Capítulo 9.
De camino a casa, con los pies pidiendo un descanso, había recibido unos cuantos mensajes de texto, de su recién adquirido novio. Aun no podía creer que Terrunce GrandChester el famoso actor de Broadway era su novio, no sentía ese derecho y al mismo tiempo hasta se sentía su dueña. Pero ahora no era capaz de mirar los mensajes, ni siquiera todo rastro de Terrunce en su teléfono. Incluidas algunas fotos divertidas con Emma que se habían hecho antes de volver a Nueva York. Pensó en lanzar el móvil al río, solo de pensar que ese aparato era el testigo, la torturaba solo con mirarlo.
Un momento después, tras tranquilizarse y entrar en una cafetería para tomarse un té con el que calmar sus nervios, recibió una llamada de Jorge Johnson, que rechazo inmediatamente. No estaba dispuesta a seguir manteniendo contacto con ese ser despreciable que la había engatusado para conseguir su propósito. Ya no era un simple articulo. Era algo más.
—¿Qué es esto? —Le había preguntado Candy a Jorge Johnson, cuando esté puso en sus manos el estado bancario de su cuenta. Sin embargo lo que llamó su atención de inmediato no era el papel del banco. Pero lo que la hizo abrir los ojos como platos eran los seis numeros que aparecía marcados y disponible a Candice White por la cantidad de $200,000 dólares.
—Un estado del banco —le contesto Jorge Johnson quitándole importancia. —No es impresionante. —Dijo como si acabara de ganarse la lotería—. Te han depositado en tu cuenta $200,000 y puedes hacer uso del dinero hoy mismo. —Candy frunció el ceño, sin acabar de entender por qué habían depositado mucho dinero, algo no iba bien. pensó.
—¿Cuál es el problema? —preguntó Jorge Johnson cuando vio el disgusto que se formó en su rostro..
—Mi nómina semanal me llega por transferencia directa, cada viernes. Así que la semana pasada consulté los movimientos de mi cuenta, y el disponible era de $1,500 dólares. Esta cantidad seguramente es un error...
—Con esos doscientos mil dólares —La interrumpio Jorge Johnson —, resolverás tu vida. Solo termina tu trabajo con el artículo, y al final todos felices.
—¡Esto no es solo un articulo biográfico, ¿verdad?!
—Candy. No te ilusiones mucho, Terrunce no es hombre de una sola mujer, te dirá las cosas más bonitas por que es actor. Lamento ser yo quien te diga esto pero en caso de que Terrunce llegara a enamorarse de una mujer, pequeña Candy, no serás tú.
—¡Quiero la verdad! ¿Qué es lo que intentan hacer con el artículo?.—Volvió a preguntar saliéndose del tema. No estaba dispuesta a hablar de su relación con Terry y realmente se sentía furiosa, ya no creía poder contener más todo lo que llevaba dentro, era mucho de verdad que si. En cualquier momento iba hacer erupción. Jorge Johnson había jugado muy bien sus cartas. El dinero ya estaba en su cuenta y ella tenía todos sus pagos programados automáticamente.
¡Malditos!
—Te recuerdo cuál es tu trabajo pero sobre todo te recuerdo que firmaste un contrato. Así que por tu bien solo dedícate a cumplirlo.
En ese momento había entrado Robert Hatteway Sin anunciarse. A Candy no le extrañó su presencia. Y por el gesto en su rostro seguramente lo había escuchado todo. ¡Mierda! ¿Qué más tenía que pasar?
—Señorita White, es una agradable sorpresa volver a verla, por su trabajo no se preocupe sólo es un artículo, no tiene nada fuera de lugar, ya sabe para limpiar la fama de arrogante en el que tienen a mi querido socio.