AHORA. Libro II de "Secretos" (Tom Holland, Danielle Campbell)

Capitulo 10: Problemas en el paraiso

Narra Tom

Entré hecha una furia al apartamento. La discusión con Harrison me tiene loco. Me metí en nuestra habitación cerrando de un portazo, provocando que algunas cosas de las paredes se sacudieran.

Intente respirar profundo, pero esa mierda no me calma ni un poco. Me metí al baño y me lavé la cara con abundante agua fría. Mire mi reflejo en el espejo y sin pensarlo estampé mi puño en el, provocando que este se trizara por completo. Mi mano comenzó a sangrar por los cortes provocados por el vidrio. Respiré profundo una vez mas e intenté calmarme, cuando sentí la presencia de una segunda persona en el pequeño cuarto de baño.

— vos vas a pagar eso — dijo Olivia mirandome con desaprobación, suspiré.

— perdón— susurré. Apoye mis manos en el lavabo y agaché la cabeza, sentí las manos de Oli enredarse en mi cintura y su rostro apoyandose en mi hombro

— ya esta, no sirve de nada que te pongas asi— me susurró. Pasaron unos minutos hasta que se separó, pero me quedé en la misma posición. De reojo noté que se estaba desvistiendo, abrió la cortina de la ducha y se metió— ven— me llamó. Obediente, me quité la ropa y me metí con ella.

Me tomó de la mano y me atrajo hacia dónde caía el agua, junto a ella. Limpió mi mano aún sangrante y luego dejo un beso en mis nudillos.

—Siempre estas curando mis heridas— dije apoyando mi frente en la suya. Sonrió levemente. Sus manos recorrieron desde mi abdomen hasta mi pecho, pasaron por mis hombros y terminaron su recorrido en mi rostro, que acarició con suma delicadeza, como si en cualquier momento pudiera romperme...quizás asi era.

—Te amo, Tom

—Te amo, Olivia— Me atrajo hacia su rostro y pegó sus labios a los mios. Me besó tierna y delicadamente. Su lengua recorrió toda mi boca, lo mismo hizo la mia. La abracé por la cintura y la pegué a mi lo máximo posible, y sentirla asi, tan cerca, con el agua caliente cayendo sobre nosotros fue una de las mejores sensaciones de mi vida. Tomé entre mis manos su trasero y la levanté, ella enrollo sus piernas en mi cintura. El beso se tornó salvaje y desesperado, dejé por un momento sus labios, y fui a su cuello. Mordi y lami esa zona sensible bajo su oreja. Me tomó del cabello y me guió a su boca nuevamente. La pegué contra la pared con un poco de brusquedad, y el gemido que salió de sus labios me hizo saber que le gusta asi, salvaje. Desenrolle sus piernas de mi cintura, y apenas toco el resbaladizo suelo del baño, la volteé contra la pared. La tomé de las caderas y las pegué a la mia. Otro fuerte gemido dejó sus labios. Acerque mi boca a su oreja y le susurré lo hermosa que es. Mis manos acariciaron su abdomen hasta más abajo, a su zona íntima, donde su humedad me dió a entender que me deseaba tanto como yo a ella. Su trasero se frotó contra mi y él deseó que tengo constamente hacia ella, subió de nivel. Despegue mi cuerpo del suyo y me acomodé en su entrada

— Tom...— suplicó Oli. Me reí levemente y de una vez entré en ella. El gemido que salió de ambos fue exquisito para mis oidos. Me moví lentamente, torturandonos— Tom— me dijo en advertencia. Esta vez si rei fuerte y mis embestidas se volvieron mas rápidas. En el pequeño baño, se hacia eco el sonido de nuestros cuerpos chocando y los deliciosos gemidos de la chica de la que estoy enamorado.

Esa noche, le hice el amor varias veces, hubiera querido que nos quedáramos por siempre asi, porque desde ahi, todo se complicó.

Las peleas se hicieron más constantes, ni idea porque. Solo sabía que peleabamos por todo. Peleas, discusiones y reconciliaciones con sexo. Últimamente nuestra relación se basaba en eso. Espero que todo esto sea una etapa, y que podamos atravesarla.

(...)

Dormir en el sillón no es para nada cómodo, me desperté varias veces en la noche, intentando encontrar la posición correcta, pero no lograba sentirme a gusto. Mi familia ya habia vuelto a Londres, pero la habitación en la que se quedaron no estaba en condiciones para dormir. Me levanté y me dirigí a la cocina