté rápidamente y limpié mi cara con la manga de mi suéter.

–¿Qué estás haciendo?- me susurró Tom

–Escribiendo un libro...–dije sarcasticamente. El soltó una risita y negó con la cabeza

–Una pregunta estupida ¿verdad?– dijo divertido y asentí mientras intentaba esconder mi sonrisa–¿Qué estas haciendo con esta ropa, tirada en el suelo y llorando mi amor?–pusó su mano en mi mejilla y dejó suaves caricias

–Estaba buscando, una mantita y esta caja cayó del estan–mi voz comenzó a quebrarse–la caja cayó del estante y solo la abrí y...–tapé mi cara con mis manos para llorar.

El me quitó las manos de la cara y me acercó a el, sentadome a horcajadas sobre sus piernas. Pusó sus manos en mi rostro y limpió las lagrimas.

–Te amo...con todo mi corazón. Te amo mas que a nada– dijo acariciando mi cabello. Cerré mis ojos y pegué mis labios a los suyos. Sus brazos ahora me rodeban la cintura apretándome mas a el. Escondí mi cabeza en su cuello mientras el acariciaba mi espalda. Estuvimos asi por unos cuantos minutos.

–Se supone que estaba enojada con vos– dije apartandome de su cuello y apoyando mi frente en la suya

–Si, y se supone que yo contigo–dijo y me levantó del suelo y me tiró en la cama con el encima. Empecé a reir, mientras besaba mi cuello. Le quité su remera y cuando el iba a hacer los mismo con la mia, golpearon la puerta–debe ser una maldita broma–dijo molesto. Me reí y le di un último beso para luego empujarlo. Me levanté de la cama y fui a abrir la puerta.

AHORA. Libro II de "Secretos" (Tom Holland, Danielle Campbell)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora