[ CAPÍTULO 09 ]

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En aquella casa que era de Bolivia algunos de los demás países estaban ahí, aunque de a poco se iban, ya que el momento drástico había pasado.

"Que día más abrumante" pensó el de tres colores por bandera mientras se paseaba y veía a todos los países restantes. En eso se topó con Ecuador quién por accidente había hecho caer uno de sus floreros, y al notar que Bolivia le había visto entró en pánico interno.

—Ah... Bolivia, lo siento mucho, mucho... ¿Puedo llevarme el florero que rompí? —Preguntó apenado mientras miraba los restos en el suelo. También quería reparar el jarrón que usó para dejar inconsciente a Chile, pero eso sería imposible, porque ya casi no habían rastros de este ya sea porque los otros países se encargaron de limpiar la escena del crimen o porque Ecuador empezó a ordenar la casa del boliviano en forma de disculpa por casi matar al chileno en su casa.

— ¡Oh, claro que puedes! pero ten cuidado, te puedes... —Bolivia no termino la oración ya que el mismo Ecuador se había lastimado con los pedazos esparcidos del florero roto.

—Ouch... —Se quejó el ecuatoriano al ver como gotas de sangre caían de la recién abierta herida que tenía en la mano, el boliviano por su lado suspiró y se apresuró a buscar curitas.

—Ya vuelvo, quédate aquí un rato,¿si?–Dijo antes de irse en busca de las dichosas curitas, las cuales no tardo en encontrar ya que solía ser muy torpe también en cuanto a mover cosas y por eso las mantenía cerca, pero antes de regresar se detuvo a ver como unos países parecían conversar tranquilamente y muy alegres.

Internamente quería unirse, pero sabía que no tenía tiempo así que simplemente se apuró a regresar donde se hallaba Ecuador.

—Hey Ecuador, ya volví y... eso es mucha sangre... —Bolivia se mareó ligeramente con solo ver la cantidad de sangre que brotaba de la herida del ecuatoriano. La no era mucha, pero para él era algo "exagerado", así que desvío la mirada y solo extendió las curitas.

—Oh si, gracias Bolivia —Sonrió Ecuador y tomó la caja, pero antes de ponérselas decidió lavarse la herida así que fue al lavabo (que obviamente sabía dónde estaba).

—Bueno, ¡trabajo terminado! —Sonrió Bolivia para volver al sillón y descansar como si nada, pero apenas llegó a este no pudo evitar recordar a los países hablando que vió, pero ya se habían ido así que suspiro resignado.

—"¿Algún dia tendré una conversación así con Chile sin tener que verlo querer matarme?"—

Pensó el de tres colores mientras cerraba los ojos. Sabía que la simple mención de "mar" en sus labios enojaba mucho a Chile, aunque él solo quería llevarse bien con él, a veces sabía que no podía por los temas de conversación.

—Tal vez y soy muy molesto con eso de insistir por mar —Esta vez pensó en voz baja y suspirar levemente, pero para su mala suerte siempre era escuchado por alguien, en este caso Paraguay quien había aparecido luego de hablar un rato con Uruguay.

— ¿Así que Chile? —Dijo en un tono de burla y sarcasmo mezclados mientras se acomodaba a su lado.

-—¿Qué? ¿Me escuchaste? ¿Cómo sabes que es Chile? —Cuetsionó el boliviano con la mirada extrañada.

— Al único que le pides mar es a él, además, acabas de confirmarlo —Respondió cruzándose de brazos y sonriendo de lado.

—Bueno, sí es él, pues, ahora que "viviré" con él creo que no soy agradable y solo le molesto —Rascó su mejilla algo incómodo y frustrado por el hecho de no agradarle a alguien cercano.

[CRÓNICAS DE COUNTRYHUMANS]Where stories live. Discover now