El chico malo [segunda parte]

90 7 4
                                    

Dawn echaba de menos a Brandon y quería aclarar lo sucedido, de manera que decidió ir a su casa. Cogió su bicicleta y fue lo más rápido que pudo, aunque estaba nerviosa. Una vez frente a su casa, se bajó de la bicicleta y fue con ella hasta las escaleras de la entrada, donde la dejó apoyada de forma que no se cayese. 

Contempló la casa, y esta estaba algo vieja y el ambiente parecía triste. 

Subió las escaleras y picó al timbre. Alguien le abrió la puerta, parecía ser su hermano, más pequeño que Brandon. 

-Hola, ¿Quieres un trozo? -le enseñó el helado que tenía en la mano. 

Ella se quedó callada sin saber que decir, y se sobresaltó cuando escuchó una voz dentro en el interior de la casa. 

-¿Tommy? ¡Tommy! -el niño se giró y volvió dentro, pero entonces salió el que parecía ser su padre -vamos, vuelve a la cocina. 

El hombre apoyó su mano en la puerta y se inclinó hacia ella, con la cara demasiado seria. 

-¿Quién eres tú? 

-Dawn Wiener, soy amiga de Brandon Mc Carthy -contestó nerviosa.

El hombre relajó su expresión, aunque seguía sin inspirarle confianza.

-¿Qué quieres?

-Me preguntaba si podía ver a Brandon. 

-¿Qué hizo? ¿Te dejó embarazada?

Dawn negó rápidamente, y aquello le pareció absurdo ya que no había mantenido relaciones con nadie. 

-Entra, puedes despedirte de él, al subir las escalera, al fondo.

Ella no entendió muy bien porqué se tendría que despedir de él, pero solo asintió y comenzó a subir las escaleras cuando el hombre se apartó de la puerta y le cedió el paso. 

Abrió la puerta que había entreabierta y entró a la habitación de manera sigilosa. Brandon se encontraba enrollando un saco de dormir, y toda la habitación estaba algo desordenada. 

-Hola, Brandon -saludó.

Él miró hacía arriba y la observó mientras guardaba el saco en una mochila. 

-¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?

Dawn se acercó a paso lento donde se encontraba Brandon. 

-Quiero ser tu novia. 

Él no parecía sorprendido. Se levantó del colchón que había en el suelo con la mochila en la mano. 

-Demasiado tarde, me voy. 

-¿A dónde vas? -dijo preocupada. 

-No es asunto tuyo -dijo sin siquiera mirarla, mientras seguía guardando cosas en aquella mochila. 

Lo miró de arriba abajo. Llevaba puesta una gorra negra hacia atrás que tapaba su pelo rubio, junto a unos vaqueros y una camiseta de cuadros con una chaqueta encima. 

-¿Puedo ir contigo? -insistía Dawn. 

-No. 

-¿Vas a volver a la escuela?

-Ni hablar -dijo con asco- y no voy a ir a ningún reformatorio. Mi padre cree que sí, pero que se vaya al infierno, me largo de aquí. 

-¿Dices que vas a escaparte? -dijo asustada, pues tan solo de pensarlo se aterraba. 

-Sí, a Nueva York. 

-¿Alguien lo sabe?

-No -contestó Brandon.

Brandon se acercó a ella y la besó. 

-Ahora ven -le dijo. 

Ella se asustó. Sabía a que se refería. 

-¿Ahora mismo?

-Ahora o nunca -le dijo firmemente. 

-Pero no puedo ahora -dijo nerviosa. 

-¿Porqué no? ¿Tienes miedo?

-No, tan solo qué puedes esperar un poco. Estoy segura de que el profesor te dejará volver a clases si dejas de vender drogas. 

Él se detuvo y frunció el ceño. 

-¿Quién ha dicho que vendo drogas?

-Todos lo dicen -dijo bajando la voz. Sentía vergüenza, había estado juzgandole igual que todos. 

-Y tú les crees a todos -dijo enfadado. 

-¿Entonces no lo hiciste?

-Idiota, Jed es el que trafica -dijo sin mirarla- pero no te sientas mal, tú eres igual que todos los demás, crees que soy un idiota mentiroso, ¿Y sabes algo Dawn? Me importa una mierda.

-Yo te creo -le dijo. 

-Vaya, gracias, me siento mucho mejor -dijo irónicamente. 

-¡Pero de verdad te creo! -dijo alterada. 

-¡Y una mierda!

-¡Brandon, te creo!

Él pasó por su lado y se acercó a la ventana. 

-Espera, por favor. 

Se sentó al borde de la ventana y pasó la mochila al otro lado. 

-Me largo de aquí. ¿Quién sabe? Tal vez ahora si que trafique con drogas. 

La voz de su padre se escuchó por el pasillo:

-¿Estás listo? ¡Nos vamos en 10 minutos! 

Se quedaron en silencio unos segundos. 

-¿Te vienes? -le dijo Brandon.

-No puedo -dijo Dawn con los ojos llorosos. 

Él la miró un segundo y luego pasó por la ventana y cayó al jardín, ya que había poca altura. 

-Brandon espera, ¡por favor, no te vayas!

Una vez en el suelo, cogió su mochila y comenzó a caminar sin siquiera mirarla o despedirse. Dawn lo vio desaparecer entre los árboles. 



Bueno, esta y la anterior eran las partes de una película. 

Os dejo por aquí el link, pero aviso que con estas dos partes puede contener spoiler:

<iframe src="https://www.youtube.com/embed/h2vsd-DYWt0" allowfullscreen></iframe>



Relatos llenos de dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora