Parte 4

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Era el turno de hablar de Jakurai. Realmente no tenía ganas de hacerlo, pero era lo justo, siendo que Hifumi se animó a hablar para aligerar su carga. Y si había servido para él, posiblemente lo haga para el doctor. Ya había hablado sobre cómo fue que cayó por el pelirrojo, pero sentía que había más cosas en su interior que rogaban por salir.

—Me he esforzado tanto por evitar querer a Doppo-kun más que a un amigo, pues no quería desarrollar sentimientos que fueran más allá de lo apropiado. Principalmente, me asustaba el rechazo. Y no puede haber un rechazo si no hay una intención de confesión de por medio. Pero fallé terriblemente en ello. No quería quererlo, porque temo llegar a hacer cosas inapropiadas por él, más allá que hacerle daño... dañar a otros solamente por él.

—Daño... ¿a qué se refiere? —Hifumi le preguntó.

—Englobando todo lo que podría hacer... es moverme a causa de los celos, utilizar a la gente a mi alrededor... con la vaga esperanza de que Doppo-kun lo notara y viniera conmigo. Es tonto e infantil, y por eso tengo miedo a hacer algo de ese extremo.

—Sensei, dígame por favor, ¿usted alguna vez imaginó alguna clase de relación con él?

—Mentiría si lo negara. Lo soñé incluso un par de veces, era todo tan hermoso que no podía aceptar que tenía poca posibilidad de lograrlo hacer realidad.

La conversación pudo haber seguido, a fin de cuentas, entre hablar y hablar se les había terminado la noche y el sol empezaba a iluminar poco a poco la ciudad. Coincidente con esto, Jakurai recibió un mensaje de Doppo.

«Lamento molestarlo a esta hora, Jakurai-san, pero me preguntaba cómo ha estado Hifumi»

Sonrió ligeramente al leerlo, le causaba tanta ternura ver que le preocupara tanto el bienestar de Hifumi y tuviera al parecer miedo de importunar al rubio al preguntarle directamente. Conociendo a Doppo, era así el asunto.

«Se encuentra bien, llegó a salvo a casa del trabajo. Yo salgo en un poco más de tiempo, ambos esperamos que te vaya bien en el trabajo y te cuides mucho»

—Heh, es una linda coincidencia. Doppo-kun acaba de preguntar por ti, si te encuentras bien. Se preocupa tanto.

— ¡¿En serio?! ¡Déjeme ver, por favor! —Hifumi se sintió entusiasmado, y de solamente leer el mensaje sintió una calidez en su pecho incomparable— De verdad es tan lindo que él se preocupe tanto. Heh, no sé si me siento así por el acto o por el simple hecho de que sea él quien lo ha hecho.

Su corazón latía con fuerza al leer el mensaje del pelirrojo, y no quería pensar en nada más que no fuera en esa preocupación que le tenía. Pensaba sólo en lo tierno que era el tercer integrante de Matenrou al preguntar por él, intentaba imaginar su expresión al preocuparse, esa misma que siempre le causaba tanta ternura.

Y las lágrimas empezaron a fluir. Lentamente las gotas fueron resbalando por sus mejillas mientras el rubio se cubría la boca con la mano derecha.

— ¿Cómo se supone que le dirá a su familia al respecto? Su padre en especial odia a Jyuto, seguramente lo regañarán demasiado. Se pelearán, es lo más probable. Pero, ¿Doppo será feliz con ello?

Le preocupaba ahora a él, en demasía, el bienestar del oficinista. Le asustaba incluso que llegara a incomunicarse de su familia solamente por su relación. Y es que ¿cómo se le había venido a ocurrir volverse pareja con el mismo sujeto que años atrás lo extorsionó? Era una mezcla entre los celos y la preocupación por su bienestar, que ya ni siquiera sabía cómo debe de reaccionar ante ello.

—Quiero hacer a un lado mi yo egoísta, desearle felicidad y hacerlo sentir cómodo, pero es tan difícil. ¿Por qué tenía que ser él específicamente?

