[CRÓNICAS DE COUNTRYHUMANS]

[CAPÍTULO 14]

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Era ya de noche en la casa de Perú, todo había pasado rápido luego de aquel momento "preocupante" donde Argentina casi comete un asesinato en busca de defender su preciada yerba mate.

Chile tenía un vendaje que cubría su cabeza, a un lado de el estaba el argentino que parecía estar incomodo de compartir su espacio en el suelo de la sala, así es, ambos estaban durmiendo juntos.

— Weón, esto es incómodo —dijo el de una estrella mirando el techo como si buscara algo ahí.

— Callate o te agarro a piñas de nuevo —respondió el argentino a modo de amenaza, después de todo no le agradaba compartir suelo con el chileno que hace un rato atentó contra su "vida".

Chile dio un quejido para levantarse del suelo e ir a la cocina, pero apenas se paró su mirada se topó con el closet que le causa mucha curiosidad también.

— Weón la wea esa da más miedo de noche —dijo mirando con intriga aquel closet, se preguntaba que había adentro.

— Che, ni se te ocurra. Que acá el que va a abrir eso soy, yo ¿me'scuchaste?— Se levantó automáticamente Argentina mientras retaba con la mirada al contrario.

Chile solo dió una leve carcajada y como si poco le importase que el albiceleste lo haya amenazado trató de caminar hacia el objeto misterioso, pero apenas dió un paso adelante recibió una almohada en la cara.

— Un paso más y te re cago a piñas,  ¿entendiste? —amenazó nuevamente el argentino, por su lado Chile giró y con una sonrisa burlona decidió responder a la provocación.

— Dale po maraco hijo de la perra, andai que yo te saco la chucha weon —rió el chileno para luego ver como Arge se le tiraba encima y empezaban a darse golpes al mismo tiempo que intentaban llegar a closet, pero era imposible con el otro atrapando al contrario y dejando moretones por cada golpe que se daban.

Mientras tanto Perú estaba en su cuarto abrazando una llama de peluche grande mientras el gato de Arge estaba a su lado durmiendo igual de cómodo, hasta que de la nada escucho un sonido algo fuerte que lo levantó de golpe.

— CONCHETUMARE —gritó algo fuerte, después de todo no era bonito ser despertado por un sonido fuerte, al menos no para el peruano— Mierda creo que hay un choro en casa, oe gato de Arge, ¿tienes un cuchillo por ahí? —dijo Perú mientras buscaba en la pancita del gato dormido, tal vez sí estaba cansado aún el blanquirrojo— 'Tamare, ya fue pe, así nomas será.

Suspiró y casi cayéndose se levanto de su cama y abrió su puerta aún cansado, en eso puede oír los insultos que se dedicaban ambos países sureños mientras seguían aparentemente golpeándose.

— Falsa alarma —cerró la puerta y volvió a su cama a dormir como si lo que pasara abajo no fuera lo suyo.

[°°°]

Canadá estaba de camino a casa de Ucrania para recoger su celular mientras pensaba en cómo fue que de la nada todo se tornó tan complejo en su vida.

— UN, i know you're doing this because i didn't pay you that one time, but c'mon... (ONU, se que haces esto porque no te pagué aquella vez, pero venga...) —se quejó bajito mientras caminaba, después de todo tener que convivir con el mexicano era algo peligroso y más siendo que USA era muy paranoico cuando se trataba de tener a un latinoamericano en casa.

Tal vez era cierto que ONU los había elegido a propósito, "tal vez", después de todo Canadá le debía dinero por aquella ocasión en la cual él por accidente llevó una revista ilegal a una reunión y tuvo que sobornarle para que no lo castigaran, pero claro, él olvido pagarle.

"Bien Canadá, solo vienes por el celular y para escribirle a Mex" pensó al ver que ya estaba en la puerta de Ucrania para luego tomar aire y tocar suavemente. 

— Канада! —se escuchó inmediatamente mientras la puerta se abría, era como si Ucrania lo hubiera estado esperando ya en la puerta desde hace mucho.

— Hi Ukraine, Ovidé mi--

— ¡TELÉFONO! Sí sí, lo estaba guardando para dártelo, lo apagué porque no dejaba de sonar —dijo el ucraniano con una leve sonrisa para sacar dicho aparato del bolsillo, de alguna forma estaba algo alegre de ver a el contrario.

— Oh vaya,  gracias por cuidarlo por mi! —sonrió suavemente y tomó el celular para luego encenderlo.

— ¿Qué es eso en tu mano? —preguntó el auriazul apuntando a la mano de Canadá donde tenía anotado el número telefónico del mexicano. 

— México me escribió su número para luego llamarle, cosa que-- —no pudo terminar de hablar ya que su celular comenzó a descontrolarse de tantas notificaciones que aparentemente eran todas de  USA.

"Dammit, stupid paranoid" maldijo el canadiense mentalmente al ver cuán turbio podía ser su hermano, a veces lo comparaba con un acosador peligroso-- claro, si tuviera a quién acosar.

— Eh... bueno Ucrania, debo irme,  bye! —dijo al notar que su hermano lo llamaba.

"Hora del sermón"