3... REBECA

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Una semana de verano, decidimos ir de paseo a la playa con la familia.

Cintya mi mujer, mi hijo Mateo y yo Marcos.

Pusimos todo el equipaje en nuestro taxi, pasamos a una gasolinera para cargar combustible y así no tener problemas en el camino a la playa.

En el camino, nos encontramos con un lamentable accidente.
Un choque múltiple había dejado 4 fallecidos.

Mateo estaba impresionado y solo subió sus manos tapando su rostro.

Era la primera ves que observaba un accidente de esa magnitud.

Era impresionante ver el destrozo de los automóviles.

Mamaaaa...!!! Gritó Mateo.

Una niña esta en el auto con sangre...!!

Papaaaa...!! Una niña...!!

Mateo se desesperó en ese momento y comenzó a gritar más fuerte.

Con Cintya nos estacionamos a un costado del camino y corrimos rápidamente al lugar donde se encontraba la pequeña.

Estaba en estado semi inconsciente.
Preguntaba por su madre.

La cual al momento de revisar su pulso, no había más nada que hacer. Estaba fallecida, y su padre fallecido en el lado del copiloto.

La pequeña era la única que había logrado sobrevivir por el momento. Le quité su cinturón de seguridad y la saqué del interior del auto.

La tomé con sumo cuidado en mis brazos y la pose sobre el pavimento, lugar donde llegaron las unidades de rescate.

Cintya ayudaba a otra persona a salir de otro de los autos involucrados en el accidente.

Momento en que solo pude ver como un cuarto auto no se detuvo ante la señal de peligro y arrolló a Cintya, lanzándola varios metros hacia el pavimento.

Ante la atenta mirada de Mateo que se encontraba al interior de nuestro taxi.
Fue el grito más desgarrador que halla escuchado jamás en toda mi vida.

Un duro golpe me atravesó el pecho, como si me hubiesen clavado miles de lanzas.

Se me fueron las fuerzas al verla tirada en el piso.
No tenía poder de reacción.
Solo la observaba a la distancia, atónito.

Cerré mis ojos por un momento breve y corrí presuroso hacia ella, tomé de su cabeza, tomé su mano, pero no tenía pulso. Estaba fallecida. Su muerte fue instantánea.

El culpable del accidente, estaba aún dentro de su auto.
Se tomaba la cabeza de tanta desesperación.

Mateo lloraba desconsolado.
Yo me sentía como en un sueño, nada es real, exclamaba yo..!! Cerrando mis ojos.

Cintya se convirtió en la quinta víctima de aquel fatídico accidente.

Cuando llegó la unidad de primeros auxilios, una joven asintió con su cabeza, que no había nada que hacer. Estaba fallecida.

Se me vino todo el mundo encima.
Se me derrumbó toda la vida en un instante.
Se me iba la mujer de mi vida, la madre de mi hijo.
La mujer con la cual había decidido llevar una vida tranquila y hermosa.

Todo terminó tras bajar a ayudar a las personas de aquel accidente.
Su muerte no podía quedar en vano.

El culpable tenía que pagar las consecuencias de su acto.
No respetó la señal de peligro.
Avanzó raudo y veloz.
Solo se detuvo cuando protagonizó el atropello de Cintya.

HISTORIAS DE TAXI - relatos urbanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora