HISTORIAS DE TAXI - relatos urbanos

5... CONSTANZA

La Cony era la novia de un amigo, Luis.
Con el cuál compartíamos varias cosas en común.
Por ejemplo, la pasión por el fútbol, el gimnasio, la música de los 80's, juegos de videos, películas.... Etc

En ese momento llevaba un año de relación con la Cony.

Por mi parte yo tenía una relación de cinco meses con Paula.

Con Luis y Cony compartíamos muchas cosas, comidas, muchas salidas a bailar a la disco por ejemplo.

Salíamos de paseo a la montaña, que era uno de los lugares que más nos gustaba visitar, junto a los demás amigos y primos.

En la montaña lo pasábamos increíble. Cómo siempre, yo era el encargado de llevar la guitarra.
Otros se encargaban de buscar leña para la fogata de la noche y otros preparaban sus brebajes para pasar el frío.
El típico vino blanco, vino tinto y las infaltables cervezas en lata.

Con Luis no consumíamos nada de alcohol.
Éramos 100% deportistas.
Por nuestras venas no corría ni una gota de alcohol.

Nosotros disfrutábamos a nuestra manera tomando agua o bebidas energéticas.
Así nos aceptaban nuestros amigos y eso era muy bueno.
Nos daban la alternativa y no nos obligaban a beber.

Después de la montaña llegábamos a la ciudad y la fiesta continuaba en mi casa. Casi siempre se quedaba a dormir el Luis y la Cony.

La mayoría amanecían haciendo show. Conversando y jugando juegos en línea y otras cosas divertidas.

En Luis y Cony tenía mucha confianza.

Tanto así que me fui por toda una semana a la playa con mi novia.

Esa semana fue increíble, una de las mejores salidas, sin dudar.

En mi casa quedó Luis y Cony cuidando.
Yo no me preocupaba porque la confianza era mutua.
Cero rollo en pensar que se podía perder alguna cosa. Para nada.

En un lapso de tres años de relación aproximadamente, decidí terminar mi relación por situaciones personales.

A los tres meses después llegó la hermana de mi amigo Luis.

Estaba hermosa como nunca, irreconocible.

Tuvimos un par de salidas y ella había terminado una relación de un año y medio con su pareja.

La invité a salir un par de veces y allí nació algo muy bonito.
A esa relación nunca se le pudo colocar un nombre.
Éramos como amigos con ventaja.

Ella estudiaba y era complicado vernos seguido.

Acto seguido, se terminó la fugaz relación que tuvimos y después nos alejamos.
Yo continué solo y ella conoció a su nuevo novio en la universidad donde estudiaba.

Una buena persona, nada que decir de el. Un joven muy correcto.

Al pasar el tiempo, con la Cony pasamos de amigos a ser más cómplices.
Ella me contaba sus problemas y yo la escuchaba y le daba mi punto de vista.
Le encantaba hablar conmigo.
Tanto así que dejaba a Luis de lado y se venía a mi casa.

Luis estaba un poco celoso pero era obvio, si su novia prefería estar con su amigo que con su novio.

Yo también me hubiese puesto celoso de una situación así.

A mí me encantaba la forma de ser de la Cony.
Era realmente una linda persona. Digna de alabar.
Siempre estaba dispuesta ayudar.
Era muy cómplice de sus amigos.

Me encantaba cocinar con ella.
Yo le enseñé a cocinar de todo un poco.
Ella no tenía idea, más allá de un par de huevos revueltos.
Nunca le había llamado la atención cocinar.