Jakurai no sabía cómo hacer para calmar a Hifumi, intentaba hacerlo razonar, que dejara de llorar de una forma u otra, y se alarmó al ver que le empezaba a faltar el aire. El rubio empezaba a inhalar por la boca, como si se ahogara. No era bueno, un estado parecido a un ataque de pánico. Se estaba hiperventilando y no podía calmarse por cuenta propia. Si seguía así, se desmayaría. Alarmado por esa posibilidad, lo primero que le vino a la mente fue quizá lo peor que pudo pensar. Lo tomó del rostro para que lo viera fijamente, y en un intento de regular su respiración, Jakurai acercó su boca a la de Hifumi, besándolo con la vaga excusa de regular su respiración.

Sí, lo tomó por sorpresa de inmediato, principalmente por lo repentino que fue, pero Hifumi se sentía tan vulnerable, necesitado de cariño, que poco después del contacto fue irremediable que abrazara a Jakurai, impidiendo que lo soltara del agarre.

Duraron así unos cuantos segundos más hasta que la falta de aire representó un problema, separándose para poder respirar debidamente. Funcionó, Hifumi había dejado de hiperventilar, pero ahora quedaba pendiente una pregunta. ¿Por qué? Hifumi no lo entendía bien, y aunque por su mente sí llegó a cruzar que era debido a su estado de hace un momento, se sentía confundido. La sensación de calidez seguía presente, lo cual le hacía pensar que quizá le haya gustado que el mayor lo besara así.

—Lo siento, Hifumi-kun, actué de manera muy impulsiva. Sé que estuvo mal pero no pude pensar en algo más para que- —Jakurai fue acallado de repente. Hifumi lo tomó del rostro y lo atrajo para volverlo a besar.

También estaba siendo impulsivo, peor que eso a decir verdad. No estaba pensando del todo, y únicamente se dejaba motivar por la sensación de calidez en su pecho que le había brindado durante el primer beso que el mayor le dio. Con ello lograba acallar la pequeña voz en su mente que le recordaba sus sentimientos hacia Doppo, y lo sustituía con su ligero razonamiento: «Si Jakurai puede calentar mi pecho así en vez de Doppo, tal vez con él estaré bien».

Jakurai estaba nervioso, por no decir asustado de la reacción del rubio. Se tensó por completo, pero tras poco menos de un segundo o dos, su cuerpo se fue relajando, abrazando así, aunque todavía temblando, a Hifumi. Con torpeza y nerviosismo fue correspondiendo a su beso, moviendo sus labios contra los contrarios, en un esfuerzo de crear un ambiente correcto. Ni siquiera sabía a dónde llegaban con ello, pues su mente ahora era un desastre, como si sus pensamientos hubieran chocado como trenes y todo estuviera revuelto y destruido a su alrededor.

Sentía como si la mente se le nublara y ni siquiera pudiera ver algo. Así, únicamente tenía como indicador de lo que ocurría a las sensaciones corporales que iba presentando. Entre ellas, ese mismo calor, que subía de su pecho hasta sus mejillas y las coloreaba de rojo, sumado a lo fuerte que su corazón latía. Podía comprender las funciones del cuerpo humano, comprendía las causas de, por ejemplo, un paro cardiaco, de una fiebre, pero no podía comprender las razones por las que tenía esta clase de síntomas tan de repente al ser besado por Hifumi.

Claro, siendo que nunca había experimentado el cariño de otras personas, no como él hubiera querido, y por ello no sabía reconocer qué clase de sentimientos estaba enfrentando ahora. Por un ligero momento el recuerdo de todas las sensaciones que Kannonzaka le hacía sentir vino a su mente, y empezó a asociarlas con el nerviosismo que tenía. «Es posible que pueda sentir lo mismo con Hifumi-kun».

Faltaba menos de veinte minutos para que Jakuraituviera que llegar al hospital. Pero estaba en un punto en donde no sabía cómodetenerse. De lo único que tenía noción era que condujo a Hifumi hasta suhabitación, y al entrar cerró la puerta tras de sí.

Unrequited [JyuDoppo] [HifuJaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora