AHORA. Libro II de "Secretos" (Tom Holland, Danielle Campbell)

Capitulo 20: Trapitos al sol

Tom.

El día de playa había salido bien dentro de todo. El clima estuvo hermoso, pude pasar tiempo con Oli y con Liah, además con mis amigos.

Al otro día, me encontraba acostado en mi cama, mirando tele, sin hacer nada mas.

Nicole estaba acostada a mi lado, abrazándome y acariciándome el pelo y la cara.

— ¿Amor?— preguntó luego de unos minutos

— ¿Qué?

— ¿Te pasan cosas con Olivia?

— Siempre directo al grano— dije divertido

— Ya me conoces— puse en silencio la tele y la miré

— ¿Por qué me lo preguntas?

— Presentimiento

— Bueno, estás presintiendo mal. Nada pasa con ella. Fue siempre una gran amiga, es todo— odiaba negar a Olivia de esa manera, pero no me quedaba de otra

— Gran amiga— dijo con sarcasmo— Tom, fue tu puto primer amor— me tensé por un momento y aprete los dientes con molestia— ¿o me equivoco?— suspiré

— ¿De dónde sacaste eso?

— Si vos no me cuentas las cosas cariño, tengo que averiguarlas por mi misma... Cuando viniste mal a mi casa, esa noche, hace seis años ¿fue por ella, verdad?

— Si, Nicole. Fue por ella— me levanté de la cama

— ¿Estabas enamorado de ella?

— ¿Quieres la verdad?

— Por supuesto

— Si. Estaba hasta las manos con ella. Me tenía completamente loco

— ¿Y ahora?

— ¿Quieres la verdad?— dije con un toque burlón

— Escúchame maldito imbecil. Cuida lo que haces, porque te va a traer consecuencias muy malas.

— ¿Me estás amenazando?

— No se te ocurra engañarme Tom

— Sos la menos indicada para decirme eso. Te recuerdo, que yo te perdoné mas de una vez las idioteces que tu has hecho. Solo estás conmigo, porque me necesitas para revelarte contra tus padres, aún que ya seas una maldita adulta

— Estás queriendo decirme que ya me engañaste ¿a que no? ¡¿Ya te follaste a la zorra esa?!

— Cuida tus palabras— dije en tono amenazante

— ¡Encima la defiendes! ¡¿Por qué carajos dejas que se meta en el medio?! ¡Ya tiene una puta familia!

— ¡¿En el medio de que?! ¡Nicole entre tu y yo no hay nada! ¡Lo sabes!

— ¡Tom yo te amo!— me arrodillé en la cama y la tomé de la cara

— No, cariño, no me amas. Vos no me amas

— Si, lo hago

— No, Nicole. No me quieres, nunca me quisiste

— Si lo hago— me abrazó y lloró en mi pecho. Suspiré y acaricié su pelo. Luego de unos minutos, su celular comenzó a sonar. Se separó del abrazo, se limpió la cara y atendió

— Hola... ¿ahora?... está bien, enseguida voy— colgó la llamada y me miró— me tengo que ir— sorbió por la nariz y limpió algunas lágrimas que habían quedado