Parte 1

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El sonido de las cucharas golpeando gentilmente la porcelana se detuvo ante las palabras del pelirrojo. Hifumi y Jakurai se le quedaron viendo con asombro, pero no en buena manera, al oírlo pronunciar aquellas palabras que solamente se habían reproducido en sus pesadillas.

«Estoy saliendo con alguien»

Lo peor, claro estaba, era la expresión de felicidad que Doppo tenía en su rostro, una expresión tan dulce y viva, que ni siquiera Hifumi recordaba haberle visto en alguna ocasión.

—Saliendo... ¿Con quién? Si se puede saber —Hifumi preguntó entonces, puesto que le había tomado demasiado por sorpresa, tanto que ni siquiera podía disimular correctamente.

—Con Iruma Jyuto, el policía de Yokohama —exclamó entonces Doppo, con esa misma felicidad e inocencia que le impedía notar que los dos en frente suyo no estaban nada bien con la noticia.

«Ese maldito culo corrupto», fue el primer pensamiento del rubio, y no tenía una idea clara de cómo proceder, cómo decirle que no era una buena idea, que Jyuto no era de fiar del todo, que siquiera recordara el por qué empezó a llevarse mal con él, pero Jakurai entonces tomó la palabra en el asunto.

—Doppo-kun, si esto te hace feliz, entonces sabes que nosotros te apoyaremos siempre —dijo guardando la calma, mostrando esa expresión serena en su rostro, incluso sonriendo ligeramente como siempre que veía al pelirrojo.

—En verdad, me alegra mucho que tomen esto como algo bueno. Hifumi sabe mejor la historia de esto, ya conocíamos a Jyuto de hace unos años atrás, pero por... razones, guardamos distancia. Después de la batalla en Chuuoku, retomamos un poco el contacto...

Empezaba entonces a narrar la gran historia de cómo llegaron a buenos términos, y después fueron cayendo uno por el otro. Entonces era esto por lo cual llegaba de repente más tarde a casa, o por qué llegaba a veces tarde a las veladas en casa de Jakurai, como ésta. Jakurai solamente lo escuchaba, poniendo su mejor sonrisa mientras que Hifumi dejaba notar qué tanto quería morirse en ese momento.

—Doppochin —el rubio interrumpió en un momento, no creía poder soportar más al respecto—, creo que ya es hora que vayamos a casa. Mira, ya casi es la una de la mañana. Los trenes ya no están pasando, será mejor que nos vayamos.

—Oh, cierto —dijo al revisar el reloj de su muñeca—. Jakurai-san, muchas gracias de verdad por esta noche... y por estas palabras de ánimo y apoyo.

—No es ningún problema. Ah, solamente espero que no seas como la mayoría de las personas, y nos hagas de lado a Hifumi y a mí. Sería una pena muy grande —Jakurai le pidió sin borrar la sonrisa afable en sus labios.

—Para nada podría apartarme de ustedes. Hifumi-kun es mi mejor amigo, y usted es a quien más admiro. Los quiero demasiado como para apartarme de ustedes.

Sí, los quiere, pero ahora hay alguien a quien ama. Esa era la enorme e importante diferencia que tenían entre ellos y Jyuto. Y ganas no le faltaban a Hifumi de ir ahora mismo a Yokohama y romperle la cara. Por seducir a Doppo, por hacerlo caer en sus mentiras... por apartarlo de su lado. Seguro y Jyuto sabía que Hifumi estaba enamorado de él, y para fastidiarlo lo enamoró. Si, debió ser eso. Desde que lo conocieron en preparatoria se llevaron mal, y lo más probable es que intuyera desde ese entonces que estaba enamorado de Kannonzaka.

Tras unos minutos más de despedida, los dos veinteañeros salieron del edificio, pidiendo un taxi para volver a su propio departamento. Doppo en algún punto del camino se durmió, para variar, recostado en el hombro de Izanami. Hifumi le quedó viendo con tristeza. Sentía que lo había perdido sin siquiera haberlo tenido. Al llegar lo despertó con cuidado, casi como a un niño, besando su frente con gentileza.

Unrequited [JyuDoppo] [HifuJaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora