[CAPÍTULO 10]

641 60 10
                                    

—°—

Rusia llevaba un rato en su casa tomando vodka como si fuera una bebida normal sin efectos secundarios, mientras estaba en el sillón tirado igual que lo estaba anteriormente en la casa de Ucrania, pero esta vez con la diferencia de que esperaba a que ONU llegara con USA para "convencerlo" a convivir ahí. Cosa que sospechaba que no pasaría fácilmente, por el carácter de este último.

— Hmm... —suspiró un poco frustrado ya que tendría que lidiar con los problemas infantiles de su nuevo "compañero temporal", quien probablemente desordenaria y rayaria todo su hogar en forma de venganza si era necesario.

— Ugh... Mejor muevo las cosas antes que venga un destructor —dijo en voz baja mientras dejaba de lado aquella bebida y buscaba una caja para guardar fotos o todo lo importante en su casa para que no fuera destruido, pero antes de que siquiera pudiera caminar hacia donde probablemente habrían cajas, la puerta se abrió de una patada dando paso a ONU con Estados Unidos en sus hombros.

— Llegamos —sonrió ONU, parecía feliz por finalizar su preciado "plan", pero obviamente USA no parecía estar de acuerdo, ya que estaba amordazado y atado contra su voluntad.

— ...... —el ruso solo se quedo en silencio. Sabía que ONU era empecinado la mayoría de las veces, pero ¿tanto como para llegar al extremo de amordazar a USA?

Sabía que era insoportable, pero aún así.

Probablemente solo quería asegurarse de que USA no se escapara. Ya lo había conseguido, si bien solo por algunos minutos, así que seguramente estaba haciendo lo posible por meterle en la cabeza que debía quedarse en aquella casa hasta nuevo aviso.

Saliendo de pronto de sus pensamientos notó que había alguien más allí, aunque al principio había permanecido escondido de su vista por la silueta de ONU y Estados Unidos en el marco de la puerta. Era la Unión Europea.

Qué hacía allí exactamente era un misterio.

— Buenas tardes, supongo —murmuró Rusia para levantarse del sillón e ir a recoger a USA, ya que no parecía que ONU quisiera andar cargándolo mucho tiempo más—. Uh, ¿quieren pasar? —añadió, ya que el silencio de repente se había vuelto algo incómodo.

— Oh, no, gracias. Solo vinimos a dejar a tu compañero, ya nos íbamos. Buenas tardes, Rusia —fue la única respuesta que obtuvo de parte de ONU, además de un breve saludo de parte de UE. Algo sonaba extraño en la voz de ONU, como si aquella organización estuviera hablando más rápido de lo habitual. ¿Quizá tenía algo que hacer? ONU era un hombre ocupado, después de todo.

El eslavo solo suspiró y les dijo adiós, tras lo cual tomó la figura atada de USA y los observó alejarse desde la puerta de entrada.

— Bien, es hora de desatarte. Supongo —Rusia esta vez se dirigió al norteamericano que llevaba en brazos, quien le miraba ofendido.

Luego de un pequeño forcejeo con las cuerdas, USA finalmente estaba libre de cualquier atadura. Y dentro de la casa de su mayor enemigo.

Así que lo primero que hizo fue acurrucarse en el sillón mientras se acomodaba los lentes y sacaba su celular, con un cierto aire de indignación.

El ruso rodó los ojos exasperado y prosiguió a explicarle brevemente dónde estaba cada cosa en la casa a su nuevo compañero. Tras no recibir respuesta de parte del estadounidense (a menos que un gruñido cuente como respuesta) simplemente recogió su botella de vodka sin terminar del suelo junto al sillón y se dirigió a su habitación, de repente queriendo descansar. Y de no verle la cara a USA en mínimo algunas horas.

[CRÓNICAS DE COUNTRYHUMANS]Where stories live. Discover now