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Fuimos dos huéspedes más, dos colegas caminando por los pasillos del hotel, hasta que secerró la puerta de la suite de SeHun.

Fui yo quien se arrojó sobre él en esta ocasión. Lo tomé por la camisa y lo aprisioné contra la pared mientras lo besaba. Saboreé sus labios, que formaban una sonrisa burlona, quizá satisfecha


porque era yo ahora quien tomaba la iniciativa. Pero era así: tener sexo con SeHun se había convertido en una prioridad, en una adicción de la que no estaba dispuesto a curarme.

Él me dejó hacer. Restregué mi paquete contra su bragueta. Le introduje la mano por dentro del cinturón, apretándole las nalgas, hasta introducir el dedo corazón en su apretado agujero. Gimió entre mis labios, lo que me puso aún más cafre. Tiré de él. Quien nos viera podría pensar que


manteníamos una pelea, porque lo arrojé a la cama sin contemplaciones. SeHun respiraba con dificultad mientras yo lo miraba. Estaba ansioso y expectante, a la espera de lo que fuera a hacerle.

Me desabotoné la camisa, mientras observaba cómo él replicaba los movimientos de mis dedos.

Me quité los pantalones y el hizo lo mismo. Cuando me quité el slip me di cuenta de que SeHun yasolo tenía ojos para mi polla.

Estás tardando en venir ―me dijo tras tragar saliva y de nuevo mirarme a los ojos.

Me arrojé sobre SeHun. Una lucha cuerpo contra cuerpo. Nuestros miembros desnudos se rozaban, buscando posturas que nos proporcionaran más placer.
Parecíamos un solo ser con varias


extremidades que se retorcían. Sentí una ligera humedad, y supe que eran unas gotas de semen que sele habían escapado a uno de los dos debido a la excitación. Entonces
me concentré en su boca,mientras me enroscaba sobre su cuerpo, y mis manos se volvían locas con su piel.

No podía parar. Los gemidos de sus labios, de mis labios, conseguían excitarme aún más.

Metí ambas manos bajo sus rodillas, para llevarlas hacia arriba y dejar aquel excitante agujero expuesto para mí. Tenía prisa por follarlo. Tenía prisa por descargar toda la tensión que él provocaba en mis testículos.

Esta vez hay condiciones ―oí su voz junto a mi oído.

Me separé lo justo para mirarlo a los ojos. Estaban tan enfebrecidos como los míos. Tan lleno de deseo como yo mismo.

¿Esto también te lo enseñó DongHae? ¿Qué condiciones? ―jadeé.

Tardó en contestar. Después comprendí que yo debía traspasar una nueva barrera.

Chúpamela ―dijo en un susurro, tan agónico como ansioso.

Ahora fui yo quien tardó en reaccionar. Hasta aquel momento había dejado que SeHun me la mamara y había sido yo quien se lo había follado. En cierto modo, mis actos hasta ese momento tenían cierto carácter masculino. Yo no había hecho nada que no hubiera llevado a cabo con una mujer o que hubiera dejado que ella me lo hiciera a mí. De alguna manera mi masculinidad seguía intacta, aunque pensar aquello, retorciéndome entre las piernas de un hombre, era del todo ridículo.

Sin embargo, meterme el pene de un hombre en la boca... eso era ir más allá. Eso era cambiar verdaderamente mis posiciones.

¿Y si no quiero? ―lo reté.

Entonces no habrá culo.

Nos miramos, desafiantes, pero él se humedeció los labios y yo comprendí que no me quedaba más remedio que chupársela si quería follármelo como deseaba. Sonreí, y me aparté de SeHun lo


justo como para bajar hasta su polla. Nunca había visto una tan de cerca.

Yo te diré cómo ―me dijo mientras se acomodaba, dispuesto a recibir el placer de mi boca―. Primero huélela.

𝓪𝓭𝓲𝓬𝓽𝓸 𝓪 𝓽𝓲 ; ᶜʰᵃⁿʰᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora