Novio posesivo. ⇴ ℐeon ℐungkook.

Capítulo 7

Veo como Lisa acomoda algunas prendas en mi cama, ella se les queda viendo como si la ropa le hablara.

─Creo que usaré esto ─ me mostró su vestido negro.

─Se te verá muy bien ─ sonreí y asentí. Claro que se verá muy bien.

─Bueno, he escogido mi ropa, es tu turno ─

Retrocedí y negué, Lisa había llegado muy temprano a casa, con ella cargaba un bolso grande.

─Yo decidí usar ropa normal, odio los vestidos ─ acepte.

Lisa frunció un poco  entrecejo.

─Yarel, iremos a una fiesta, y una que posiblemente marcará nuestra vida escolar ─

Suspiré, me senté en mi cama y mkre los vestidos que Lisa había traído.

─Lo siento, pero de verdad odio los vestidos, y se que si uso uno estaré muy incomoda, de por sí lo estaré ya ─

Lisa me miro, ella asintió comprensible.

─Está bien, perdón por querer obligarte a ponerte un vestido ─ comentó avergonzada.

─Está bien, no te preocupes ─

Un silencio empezó a llenar la habitación no quería que esto se tornará incómodo, realmente me gustaba la compañía de Lisa. Por eso decidí terminar ese silencio.

─¿Y que usaras con ese vestido? ─

─¡Oh!, usaré unos zapatos con brilloa, los acabo de comprar, te los mostraré, también pensé en un peinado que pueda quedarme ─ comentó más animada.

Así estaba mucho mejor.

[...]

La hora había llegado y Taehyung había pasado por nosotras. Namjoon y Seokjin advirtieron de nuevo a mi pobre primo sobre mi seguridad.

El taxi nos había dejado frente a una gran casa, donde entraban y salían personas. Taehyung fue el primero en bajar, nos ayudó a ambas a bajar. Cuando fue turno de Lisa de tomar la mano de Taehyung, ella se sonrojó.

Sonreí ante ese gesto tan tierno de ella, y por cosa del destino, Taehyung no se quedó atrás.

Los tres entramos a esa casa abarrotada de adolescentes, Taehyung se abrió paso con una sonrisa, tomé la mano de Lisa. Ella me miró con una sonrisa.

Taehyung había ido a saludar a sus amigos, los cuales estaban reunidos en una esquina, en medio de ellos estaba Jungkook. Parecía que esos seis chicos se reunían a su alrededor como abejas en una flor, o algo así.

Su mirada ausente mientras los demás hablaban animadamente, realmente era intrigante.

─¡Vamos por algo de beber! ─ escucho como Lisa me dice, ella tuvo que pegarse a mí para que yo pudiera escucharla.

Solo asiento y ella me arrastra a una mesa donde hay vasos de diferentes colores, un par de barriles de cerveza, algunas latas de refresco y algo de fruta picada.

Yo cojo una lata de refresco sabor cereza y Lisa de sabor manzana. Mientras escogemos que fruta agarrar, la música empieza a sonar más fuerte. Quedaré sorda.

Mientras comemos y bebemos un poco, veo  todo a mi alrededor. Parece que todos se están divirtiendo, algunas pero as las conozco, otras no.

Entre las personas puedo ver también a uno de los amigos de Taehyung, Hoseok, quien se divierte bailando entre la muchedumbre.

Veo como Taehyung se acerca a nosotras, trae una sonrisa en su rostro y un sonrojo en sus mejillas.

─¿Quiere que bailar? ─ Taehyung nos mira a ambas, pero sonrió aún más cuando entiendo a lo que se refiere.

─Yo no bailo, pero vayan ustedes ─ digo.

─Pero te quedaras sola ─ dice Lisa.

─¿Qué dices? ¡Pero si tengo al señor lata de refresco y a sus acompañantes! ─ señaló la fruta.─ Yo estaré bien, vayan ─

Le guiño un ojo a Taehyung y él solo pronuncia un "gracias" silenciosos.

Veo como se pierden entre los demás, quedándome sola. Bebo de nuevo de mi lata de refresco, suspiró al verme sola. Y aunque se que mi que hice fue por una buena causa, no puedo evitar sentirme arrepentida.

Estoy por coger otra lata de refresco; parece que solo vine por esto, cuando una mano interfiere.

─También me gusta la cereza ─ dice.

Mis ojos lo ven por segundos, y me sonrojo. Bajo de i mediato la vista, Jungkook coge mi barbilla y la levanta de nuevo.

─Mírame ─ pide. Y aunque la música suena fuerte, puedo escucharlo claramente.

─No puedo ─ confieso.

─¿Por qué? ─ sus oscuros ojos parecen querer penetrar mi alma.

─Porque... me pongo nerviosa ─ con vergüenza, acepto.

Nuestras miradas no se apartan, y por un momento sentí como si solo fuéramos nosotros dos.

No sé cómo pasó, y tampoco me importó realmente. Pero cuando menos lo esperábamos, nuestros labios estaban unidos.

Tan suaves y cálidos. Tan especial.